Multimillonaria defraudación. Un exrugbier y un empresario, acusados de estafas con la compraventa de autos de alta gama
La fiscal dijo que se aprovechaban “del perfil que les daba la pertenencia a círculos sociales de alto poder adquisitivo para aparentar una solvencia mayor de la que tenían”; hicieron maniobras fraudulentas por más de 120 millones de pesos y pusieron a un cadete como testaferro
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ROSARIO. Un exrugbier del club Duendes, un empresario, un abogado y un cadete al que usaban presuntamente de testaferro fueron imputados por decenas de estafas que se produjeron desde 2019 en esta ciudad, por un valor de más de 120 millones de pesos, en su mayoría con la compra y venta de autos de alta gama.
La fiscal Valeria Haurigot, que llevó adelante esta extensa investigación, planteó en la audiencia imputativa que los acusados “se aprovechaban del perfil que les daba la pertenencia a círculos sociales de alto poder adquisitivo para aparentar una solvencia mayor de la que tenían”. Este rasgo se hace palpable en los autos que comercializaban, como ser Mercedes Benz, Porsche, Kia, entre otros.
Uno de los acusados, el abogado Jorge Fonaroff, quedó detenido porque en el allanamiento que se llevó adelante en su casa la semana pasada la policía encontró dos armas calibre .22 que no estaban registradas.
El resto de los imputados, como el exjugador de rugby Leandro González, conocido como Tanque; Bruno Poletti, y el cadete Cesar M., al que habían usado presuntamente como testaferro, seguirán en libertad en esta causa que se inició en 2020, cuando comenzaron a llegar denuncias sobre estafas millonarias que habrían llevado adelante estas personas, muy conocidas en sectores de alto poder económico.
Antes de entregarse a la policía, cuando estaba siendo buscado, el exjugador de Duendes salió a plantear públicamente que él era una víctima más de su socio, Bruno Poletti. “No logro entender qué pasó. Estoy tratando de hacer pie, poniendo la cara. Mi familia y mis amigos saben quién soy. Nunca me hubiese metido en algo así de haberlo sabido”, afirmó en ese momento.
La fiscal Haurigot siguió con la investigación y aparecieron una mayor cantidad de casos de estafa y de administración fraudulenta. Este miércoles imputó a estas cuatro personas por nuevas tramas que aparecieron en este último tiempo. Poletti fue acusado de cuatro hechos de administración fraudulenta y 25 estafas, mientras que González fue imputado por tres estafas menos que su examigo.
A Fonaroff le imputaron menor cantidad de esta clase de delitos económicos, mientras que el cadete enfrenta un caso de administración fraudulenta, ya que figuraba como socio gerente de Ortopedia Técnica SRL, una de las firmas que se usaban para estos delitos.
En la audiencia la fiscal atribuyó a los imputados “maniobras ardidosas” en la compraventa de vehículos de alta gama, a través de elucubraciones financieras que terminaron por hacer detonar el negocio cuando no tenían cómo pagar los autos y cubrir los cheques de pago diferido que habían entregado. Como siempre ocurre en este tipo de estafas, cuando la burbuja de las maniobras con el dinero estalló, se derrumbó todo.
El dinero se movía entre cuatro empresas, como son Grupo Praga, Integral Motors, Integral Automotores Ortopedia Técnica SRL. Cuando la burbuja reventó llegaron a tener cheques rechazados por $13.338.439 y habrían realizado, según la fiscal, maniobras fraudulentas por $109.593.700.
Entre los casos de supuesta estaba, que son decenas, figura el de Gonzalo A. que estaba interesado en adquirir una camioneta Toyota. Había llegado a la agencia Integral Motors porque tenía buenas referencias de Poletti y, sobre todo, del exrugbier de Duendes. El 23 de octubre de 2019 Gonzalo A. pagó por adelantado 1.250.000 pesos, que correspondían al 50% de la Toyota Hilux SW4. Estaba acordado que el resto lo tenía que abonar 20 días después, cuando recibiera el vehículo. Pero eso nunca ocurrió y el comprador sufrió un perjuicio de más de 20.000 dólares, según consta en la causa judicial.
Este tipo de incumplimientos se acumuló durante 2019 y 2020. Pero a pesar de los problemas financieros y económicos que tenían las firmas que manejaba este grupo, siguieron adelante con las estafas. Por ejemplo, “utilizaron chequeras de las sociedades para librar cheques de pago diferido a sabiendas de que al momento de resultar exigibles no podrían ser pagados por falta de fondos”, detalló Haurigot en la audiencia.
Aunque se empezaba a correr la voz en ciertos ambientes de Rosario de que las empresas de Poletti y González no cumplían lo pactado, los empresarios no se detuvieron. En febrero de 2020 Melina B. encomendó a un tercero la venta de un Mercedes Benz A200 modelo 2017. Lo contactaron a Poletti, porque creían que tenía experiencia en la comercialización de este tipo de vehículos. El empresario le compró el auto por 28.000 dólares, con cuatro pagarés de 7000 cada uno, cuyos vencimientos eran hasta junio de 2020. Poletti transfirió el auto a su nombre el 18 de febrero, pero no pagó un solo dólar.
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