El juez le dijo a un narco que lo conocía “de la noche”, le renovó la prisión domiciliaria que había quebrantado y el acusado se fugó a Brasil
El magistrado de Entre Ríos Arturo Dumón le concedió el beneficio a Ricardo Manuel Videla, condenado a seis años y cuatro meses por venta de drogas, fue arrestado después de cometer un asalto en una estación de servicio; se escapó un día antes de que empiece el nuevo juicio en el que hubiese sido condenado a otros ocho años y medio de cárcel
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GUALEGUAYCHÚ.– “Míreme, usted me conoce... me conoce de muchos lugares, incluso de la noche... cuando hablo, hablo con mucha firmeza”. Así le dijo desde su estrado y con tono severo el juez del Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguaychu e Islas del Ibicuy, Arturo Exequiel Dumón, al acusado Ricardo Manuel Videla. Fue el 6 de febrero de 2024, en la audiencia en la que el imputado acababa de ser condenado a 6 años y 4 meses de prisión como líder de una estructura dedicada a la venta de drogas entre consumidores de clase media, empresarios y profesionales de Gualeguaychú y otras localidades del centro-este provincial.
La frase tenía un sentido específico. Se discutía si, mientras esa sentencia estuviera en revisión, el acusado podía permanecer en prisión domiciliaria. Había, claro, un “problemita”: Videla ya gozaba de ese beneficio, pero lo quebrantó el 2 de octubre del año pasado, cuando lo atraparon cuando se cayó de la rama de un árbol a la que había subido para esconderse de los policías que lo perseguín desde la estación de servicio Gulf de “la Curva”, en el cruce de la ruta 20 y el acceso a Urdinarrain, donde acababa de cometer un violento asalto a mano armada junto con otro delincuente, Lisandro Hernán Ledezma.
Condenado como narco, imputado como ladrón, Videla escuchaba la recriminación del juez Dumón, que en tono entre interrogatorio y admonitorio, quería saber si, al haber caído nuevamente preso, comprendía las implicancias de renegar del favor que le había hecho la Justicia. “Habrá internalizado lo que implica incumplir una restricción, las consecuencias que tuvo en ese sentido, ¿sí o no, Videla?”.
Videla, por supuesto, bajó la mirada y respondió que sí. Claro, no podía ser de otra forma. Ese juez al que –el propio magistrado lo reconoció– “conocía de la noche” decidió, aun cuando admitía que había una “peligrosidad procesal” que se explicaba sola en el hecho de que el acusado había quebrantado la ley y los beneficios que la Justicia le había dado, tomó una decisión: “Voy a disponer la morigeración de la medida que actualmente sufre y voy a disponer la continuidad de la condición de detenido, pero en arresto domiciliario”. Eso sí. Le advirtió: “Escúcheme bien, ante el mínimo quebrantamiento vuelve a la gayola, más claro no puedo ser como juez”.
La fiscal Martina Cedrés, que había llevado adelante la Instrucción Penal Preparatoria (IPP) y la acusación en el juicio por el delito de narcomenudeo, no salía de su asombro: había logrado la condena de Videla, pero ahora veía cómo lo mandaban a la misma casa del Camino de la Costa (a la vera del río Gualeguaychú, frente a la isla Libertad) de la cual ya se había escurrido para salir a robar. Tuvo un presentimiento fácil: Videla, a “gayola”, no iba a volver. Apeló la resolución de Dumón y en su escrito a la Casación hizo constar aquellos insólitos comentarios del juez.
Tuvo razón. El 17 de abril pasado, la Cámara de Casación de Concordia llevó a cabo la audiencia de revisión. Y cuatro días después, la noche del domingo 21, un día antes de que se llevara adelante el juicio en el que, junto con Ledezma, enfrentarían un jurado popular acusados de “robo agravado por ser en despoblado y por haberse cometido con armas de fuego, en concurso real con portación ilegal de arma de fuego de uso civil”, Videla se esfumó. Justo a tiempo: hubiese sumado una pena de ocho años y seis meses de prisión de cumplimiento efectivo a los seis años y cuatro meses que la misma Cámara confirmó.
Una curiosidad: el debate por el robo lo presidió el propio Dumón. Si lo hubiese tenido enfrente, tendría que haberle dicho: “Me falló, no me queda más que hacerlo volver a la gayola”. Pero Videla no pudo ser juzgado por ese violento asalto que le pudo haber costado la vida a Germán Fracarolli, el playero de la estación de servicio al que le pegaron culatazos y le causaron “múltiples hematomas y lesiones punzantes en el cuero cabelludo, párpado inferior izquierdo, región maxilar superior derecha, región dorsal y lumbar derecha”. Pudieron haberse escapado con 50 mil pesos, la billetera y el celular del empleado y dos notebooks aquella madrugada de octubre a la 1.50 si no fuese porque, providencialmente, entró a comprar a la tienda un hombre que resultó ser policía, y al que Ledezma le disparó con un revólver Brenta calibre 22.
Todo indica que Videla está en Brasil. Videla desapareció de la casa en la qu debía permanecer “por el plazo de 90 días” mientras se revisaba su condena por narcomenudeo.
La versión de la Fiscalía
“El 2 de diciembre se produjeron los allanamientos y detenciones vinculados a la causa de narcomenudeo por la que Videla fue condenado. Luego de una corta estadía en la Jefatura, fue trasladado a la Unidad Penal N°9 durante la instrucción penal. Todavía no se había elevado la causa a juicio, su abogado de aquel momento planteó la prisión domiciliaria y se llegó a un acuerdo con la Fiscalía porque hasta el momento no se habían producido nuevos hechos –más allá de los delitos por los que iría a juicio– que indicaran que esa medida coercitiva sería contraproducente para la investigación. El control de la domiciliaria en aquel momento lo hacía Gendarmería. Videla continuó en domiciliaria en el inmueble declarado para tales fines en el Camino de la Costa y se elevó la causa, mientras los jueces intervinientes fueron prolongando la medida, pese a que sus abogados solicitaban la libertad de Videla”, explicó Cedrés a RADIO 2820.
