Muerte y misterio en Retiro: “La chica estaba como el exorcista”, los momentos previos a la tragedia, según una testigo clave
Lía Figueroa Alves se retiró del departamento del empresario Franciscos Sáenz Valiente, detenido e imputado de homicidio, un rato antes de que cayera al vacío desde un sexto piso la modelo brasileña Emmily Rodrigues Santos Gomes
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“La chica estaba como el exorcista. Me dio un remiedo [sic]. Pensé que iba a agarrar un cuchillo y nos iba a matar a todos. Seguía con su cara transformada. Ya no era la chica hermosa que había llegado a la madrugada. No le tengo miedo a nada. Soy recreyente [sic]. Había algo medio oscuro, no sé cómo explicarlo”.
La chica que estaba como el exorcista, según una declaración testimonial, era Emmily Rodrigues Santos Gomes, la joven modelo brasileña de 26 años que murió al caer al vacío desde un sexto piso de un departamento de un edificio situado en Retiro.
Los textuales corresponden a la declaración de Lía Figueroa Alves, de 36 años, que estuvo con Rodriguez Santos Gomez y el empresario Francisco Sáenz Valiente, detenido e imputado de homicidio, hasta un rato antes que ocurriera la tragedia y que declaró como testigo ante el fiscal Santiago Vismara, funcionario que participa de la investigación.
Figueroa Alves fue la primera de las cuatro mujeres que la madrugada del 30 de marzo pasado llegó al departamento del empresario, situado en Libertad 1542, en Retiro, para compartir varias horas de música, alcohol y drogas.
Ella llegó a las 2.10. Sáez Valiente estaba solo. El empresario le pagó al chofer que llevó a Figueroa Alves. No se veían desde diciembre pasado. Él le ofreció prepararle unos tragos en la barra que tiene en el living de su departamento. Escucharon música.
Después de que pasaron entre 30 y 40 minutos, Sáenz Valiente le dijo a su acompañante que iba a llegar otra amiga. “Le dije que no tenía ganas de que viniera nadie. Yo recién había llegado y la verdad que no quería ver a gente. Él me contestó que iba a venir Juli, Juliana, que era buena onda y yo la había conocido en diciembre”, sostuvo Fugueroa Alves en su declaración testimonial, a la que tuvo acceso LA NACION.
Cuando la testigo se refería a “Juli” lo decía por Juliana Magalhaes Mourao, una mujer brasileña de 37 años, amiga del empresario. Pero no llegó sola. Estaba acompañada por Rodriguez Santos Gomez y una joven cubana de nombre Dafne.
El dueño de casa le ofreció a sus recién llegadas, que antes habían estado en el bar Isabel, de Palermo, algo para tomar. Pusieron música y bailaron.
Figueroa Alves le había dicho a su amigo que se iba en dos horas. “Como la juntada estaba divertida, me quedé. A eso de las 5, 5.30, se fue la tercera chica [por Dafne] que había venido con Juliana y Emmily ”, sostuvo la testigo ante el fiscal Vismara y los abogados defensores Rafael Cúneo Libarona y Facundo Orazi, y el letrado Ignacio Trimarco, representante de los padres de la modelo fallecida.
Después de que se fue Dafne, la “juntada” continuó con música y tragos. “Nos probamos unos kimonos”, recordó la testigo. Contó que, mientras ella y Juliana hablaban, Emmily y Sáenz Valiente bailaban. Los cuatro estaban en el living.
“En un momento, creo que a las 7 o 7.30, escuché un llanto o una risa y le dije a Juliana que algo le pasaba a su amiga. Ella me contestó que no pasaba nada. No sé qué le pasó a esa chica, tuvo un cambio, una transformación. Veo que a Emmily le cambió la cara, los ojos, todo y empujó a Fran [por el empresario]. Él le dijo ´ya está, ya está, ya te descargaste´ y ella se va a la cocina. Yo tuve miedo, percibí que algo malo había, un ambiente raro. Pensaba que Emmily podía ir a agarrar un cuchillo. Pensaba que había que estar con ella, no había que dejarla sola. Le pedí explicaciones a Fran por lo que había pasado, qué le había dicho a Emmily antes de llorar”, afirmó bajo juramento de decir la verdad.
