“No fui parte de un plan para que Maradona muriera”, dijo Carlos Díaz, el psicólogo bajo sospecha
El profesional fue el quinto imputado en prestar declaración indagatoria ante los fiscales a cargo de la investigación de las circunstancias que rodearon el fallecimiento del astro mundial del fútbol
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Fue el quinto imputado en prestar declaración indagatoria. Carlos Díaz, el último psicólogo que atendió a Diego Armando Maradona, estuvo en la Fiscalía General de San Isidro más de siete horas y respondió cerca de 100 preguntas. Ante los funcionarios judiciales a cargo de a investigación de las circunstancias que rodearon el fallecimiento del astro mundial del fútbol, sostuvo: “No fui parte de un plan para que Maradona muriera”.
Así lo pudo reconstruir LA NACION de fuentes que participaron de la declaración indagatoria. El psicólogo, de 29 años, también sostuvo que la muerte de Maradona solo le trajo perjuicios.
“Una persona que fue contratada para desintoxicar a un paciente y que logró su objetivo, y que no vio riesgo de vida en lo que pudo observar, no puede ser imputado de un homicidio como está acusado Díaz”, afirmó el abogado Diego Olmedo, uno de los representantes legales del psicólogo acusado.
Díaz, al igual que los otros seis imputados que tiene el expediente, está acusado de homicidio simple con dolo eventual”, un delito que prevé una pena de entre 8 y 25 años de cárcel.
El psicólogo fue indagado por los fiscales generales adjuntos de San Isidro, Patricio Ferrari y Cosme Iribarren, y la fiscal de Benavídez, Laura Capra.
Según las fuentes consultadas, para Díaz, el objetivo que tenía él por delante estaba cumplido. “Ninguna actividad como psicólogo pudo haber tenido vínculo con el resultado muerte”, habría dicho Díaz.
Maradona murió el 25 de noviembre pasado en una casa del barrio cerrado San Andrés, en Benavídez, Tigre. Había sido trasladado a esa vivienda dos semanas antes, después de haber sido operado hematoma subdural en la cabeza.
Para Capra, Iribarren y Ferrari, funcionarios coordinados por el fiscal general de San Isidro, John Broyad, en Benavídez debía llevarse a cabo un tratamiento de desintoxicación y rehabilitación clínica y de control del paciente, bajo la modalidad de “internación domiciliaria”. Pero los imputados “infringieron los deberes que cada uno tenía a su cargo, al tiempo que también conocían que sus consortes [de causa] hacían lo propio, colocaron o colaboraron a colocar un cúmulo de factores y circunstancias notoriamente burdas, incrementando entre todos el riesgo por fuera del margen permitido y [así] condujeron al fatal desenlace del paciente que, de lo contrario, hubiese podido evitarse”.
Ahora restan que presten declaración indagatoria el neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov, considerados como el equipo médico a cargo de la salud de Maradona.
En la audiencia, que se hizo en una de las salas de la Fiscalía General de San Isidro, situada en Acassuso al 400, estuvieron Capra, Iribarren, Ferrari, Díaz, conocido por su apodo de Charly, Olmedo y la abogada defensora Paola Carluccio.
Pieza clave
Según informó la agencia de noticias Télam, por su influencia sobre el paciente, Díaz es considerado por los investigadores judiciales como una pieza clave del “equipo médico tratante”, al cual se incorporó de la mano del abogado y representante del astro, Matías Morla.
Según el abogado Olmedo, Díaz vio a su paciente Maradona tres veces. El día de la muerte del astro, Díaz llegó a la casa del barrio cerrado San Andrés junto con Cosachov para hacer una evaluación, pero cuando ingresaron en la habitación se dieron cuenta que el paciente no reaccionaba.
Sobre su labor profesional, según su abogado, Díaz dijo que estaba conforme porque Maradona murió sin drogas ilegales ni alcohol en su organismo.
“Recordó [por Díaz] que tuvo encuentros con Maradona donde lo vio brillante, lúcido y que el tratamiento que habían comenzado podía prosperar. La muerte de Maradona lo tomó por sorpresa a mi cliente”, dijo Olmedo.
Antes de Díaz, los fiscales habían indagado a la enfermera Dahiana Gisela Madrid, el enfermero Ricardo Almirón, la médica coordinadora Nancy Forlini y el coordinador de los enfermeros, Mariano Perroni.
Ante la consulta de los fiscales sobre quiénes los responsables de la salud de Maradona, Díaz nombró a Luque y a Cosachov pero “no habló mal de ellos, solo se refirió a los roles que cumplían”, explicó Olmedo.
A fines de abril pasado, los peritos oficiales de la junta médica convocada por la Fiscalía General de San Isidro determinaron que “el actuar del equipo de salud que atendía a Maradona fue inadecuado, deficiente y temerario. [El paciente] Fue abandonado a su suerte”.
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