El 2 de octubre de 2023 Videla cometió el robo en la Gulf de la entrada de Urdinarrain junto con Ledezma. Ante la violación de la medida, la defensa acordó el regreso de Videla a la cárcel de forma preventiva ya que había sido capturado por la policía en la zona norte de la ciudad cuando tenía que estar en su casa de Camino de la Costa, a varios kilómetros de allí.
“A propósito de ese hecho se realizó una audiencia donde se le dio la prisión preventiva por acuerdo de partes en la causa de drogas, y por pedido de la fiscalía en la causa del robo calificado, por decisión del juez interviniente (que no fue Dumón). El 22 de diciembre terminamos el juicio y Dumón le dio la domiciliaria. Ese mismo día el abogado defensor pidió revisión para que saliera en libertad y el juez de Garantías de turno le dio la domiciliaria, que se hizo efectiva ese día. El fiscal en la causa del robo recurrió ante la Cámara de Gualeguay, el juez Cadenas revocó la morigeración y otra vez le dieron la preventiva y Videla volvió a la cárcel. Entonces yo recurrí la prisión domiciliaria en la causa de drogas. Cuando se elevaó la causa del robo y salió sorteado Dumón para ser el juez técnico del juicio por jurados, el abogado defensor, atento a lo que venía resolviendo el juez con anterioridad, pidió revisar la medida. Se hizo la audiencia y Dumón le dio la domiciliaria en febrero”, explicó Cedrés.
La fiscal aseguró: “Seguimos la pista de Videla hasta Brasil. La catástrofe climática que se vive en ese país no contribuye con la búsqueda. Se hicieron los pedidos correspondientes a Interpol, a la Cancillería... En el caso de dar con su paradero, darle continuidad al proceso implica que tenemos que hacer un juicio de extradición, lo que supone tiempo, el pago de honorarios, de traductores, etcétera, sin contar los recursos que invirtió el Estado en las horas de vigilancia durante un año de investigación, las medidas adoptadas, recurridas, revisadas, etcétera”.
Sobre este tema también opinó el titular del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos, Leonardo Portela: “Al margen de lo discutible que puede ser la decisión jurisdiccional respecto de una persona que ya estaba con una condena y se la envió nuevamente a la casa, lo cual se resolverá por la vía de la apelación, y entiendo que la Fiscalía lo hizo respecto a la decisión del juez Dumón por haberle dado domiciliaria cuando ya tenía un delito, una condena, al margen de eso, la preocupación [por los recursos que se invierten] es real. A nosotros nos sale mucho más caro salir a buscar a una persona que comprar una tobillera y que cuando termine la condena se devuelva. Pero no hay tobilleras ni en la Provincia ni en el país. Así que tenemos el problema ese de que nosotros condenamos a alguien a arresto domiciliario y no tenemos tobilleras para ponerle. Entonces te enfrentás al dilema de mandarlo a la cárcel o mandarlo a la casa sin tobillera si la ley así lo permite. Como todos sabemos que las cárceles no son el ideal, generalmente se lo manda a la casa sin tobillera, y después pasan cosas como la que ocurrió con Videla”.
En el momento de su fuga, Videla integraba un grupo de 40 personas que cumplían prisión domiciliaria por diferentes situaciones procesales en Gualeguaychú, todas a cargo de personal policial, que de manera presencial lleva a cabo los controles domiciliarios, además de ocuparse de las otras funciones vinculadas a la prevención y al abordaje del delito en general.
Crónica de una fuga anunciada
Antes de su detención por la causa de narcomenudeo, “Videla comercializaba importantes cantidades de droga a segmentos medios altos de la sociedad gualeguaychuense. De acuerdo a lo que arrojó la investigación, quienes le compraban droga eran empresarios de la noche, abogados, dueños de comercios y distribuidoras, etcétera”, señaló la fiscal Cedrés.
“Él manejaba un volumen de dinero importante, por eso planteamos el riesgo de fuga, porque tenía recursos y porque tenía por delante un juicio por un hecho calificado, contando con una condena previa”, señaló.
En cuanto a los recursos de Videla, ejemplificó: “Sabemos que a comienzo de año concretó la venta de la propiedad de Camino de la Costa, por la que pedía 70 mil dólares. La vendió y se fue”.
Sobre el rol de su pareja en la fuga, Cedrés reveló: “La mujer contribuyó en la venta del inmueble que le permitió hacer un negocio para acceder a un dinero que en este momento estamos investigando. Con esa plata adquirió una casa mediante un plan [de la cooperativa Vicoer] y se convirtió en adjudicataria a comienzos de este año, teniendo como comprobante solamente la información sumaria de que cobraba cuota alimentaria por el hijo más grande. Tenemos acreditado que ella se iba a ir tras él. Videla se fue el lunes 22 de abril, a la madrugada, a Paso de los Libres, Corrientes. A ella la buscaban y se iba a ir el miércoles siguiente. Constan los poderes firmados ante escribano público para que ella pudiera sacar del país a la hija que tienen en común”, contó la fiscal.
Videla, de 43 años de edad, es oriundo de la provincia de Buenos Aires. Llegó a Gualeguaychú hace ocho años para montar talleres mecánicos. En el registro policial cuenta con allanamientos por amenaza con armas a vecinos en jurisdicción de comisaria 4a. de esta ciudad. Se presume que allí habría comenzado la comercialización de estupefacientes.
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