Después contó que, desde la cocina, la joven brasileña la miraba de reojo. “Estaba en una actitud sospechosa. Como que medía mis movimientos. Fui y la encaré, le pregunté qué le había pasado. Ella me repreguntó: ´¿Vos quién sos, cómo te llamas?´. Me lo dijo furiosa, con una voz de monstruo y los ojos para afuera. La chica estaba como el exorcista. Pensé que iba a agarrar un cuchillo y nos iba a matar a todos. Seguía con su cara transformada. Ya no era la chica hermosa que había llegado a la madrugada. No le tengo miedo a nada. Soy recreyente [sic]. Había algo medio oscuro, no sé cómo explicarlo. Yo me quería ir a la mierda, no me gusta pasar ese tipo de situaciones” afirmó la testigo, según el acta a la que tuvo acceso LA NACION.
Tras el tenso momento vivido, todos volvieron hacia el living y el empresario hizo como “mediador”, según el relato de la testigo. “[Sáenz Valiente] dijo vamos todos a agarrarnos las manos. Las chicas querían agarrarse de las manos, pero yo miraba de reojo a Emmily, tenía miedo que me parta un vaso en la cabeza, pero a Fran lo saludé y le dijo ´con vos está todo bien, pero qué manos, no estoy en la iglesia, no me molesten´”, recordó la única mujer argentina que en ese momento estaba en el departamento del empresario.
Cuando Figueroa Alves estaba por pedir, por medio de una app, un auto para que la pasara a buscar, se le acercó la modelo brasileña y se sacó la remera que llevaba puesta. “Se queda en tetas [sic]. Tenía el jean puesto y estaba descalza”, contó la testigo. Afirmó que en todas esas horas no hubo ninguna “acercamiento” sexual.
En un momento de la declaración, le preguntaron a la testigo sobre las bebidas que habían tomado esa madrugada en el departamento de Sáenz Valiente, en particular la joven fallecida, Figueroa Alves respondió: “Yo tomaba vodka [una marca importada] con Gatorade. Ellos tomaron, creo, lo mismo. No puede saber cuántos vasos tomó cada uno. Emmily tomaba la misma bebida que yo. En un momento me cofundí y agarré un vaso, creo que era el de Juliana, que tenía gin”.
Como Alves Figueroa dijo que arriba de la mesa había drogas, le preguntaron qué sustancias estupefacientes había. “Cocaína y tusi [también conocida como cocaína rosa]. No sé qué cantidad. El que quería podía agarrar. Yo, particularmente, cocaína no consumo y no consumí. Sí tusi. Respecto a los demás, todos consumieron todo. Ellos [Sáenz Valiente, Juliana y Emmily] consumieron cocaína y tusi. Se dice que esas drogas no se mezclan porque tienen efectos totalmente diferentes”.
Contó que aspiró cinco o seis veces tusi. Le preguntaron de quién era la droga. “Estaba en el departamento cuando llegué. No sé de quién era, sí puede decir que estaba ahí”, dijo y agregó que era habitual consumir en la casa del empresario. “Pero cada uno hace lo que quiere. Cada uno elegía tomar”, aclaró y explicó que Sáenz Valiente nunca insistió para que consumieran.
Después afirmó que se fue asustada del departamento. Recordó que cuando llegó al edificio donde vive, en Recoleta, a las 9, le mandó un mensaje a su amigo. “Le dije que cómo podía, que no sabía a quién llevaba a su casa, era una psiquiátrica [por Emmily]. A una mina X le agarra un ataque, le agarró el demonio [sic] adentro. Fueron de mensajes de enojo e indignación. Entonces me dormí. Cuando me desperté a las 11 vi que tenía una llamada, dos audios y tres o cuatro mensajes de Francisco[por el imputado]. En el primer audio me dijo ´pasó algo terrible´ y en el segundo ´llamame urgente´. Después en un mensaje por Whatsapp me dijo ´no la pude frenar, se tiró por la ventana, se murió, estoy roto por dentro´”.
El martes próximo, el juez que interviene en la causa, Martín Del Viso, resolvería la situación procesal del empresario detenido.
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