Narcoabogada: “Se notaba que no estaba impactada”, dijo una testigo sobre la acusada del doble crimen de Belgrano
Julieta Bonanno es enjuiciada por su presunta participación en los homicidios de un cliente suyo imputado en el caso Bobinas Blancas y del hijo; comenzaron a declarar los policías de la Ciudad que llegaron a la escena de los asesinatos, en Belgrano
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Fue la primera testigo en declarar en el debate. A poco de comenzar, la oficial mayor de la Policía de la Ciudad Jesica Pérez no lo dudó y sostuvo: “Se notaba que no estaba impactada por los fallecidos”. Se refería a Julieta Estefanía Bonanno, la abogada que es juzgada por su presunta participación en los homicidios de Rodrigo Alexander Naged Ramírez y de su hijo, John Naged Aguilar, ocurridos en junio 2018 en un departamento de Belgrano, asesinatos que tendrían vinculación con el caso Bobinas Blancas, el intento de contrabando de 2000 kilos de cocaína.
Bonanno, de 32 años, pasó de ser testigo clave a ser considerada partícipe del plan criminal que terminó con el doble homicidio en Belgrano. La abogada había defendido a Naged Ramírez, un colombiano nacionalizado mexicano, de 59 años, que había estado preso durante la investigación del caso Bobinas Blancas y había sido procesado con prisión preventiva por el juez federal de Campana Adrián González Charvay, aunque quedó exceptuado provisionalmente del proceso luego de sufrir un ACV que le dejó graves problemas de salud y que le impedía, en términos legales, comprender en el proceso penal en su contra la criminalidad de los actos que se le atribuían.
La abogada de la víctima es juzgada por Tribunal Oral Federal (TOF) porteño Nº8, presidido por la jueza María Gabriela López Iñiguez e integrado por sus colegas Sabrina Namer y Nicolás Toselli. En el debate, el Ministerio Público es representado por el fiscal Marcelo Colombo y el ayudante fiscal Miguel Yivoff.
Pérez no solo fue la primera testigo en declarar en el juicio. Fue una de las primeras personas en llegar a la escena del doble crimen, después de la llamada al 911 que hizo Bonanno. La oficial recordó que las puertas del edificio, situado en avenida Cabildo 2659, estaban abiertas. Ella, junto con un compañero, subió por el ascensor. Otros uniformados lo hicieron por las escaleras. La escena del crimen era el departamento D del décimo piso.
“Después de golpear, una persona nos abrió la puerta. Era una mujer [la acusada]. Desde la puerta observé dos cuerpos: uno era un hombre mayor, y el otro uno más joven, de unos 33 años, que estaba boca abajo. Le tomé los datos a la señora. Se notaba que no estaba impactada por los fallecidos”, afirmó la testigo.
Bonanno, según el expediente judicial, explicó que las víctimas habían sido ejecutadas por un asesino que, a los gritos, había preguntado dónde estaban el dinero y la droga. Relató que el sicario solo le dijo “con vos no es la cosa”, y la encerró en el lavadero, desde donde escuchó las detonaciones.
Pero para la Justicia la explicación de la abogada era una puesta en escena y ella misma fue parte esencial del doble crimen. Por eso llegó a juicio.
“A los efectos de su consumación [el doble crimen], al ser una persona de extrema confianza de los Naged y en virtud de un plan aparentemente acordado en forma previa, Bonanno al menos habría facilitado el ingreso al domicilio [de las víctimas] del sujeto o de uno de los sujetos que les quitaron la vida”, sostuvo en el requerimiento de elevación a juicio el fiscal federal de Campana, Sebastián Bringas.
Quejas por la filmación: “Me siento coaccionada”, dijo la imputada
La de hoy fue la segunda audiencia del debate. La jornada comenzó con los rechazados que hizo el tribunal a los planteos de nulidad que había presentado hace dos semanas el abogado de Bonanno, Leopoldo Murúa. Los jueces también rechazaron el planteo de incompetencia esgrimido por la defensa.
Antes de que comenzaran a declarar los testigos por medio de la plataforma Zoom, Bonanno, que seguía las alternativas del debate desde una sala de la cárcel de Ezeiza donde cumple con la prisión preventiva, le preguntó a la jueza López Iñiguez si era necesario la presencia del personal de requisa del Servicio Penitenciario Federal (SPF) y que la filmaran durante la audiencia. “Me siento coaccionada”, sostuvo. Después, hubo un cuarto intermedio para que la acusara tuviese una reunión virtual con sus abogados.
La audiencia se reanudó con la declaración de Pérez. La oficial, además de decir que no había visto impactada a Bonanno, afirmó que, la noche del doble homicidio, la abogada le “evadía las preguntas” que la uniformada le hacía. “No me respondía de forma directa”, recordó la testigo.
Ante preguntas del fiscal Colombo, Pérez puso en duda que, como dijo Bonanno, el sicario la haya encerrado en el lavadero porque ese habitación del departamento no tenía picaporte del lado interno. “Era imposible abrir la puerta del lado de adentro”, aseguró la uniformada.
Ante preguntas de las partes sobre el estado de anímico de Bonanno la noche del doble crimen, Pérez agregó: “La vi normal. Otras personas [en una situación de similares características] no paran de llorar”.
El segundo testigo fue el oficial Santiago Santillán, uniformado que también estuvo en la escena del doble crimen la noche del 4 de junio de 2018.
“Mi primera impresión era que estaba [por Bonanno] nerviosa. Nerviosa, pero no temerosa”, afirmó el testigo.
El debate se reanudará el 30 de este mes con la declaración de más testigos.
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