Néstor Palma. La increíble historia del argentino experto en túneles y multimillonarios asaltos que cayó en Paraguay
Correntino, había huido a la Argentina en 2017 tras un golpe a la empresa Prosegur en el que miembros del PCC brasileño se llevaron más de 11 millones de dólares; esta semana volvió a ser detenido bajo la sospecha de su participación en otro gran asaltos contra cambistas de Ciudad del Este
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Néstor Ariel Palma tiene una especialidad poco común: cavar túneles por debajo de una ciudad para llevar adelante robos millonarios. Fue detenido el martes pasado en un hotel en Ciudad del Este, a pocas cuadras del escenario elegido por un grupo comando para concretar un espectacular golpe a las bóvedas de la Asociación de Cambistas de esa ciudad de la Triple Frontera. El gobierno paraguayo calcula que los ladrones podrían haberse llevado 30 millones de dólares, una cifra que será difícil de definir por el origen turbio del dinero.
Palma volvió a ser detenido el martes pasado por la historia que carga sobre su espalda. Este correntino que vivió mucho tiempo en Buenos Aires estuvo preso por ser un engranaje clave en el golpe que dio Primer Comando Capital (PCC) en abril de 2017, cuando un grupo de 50 ladrones de elite, que se movilizaron en cinco combis blindadas, coparon y bloquearon con explosivos Ciudad del Este para robar la bóveda de la empresa Prosegur, de donde se llevaron 11.720.255 dólares. Fuentes de la investigación señalaron en ese momento que el objetivo de PCC era sustraer 100 millones. La cifra oficial del robo siempre estuvo teñida de cierto misterio.
En este nuevo capítulo, Palma quedó detenido bajo la sospecha de haber intervenido en el robo a la bóveda de la Asociación de Cambistas de Ciudad del Este, que se produjo en la madrugada del lunes. Los asaltantes usaron un plan bastante sofisticado, según los investigadores. Cavaron un túnel durante un año desde un local que está a 300 metros del edificio donde se encuentra la bóveda. Habrían invertido más de un millón de dólares para realizar esa obra con tanto sigilo en el centro de Ciudad del Este. Ese local, desde donde se conectaba el ducto hasta la bóveda, habría sido alquilado por Palma –según se sospecha en Paraguay–, que recuperó la libertad hace dos años.
Los investigadores incautaron dentro del túnel tres baterías de gran tamaño –que habrían servido para la ventilación e iluminación– e inhibidores de señales de teléfonos y documentos, como así también dos rollos de cordones detonantes, dinamita en gel, una mecha lenta, dos fósforos eléctricos y dos dispositivos de radiofrecuencia para efectuar activación eléctrica.
Palma es el único detenido hasta ahora. La policía paraguaya no logró dar con ninguno de los asaltantes, que cortaron la luz de toda la zona en el momento en el que entraron por el túnel a la bóveda de la Asociación de Cambistas y vaciaron las cajas de seguridad. La policía descubrió luego que a los transformadores eléctricos subterráneos de esa parte del centro les habían sacado el aceite para que se pararan o recalentaran y explotaran. La luz estuvo cortada durante 22 horas.
El suboficial Franco Garcete señaló al diario ABC que en el túnel encontraron explosivos y trampas para retrasar la persecución. El ducto, según el policía, fue construido en zigzag y contaba con mangueras que bombeaban oxígeno al interior. En el túnel también hallaron aparatos muy pequeños, que serían detonadores. Por eso, horas después de descubrirlo, la policía cortó el tránsito en las avenidas de la zona ante el temor de que pudiera producirse una explosión, algo que finalmente nunca ocurrió.
Lo que llamó la atención fue el tipo de túnel que se construyó. Según los investigadores, los “topos” excavaron en forma vertical y luego horizontal por debajo de los edificios, la peatonal San Blas y la ruta PY02 para llegar a la bóveda de los cambistas. La inversión habría sido millonaria, ya que durante un año tuvieron que mantener la logística en marcha, sin que nadie lo advirtiera, hasta llegar a su objetivo.
No se sabe cuánto dinero saquearon de la bóveda porque allí habría habido dinero sucio de operaciones turbias que se realizan en la Triple Frontera, señaló una fuente judicial. Los billetes estaban guardados allí sin control del Banco Central de Paraguay; solo contaban con una autorización del Ente Regulador Financiero.
Hombre del PCC
En 2021, Palma fue condenado a cinco años de prisión en Paraguay, acusado de participar en el robo a Prosegur en Ciudad del Este.
El asaltante argentino es considerado por la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) de Paraguay como la mano derecha del brasileño Jarvis Pavao, un narco que dominó por una década el tráfico de drogas en la frontera entre Paraguay y Brasil, pero que también es un hombre con fuertes vinculaciones políticas.
Palma, un hombre alto y fornido, con su cabello teñido de canas, fue quien –según el fiscal Marcelo Saldívar– financió parte del asalto a Prosegur. El funcionario del Ministerio Público paraguayo lo acusó de haber alquilado una casa de grandes dimensiones en el country San José, donde se alojaron más de 30 miembros de la organización para planear el golpe.
“Palma proveyó una vivienda de grandes dimensiones donde esta organización preparó el asalto. Debían actuar con mucho sigilo durante los meses previos”, relató Saldívar. Y eso ocurrió. Ninguna fuerza de seguridad descubrió el plan de uno de los asaltos más grandes de la historia regional.
Con un nivel logístico poco común, y armas pesadas –como ser cuatro ametralladoras calibre .50 y explosivos de uso militar–, este brazo del PCC se llevó 11.720.255 dólares de la bóveda de Prosegur. En la persecución murieron cinco asaltantes y 14 fueron detenidos por las fuerzas de seguridad brasileñas.
Palma se fugó a la Argentina. Viajó primero a Buenos Aires y desde allí huyó a Posadas. Sabía que policías de Paraguay y de Brasil seguían sus pasos y que habían avisado a sus pares argentinos para que lo detuvieran. Para conservar su libertad debía moverse todo el tiempo. Decidió viajar por la ruta 12 y recorrer 90 kilómetros hasta llegar a esconderse en una hostería de mala muerte en Ituzaingó, Corrientes, donde dos días después lo encontró la Gendarmería en una pieza, con la ropa guardada en un bolso, listo para volver a huir, quizá otra vez a Paraguay, a través del río Paraná.
Las autoridades guaraníes enviaron un pedido de extradición al entonces juez federal de Corrientes Carlos Soto Dávila. Palma no quería seguir preso en la Unidad Penitenciaria N°7 de Resistencia, donde estaba aislado del resto de los presos.
Cinco días después, el supuesto financista de PCC estaba en Asunción, donde tenía aceitadas influencias en el gobierno paraguayo para tener un tipo de trato no tan estricto. A fines de diciembre de 2018, el Parlamento paraguayo fue centro de un escándalo luego de que se difundieran audios en los que el senador Oscar González Daher mencionaba en una conversación telefónica cómo puede hacer lobby para favorecer a Palma. Fue la primera vez en la historia que un senador fue destituido en Paraguay.
Ahora, Palma volvió a aparecer bajo la sombra de un asalto millonario cuyo monto podría llegar a los 30 millones de dólares.
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