Un adolescente de 16 años fue asesinado en un ataque narco con ametralladoras
ROSARIO.-La sombra de Los Monos reapareció con fuerza detrás de otro crimen en San Lorenzo, al norte de Rosario, donde están ubicadas las terminales portuarias que exportan el 80 por ciento de la soja que produce la Argentina.
Brian Sánchez, 16 años, fue acribillado en la puerta de su casa, donde funcionaba un búnker de venta de drogas, en la zona norte de San Lorenzo. Fue ejecutado por dos hombres en moto que dispararon con una ametralladora FMK3. Otro muchacho que estaba sentado junto a Sánchez recibió un tiro en la pierna. Unos minutos después, los vecinos de la zona prendieron fuego el búnker y quemaron cubiertas en un piquete en reclamo de mayor seguridad.
Los atacantes que mataron a Sánchez dieron la vuelta y se detuvieron a unos metros, en Vieytes al 4100, donde dispararon 19 balas contra la puerta de otro búnker, donde hace tres días mataron a Gerardo Pérez, un hombre sospechado de manejar uno de los quioscos de drogas, cuyo cadáver –con un disparo en el pecho- fue arrojado en la puerta del hospital Granaderos a Caballo, de esa localidad, ubicada a 20 kilómetros al norte de Rosario.
Los investigadores judiciales creen que detrás de los dos crímenes está Ariel Cantero, alias Guille, preso en el penal de Marcos Paz y condenado en cuatro causas a 53 años de prisión. El líder de Los Monos, según coinciden fuentes judiciales y del Ministerio de Seguridad, pretende aprovechar la parálisis de la cuarentena para ocupar territorios que manejaba uno sus rivales que también está preso, Esteban Alvarado, quien fue detenido en febrero de 2019 en Embalse Río Tercero, cuando se encontraba prófugo en una causa por asociación ilícita y por el asesinato del prestamista Luciano Maldonado.
Por esta causa fueron imputados siete policías, entre ellos, el comisario Luis Quevertoque que tuvo un rol protagónico en la División Judiciales a partir de 2013 en la causa que llevó a la cárcel al clan Cantero.
"Vemos queGuille Cantero está haciendo lo mismo que hizo Alvarado cuando cayeron Los Monos: quedarse con sus territorios", advirtió una fuente de la investigación. Fiel a su historia esa estrategia se desarrolla a través de sangre y tiros, con un poder de fuego mayor al que mostraron en 2013, cuando comenzó la llamada guerra narco en Rosario.
Estos dos crímenes en San Lorenzo están encadenados con otros hechos en la zona norte de Rosario donde está en ascenso la disputa por territorios. El miércoles pasado el suboficial Víctor Páez recibió un tiro en la cabeza y se encuentra en grave estado en un ataque de un grupo vinculado a los Cantero que tenía previsto tirotear otra vez territorio de la banda de Los Romero en Nuevo Alberdi, a unas cuadras de la ruta 34.
En la persecución con la policía, los atacantes descartaron un fusil FAL con un cargador completo y una bala en la recámara.
En esa zona, el martes de la semana pasada, un grupo comando disparó 52 balas para matar a Joel Mansilla, de 17 años, un miembro del clan Romero. Los atacantes se movían en dos autos, con armas de grueso calibre, entre ellas pistolas con cargadores de 30 proyectiles. Los vecinos no podían creer la cantidad de disparos que se escucharon el martes de la semana pasada a las 20 horas.
"Iba a pasar a comprar unas cosas por el chino, cuando veo dos Toyota Hilux y un Ford Focus que paran frente a la casa de Los Romero. Se baja uno con una metra y otros con pistolas y empiezan a tirar. Yo estaba en el auto y por suerte me quedé atrás porque no sabía qué hacer", señaló un vecino que estuvo cerca de quedar en el medio de balas.
Una semana después volvieron a escucharse los tiros. Esa vez el blanco fue un policía, algo que no sucedía desde hace mucho tiempo, porque una de las particularidades que encarna esta fuerza es que no protagonizan enfrentamientos con narcos y criminales.
Páez fue operado en el hospital Eva Perón, donde se encuentra internado en estado crítico. Según fuentes del Ministerio Público de la Acusación, fue herido en la cabeza y en el tórax, aunque este segundo disparo lo detuvo el chaleco antibalas.
La trama en la que se investiga cómo fue herido el policía aún está siendo analizada, porque hay puntos grises que no cierran. El Ministerio de Seguridad encargó la pesquisa a la nueva Agencia de Control Policial.
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