Murió Ricardo Barreda, el odontólogo que mató a su mujer, sus hijas y su suegra
A los 83 años, internado en un geriátrico de José C. Paz, murió Ricardo Barreda, el femicida que en 1992 mató a balazos a sus hijas, Adriana, de 24 años y abogada, Cecilia, de 26 y odontóloga, a su esposa, Gladys McDonald, de 57, y a su suegra, Elena Arreche, de 86.
Así lo confirmaron a LA NACION fuentes policiales. Barreda pasaba sus días en el Hogar Geriátrico del Rosario, en José C. Paz. Sufría de un deterioro cognitivo y pérdida de memoria.
El 15 de noviembre de 1992, en su casona de calle 48 entre 11 y 12, La Plata, Barreda mató a escopetazos a sus víctimas.
El odontólogo primero negó la acusación del cuádruple crimen e intentó hacer pasar el hecho como un robo a su casa, pero finalmente confesó, y en 1995 fue condenado a reclusión perpetua por triple homicidio calificado y un homicidio simple.
Según contó él mismo en el juicio, los crímenes fueron una reacción suya a los maltratos y humillaciones que recibía de todas ellas. "Lo siento por mi hija más chica, que fue a la que menos le di y de quien más recibí", declaró en aquel debate oral. En prisión comenzó a estudiar Derecho.
En mayo de 2008 Barreda abandonó la Unidad Penal 9 de La Plata al ser beneficiado con un arresto domiciliario y se fue vivir con su nueva pareja, Berta "Pochi" André, quien murió en julio de 2015 como consecuencia del deterioro de su salud a raíz de graves problemas neurológicos.
En diciembre de ese mismo año, y luego de varias idas y vueltas judiciales, Barreda recibió la libertad condicional, mientras que en mayo de 2016 se declaró "extinguida la pena impuesta" y se hicieron "cesar las accesorias legales impuestas".
A partir de esta resolución, Barreda quedó en plena libertad y ya no tuvo que ser controlado por la Justicia.
Poco después de haber quedado absolutamente libre, Barreda se presentó solo en un hospital de la localidad de General Pacheco con una identidad falsa y visiblemente desmejorado. Allí permaneció internado durante 457 días.
Al salir del hospital en julio de 2017, el odontólogo fue enviado a una pensión de General Pacheco.
Por último, en septiembre pasado, Barreda volvió, solo por unas horas, a la casona donde cometió la masacre, pero para acompañar a un equipo periodístico que pretendía realizar una reconstrucción de los hechos.
En octubre de 2018, el fisco de la provincia de Buenos Aires le ganó un juicio a Barreda por adeudar unos 26.500 pesos en concepto de impuestos impagos de la casa donde el odontólogo mató a su esposa, a su suegra y a sus dos hijas.
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