Narcos: dos ametralladoras bajo la sombra de Marcos y Los Monos
Sospechan que la banda criminal rosarina tiene relación con la violencia en el barrio Padre Mugica
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Uno de los barrios controlados por Los Monos y sus satélites en Rosario fue escenario anteanoche de otro salvaje tiroteo. Un enfrentamiento sin muertes, al menos no conocidas inmediatamente, pero con el uso de ametralladoras de un lado y otro. Esa postal es repetida en esa ciudad. Y en las últimas 72 horas aparecieron aquí algunas preocupantes señales de que las habituales imágenes rosarinas pueden replicarse en la región metropolitana, donde se desarrolla una guerra narco de baja intensidad más sigilosa que la llevada adelante por Los Monos, sus aliados y rivales.
Es poco común en el territorio porteño encontrar armas de mayor poder de fuego que una pistola 9mm. Sin embargo, en pocos días se hallaron ametralladores en el ahora conocido barrio Padre Mugica y en la villa 1-11-14, dos zonas unidas por una misma historia de violencia narco.
Después de viralizarse una demostración de músculo delictivo en Villa Lugano, la justicia dio luz verde a la Policía de la Ciudad para llevar adelante allanamientos que las autoridades porteñas habían reclamados desde el año pasado. Entre el armamento encontrado allí figura una ametralladora FMK3, la más utilizada hace décadas por cuerpos policiales de todo el país y la más perdida también de esos arsenales.
Este mes se habilitó en Rosario la entrega voluntaria de armas y algunas de esas FMK3 fueron canjeadas por los $9000 ofrecidos por el gobierno santafesino. Es la ametralladora estandarizada de las bandas rosarinas.
Poco antes, el pasado martes, una patrulla de la Gendarmería realizó un allanamiento de urgencia en la villa 1-11-14 luego de notarse la presencia de una persona armada. En esa zona los gendarmes están por demás alerta en estos días. Hace apenas un mes uno de los uniformados de la fuerza federal fue baleado cuando intentó identificar a un vehículo en los alrededores de ese enorme asentamiento en el Bajo Flores. Se salvó por el uso del chaleco antibalas. La patrulla que había detectado al nuevo sospechoso ingresó en el inmueble. Ya no estaba ese hombre ni sus acompañantes, pero si se encontraron allí drogas y armas. Una ametralladora calibre 45 apareció en ese lugar.
Dos armas de alto volumen de fuego incautadas con pocos días de diferencia podría ser una casualidad. Una anormalidad, también. Pero en ambos casos, en el barrio Padre Mugica y en la villa 1--11-14, se hallaron, además, silenciadores. En el complejo de edificio ubicado en Villa Lugano se encontraron otros elementos que agregan mayor inquietud que el fácil acceso a la munición de 9mm que exponen las bandas: cargadores de fusiles de asalto.
No había municiones de 7,62 o 5,56 para esas armas militares, pero la presencia de cargadores permite presagiar que fusiles no están muy lejos del alcance de grupos que disputan territorios de venta de drogas. En los allanamientos la Policía de la Ciudad decomisó miles de dosis de cocaína y marihuana dispuesta para la venta minorista. Para los investigadores locales, el abastecimiento de la droga en el barrio Padre Mugica llega desde las zonas de acopio en la villa 1-11-14, un territorio que a comienzos de este año se vio convulsionado por, al menos, cuatro asesinatos vinculados con la comercialización de estupefacientes.
Sin embargo, el radio de entrega de cocaína desde el Bajo Flores se habría extendido más allá de la región metropolitana. Quienes siguen las andanzas rosarinas de Los Monos sospechan que en los últimos tiempos se canalizó una red de distribución desde la villa 1-11-14 hacia Rosario. Es fluido el contacto entre Los Monos y el grupo Marco Gonzales Estrada, el jefe narco conocido simplemente como Marcos. Esa línea es seguida por detectives de varios distritos.
Marcos y Guille Cantero, el líder de Los Monos suman condenas por 24 y 62 años, respectivamente. Controlan a sus organizaciones criminales desde la cárcel. Ambos pasan sus días en el penal de Marcos Paz.
Están en diferentes pabellones de ese penal bonaerense, pero está comprobado por la Justicia que tienen comunicaciones con sus laderos en el exterior. El contacto entre ellos dentro de la prisión no está comprobado. Tampoco descartado por la facilidad con que pueden establecer vínculos fuera de los muros de Marcos Paz. Una hipótesis de investigación apunta a que hay un canje de droga por mano de obra.
Las autoridades determinaron que gente de la banda rosarina se movió por la villa 21-24. Y la mayor sospecha apunta a que se trata del mismo grupo que buscó en los últimos meses refugio en el barrio Padre Mugica. El tiroteo a fachadas de casas y comercios como forma de intimidación y mensaje de dominio territorial tiene un sello de Los Monos. Para los investigadores, no se trata de una simple copia de estilo.
En los allanamientos realizados por la Policía de la Ciudad se encontraron seis chalecos antibalas.
También aseguran aquellos que conocen los informes reservados que en movimiento de Los Monos es mayor, incluso, en el conurbano.
El operativo en el barrio Padre Mugica
Mientras se sigue la pista de los narcos que habían copado el barrio Padre Mugica, la Policía de la Ciudad concretó varios allanamiento. El vicejefe del gobierno porteño, Diego Santilli, a cargo del Ministerio de Justicia y Seguridad, aseguró: “La lucha contra el narcotráfico no para. En un megaoperativo en los barrios Mugica y Bermejo, en la zona de Lugano, la Policía de la Ciudad incautó más de 15.000 dosis de cocaína, 9000 de marihuana y un arsenal de escopetas y pistolas”
Según informó el Ministerio de Justicia y Seguridad porteño, “en un departamento de la platea 11 se incautó 15.700 dosis de cocaína, 5636 de marihuana, 600 de pasta base, un envoltorio con tizas de cocaína, 25 panes de marihuana, una bolsa de supermercado con marihuana, siete libretas de ventas, dos chalecos antibala, cuatro cargadores de fusil, cinco cargadores de pistola, 278 cartuchos de bala, y 92 cartuchos de escopeta.
Mientras que en una casa ubicada en la platea 11, a unos 50 metros de la avenida Castañares los policías decomisaron 3584 dosis de marihuana, 1442 flores de marihuana, cuatro chalecos antibalas, una escopeta 12.70, una pistola ametralladora FMK3 calibre 9x19, una pistola Browning calibre 9x19, un silenciador, dos cargadores de pistola, un cargador de FMK3, 222 cartuchos de distintos calibre, 20, cartuchos calibre 308, 58 cartuchos de escopeta y un pasamontañas”.
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