No hay detenidos. Reclaman justicia por Sebastián Villarreal, asesinado por motochorros a los que rogó que no lo mataran
El hecho fue el 29 de febrero y no hay detenidos. Su hija adolescente compartió una historia en la que dice que su papá " no murió del todo”
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CÓRDOBA.- Los cordobeses marcharon este jueves pidiendo justicia por Sebastián Villarreal, el hombre de 46 años asesinado por motochorros que le robaron su moto hace diez días y que no se apiadaron de sus ruegos de que no lo ejecutaran. Ya hubo manifestaciones en barrio Yofre Norte, donde ocurrió el hecho, y ahora se hizo en pleno centro. Los delincuentes siguen libres.
Villarreal fue asesinado a balazos por delincuentes que lo abordaron para robarle la moto en la puerta de su casa, cuando estaba por salir a trabajar. “No me matés, tengo dos hijos”, les rogó a los que ya le habían quitado la moto. Los familiares escucharon los disparos; lo encontraron herido y aunque fue asistido por un servicio de emergencias, no logró sobrevivir.
Jimena Villarreal, su hermana, convocó a sumarse a “todos aquellos que hayan perdido a un ser querido en un hecho de inseguridad” o a quienes quieran acompañar a la familia para visibilizar que son “muchas implorando por un mundo más justo, seguro y con una mejor vida”.
Ese día, 29 de febrero, poco antes de las 6 de la mañana, una vecina contó que escuchó “ruidos” y a Villarreal pidiendo que no lo mataran porque tenía hijos: “Yo golpeaba la ventana, para ahuyentarlos, se escuchó dos disparos. Salimos y estaba tirado en el piso, con pocos signos de vida”.
Hoy a las 19, la familia de Sebastián convoca a pedir justicia. A una semana, los asesinos continúan libres. pic.twitter.com/D9nUOLE0s1
— Juan Federico (@JuanFedericoCba) March 7, 2024
Él estaba con el casco puesto y los dos ladrones huyeron en dos motos, en la que habían llegado y en la que le quitaron a la víctima; le tiraron con un arma calibre 9 milímetros. El fiscal Andrés Godoy, es quien está a cargo de la investigación y trabaja con efectivos de la división Homicidios de la Policía de Córdoba, aunque no han dado cuenta de novedades sobre el caso. Lo único que se deslizó es que los asesinos huyeron evitando las cámaras de las calles y los domos.
“Mi nombre es Martina, soy hija de Sebastián y vengo a contarles que mi papá no murió del todo”. Así comienza la historia que la hija de 20 años de Villarreal subió a su cuenta de TikTok; la abrió después del crimen para pedir justicia. Santiago, su hermano, tiene 15.
En esta oportunidad armó un video con fotos de su familia y allí menciona que su padre “está presente en todos y cada uno de los recuerdos, anécdotas e historias que con tanto cariño me contaron durante su sepelio”.
Asegura que al escuchar los relatos, sintió que era su papá el que la hablaba, “el que me las estaba contando, que era él el que me mandaba fuerzas y cariño para poder seguir. Desde que nacimos con mi hermano él fue el encargado de cuidarnos. Lo hacía con tanto amor y tanta dedicación que yo quiero devolverle un poco de todo lo que nos dio”.
La mañana del crimen los dos adolescentes alcanzaron a ver su padre agonizante. “Necesitamos saber qué le pasó a mi papá, los espero”, dijo Martina para convocar a la marcha. Los dos hermanos vivían con su padre; había logrado la tenencia luego de una disposición judicial.
Los dos jóvenes fueron víctimas de un robo a mano armada un domingo antes del crimen, también barrio Yofre Norte. Fue a las 17; los abordaron dos personas en moto y la que iba atrás se bajó con una pistola y los apuntó en la cabeza. Martina gritó, salieron sus abuelos de la casa, también gritaron; los apuntaron también y se llevaron un celular.
Un día después y a pocos metros de donde asesinaron a Villarreal, otro joven fue atacado de la misma manera y lo balearon en la pierna. En declaraciones a El Doce, contó: “La forma en que actúan, no intercambiaron ni una palabra conmigo. Fue muy directo todo. De todos modos, yo jamás me hubiera resistido al robo. Tranquilamente me podrían haber apuntado y me bajaba y se las entregaba, evitando el tiro en mi pierna”.
El contexto
En el último mes, en Córdoba, hubo varios casos de violencia urbana que tienen a la población en alerta. A mediados de febrero hubo una escalada en Villa El Nailon, a donde dos hermanastros fueron asesinados; fue en un cruce de balas en el que Maximiliano Ezequiel Gómez murió y, al día siguiente, asesinaron a su hermanastro, Tomás Misael Moyano.
Por esa causa -relacionada, según la Justicia, a un enfrentamiento de barras de fútbol, hay detenidos dos hermanos Gustavo Moyano y Jorge Moyano. Pero no serían los autores de los crímenes.
Días después, en barrio Villa Martínez, fue asesinado Miguel Ángel Cuello, quien tenía 32 años y era instalador de aires acondicionados. Recibió un balazo en el rostro en el marco de un presunto enfrentamiento entre bandas del que era “totalmente ajeno”, según su familia.
Fue trasladado a un hospital, donde falleció. Su familia provocó desmanes en el nosocomio y contra patrulleros. Está investigando el fiscal Ernesto De Aragón; fuentes de la causa no descartan que los que dispararon hayan querido “vengarse” de un familiar de la víctima.
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