Narcotráfico. Detuvieron a un policía prófugo, pieza clave en la "banda del fiscal"
Se trata de una pieza clave en la denominada "banda del fiscal", la organización criminal acusada de robar cargamentos de droga secuestrados en procedimientos judiciales y de extorsionar a familiares de narcotraficantes. Hasta fines de julio pasado, cuando ordenaron su detención, Adrián Baeta prestaba servicios en la policía bonaerense. Estuvo prófugo más de cinco meses, hasta hoy, cuando fue detenido por personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes de la investigación. Baeta está acusado de ser un eslabón importante de la organización supuestamente liderada por el suspendido fiscal de San Isidro Claudio Scapolan. Fue detenido hoy, minutos antes de las 3, en Rincón de Milberg, en Tigre.
Según las fuentes consultadas, en el allanamiento, la PSA secuestró un arma de fuego, siete teléfonos celulares (tres estaban dañados), una notebook, un disco rígido, una camioneta Peugeot Expert y una moto Yamaha.
"Ahora va a ser importante el análisis de los teléfonos celulares y la computadora que fueron secuestrados en el allanamiento donde se detuvo a Baeta. No solo para probar sus conexiones y relaciones, sino también para intentar descubrir quién lo ayudó a estar prófugo todo este tiempo", afirmó a LA NACION una fuente judicial
El pedido de detención de Baeta había sido hecho por el fiscal federal de San Isidro Fernando Domínguez y ordenado por la jueza federal Sandra Arroyo Salgado.
Según pudo saber LA NACION, los detectives de la PSA y los funcionarios judiciales llegaron hasta Baeta después de información obtenida en una serie de intervenciones telefónica y con el análisis de las imágenes registradas por las cámaras de seguridad de la Municipalidad de Tigre.
Baeta fue detenido en el complejo de departamentos Villa Los Remeros. "Se pudo detectar que la camioneta del hijo del prófugo, en determinados días, ingresaba en el complejo donde estaba oculto su padre", dijo un detective del casa.
Una de las imputaciones que se le adjudica a "la banda del fiscal" es el robo de un cargamento de cocaína que estaba en poder de una organización de narcotraficantes. Se habrían quedado con una cantidad estimada entre 520 y 560 kilos de droga, con un valor cercano a los US$ 2.800.000.
Oficialmente solo se informó del secuestro de media tonelada de cocaína. El operativo, que se dio a conocer en diciembre de 2013, fue bautizado como Leones Blancos y en la presentación ante los medios de comunicación estuvo presente el por entonces gobernador Daniel Scioli, que se paseó entre los ladrillos de cocaína secuestrados por el fiscal Scapolan y los detectives de la policía bonaerense.
Parte de los 520 o 560 kilos de cocaína robados a la banda de narcotraficantes terminó en unas cabañas de Santa Clara del Mar. Antes del traslado a la costa, según la declaración de imputados arrepentidos y testigos de identidad reservada, la droga estuvo almacenada en un salón de fiestas de Quilmes que pertenecería a Baeta.
Las cabañas donde habría sido escondido parte del cargamento de droga robado por la banda criminal pertenecían, según fuentes judiciales, a Luis Tourn, más conocido como El Polaco y amigo de Baeta. Según el expediente judicial, además de haber recibido la cocaína robada durante el procedimiento policial, el Polaco Tourn habría tenido la misión de comercializar la droga en la costa atlántica durante el verano de 2014.
Para los investigadores, según la prueba reunida hasta el momento, Baeta y sus colaboradores habrían llevado a Santa Clara del Mar diez de los 26 o 28 bolsos donde ocultaron la droga robada en el operativo Leones Blancos
Las conexiones de Baeta
La otra parte de los estupefacientes, según el expediente judicial, habría terminado en manos de Diego Xavier Guastini, un contador y lavador de dinero narco ejecutado el 28 de octubre de 2019 en Quilmes. Baeta fue el primero en llegar a la escena del crimen y se presentó como un hombre de confianza y amistad de la víctima.
En un juicio abreviado, Guastini había sido condenado por un tribunal en lo Penal Económico a tres años de prisión en suspenso como integrante de una asociación ilícita dedicada al contrabando de divisas. También se conoció que había declarado como arrepentido en varias causas de narcotráfico y que su aporte había tenido un alto impacto en esos expedientes judiciales.
Funcionarios liberados
El 22 del mes pasado, después de una resolución de la Sala I de la Cámara Federal Apelaciones de San Martín, fueron liberados Maximiliano Jarisch y Gustavo Sanvitale, dos funcionarios judiciales que habían cumplido funciones como secretarios de Scapolan.
Jarisch y Santivale había sido detenidos el 24 de julio pasado, día en que se hizo pública la investigación sobre la supuesta organización criminal que, para el fiscal Domínguez, es liderada por Scapolan.
"De contrario a lo aseverado por la magistrada de grado [por Arroyo Salgado], no se advierten elementos de cargo suficientes que recreen la efectiva pertenencia de los nocentes al esquema asociativo marginal, con los caracteres propios que demanda la figura en trato. A partir de ello, el vínculo entre los incusos, que deriva de la dinámica y funcionamiento propio de la oficina judicial a la que pertenecían, no puede interpretarse aisladamente, como argumento válido, para afirmar su integración a la estructura criminal apuntada", sostuvo el tribunal de alzada en la resolución, respecto de Jarisch y Sanvitale.
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