Motochorros. Bandas de menores armados atemorizan a vecinos en el conurbano
Los vecinos escuchan el ruido de una moto y se sobresaltan. Viven atemorizados por repetidos casos de inseguridad en el barrio Villa Obrera, ubicado en la localidad bonaerense de Monte Chingolo. La preocupación en esa zona de Lanús aumenta por la impunidad con que se mueven bandas inorgánicas de adolescentes que, arma en mano, propagan miedo ante la certeza que tienen los habitantes del lugar: al tratarse de menores, los arrestos solo sacan de la calle por muy poco tiempo a esos adolescentes en conflicto con la ley.
Esa situación quedó expuesta de manera brutal en un ataque de motochorros registrado por una cámara de seguridad. En esas imágenes se pudo observar a un aterrorizado niño de dos años quedar inmóvil mientras los delincuentes golpeaban a sus familiares. Y el caso tuvo una característica común con otros robos notificados en ese barrio, ya que uno de los ladrones fue atrapado y liberado casi de inmediato por tratarse de un joven de 15 años, cuya edad lo pone fuera del alcance de una condena.
Ese hecho ocurrió ayer a las14 en el cruce de las calles Bolaño y Chascomús, cuando Micaela Fernández caminaba con su hijo Francesco, su madre Griselada y su hermana Natalia. Las mujeres fueron interceptadas por tres jóvenes que se movilizaban en una moto.
"Se nos vino encima una moto azul y bajaron dos pibes, no los vi hasta que estaban al lado, y solo se me ocurrió correr", contó Micaela en diálogo con LA NACION, Ella y su madre fueron golpeadas por los delincuentes, que se escaparon cuando se dieron cuenta que los gritos de las mujeres habían alertado a los vecinos.
"No es la primera vez que nos pasa, el sábado pasado dos pibes entraron en mi edificio con un revólver, buscando un departamento para robar", comentó Micaela. En una de esas viviendas habita Julieta, que ratificó ese intento de los ladrones se meterse en alguna de las propiedades. "Me levanté a las 6 y lo vi saltando a la calle con un revólver, menos mal que no me vio, porque no sé que hubiera pasado".
Micaela no puede creer que el motochorro que la atacó quedase en libertad tan rápido. "Estoy indignada, nosotras pasamos un susto tremendo y él ( por el joven ladrón) está en la casa como si nada hubiese pasado y listo para robar de nuevo", dijo.
Más allá de la decisión judicial, Luciano, hermano de la mujer asaltada, criticó a la policía: "Aparecen cuando vienen los canales de televisión, pero después dejan pasar autos y motos sin patente. Cuando los llamamos nosotros, dijeron que no podían mandarnos patrulleros porque estaban involucrados en otra persecución. Tuvimos que salir nosotros a ver si encontrábamos la moto".
Según los vecinos, los robos cometidos por menores se repiten en ese barrio. Roberto, que vive a tres cuadras de la calle donde asaltaron a Micaela, fue víctima de un asalto así en los últimos meses: "Iba con mi camioneta y en la calle había cuatro chicos. Pensé que estaban jugando, porque no tendrían más de 14 años. Les toqué bocina para que me dejaran pasar. Entonces los cuatro sacaron revólveres, apuntándome a la cabeza. me hicieron bajar y se llevaron mi auto. Ahora estoy desempleado, porque esa camioneta era mi herramienta de trabajo y sé que no la voy a recuperar", aseguró el hombre con una mezcla de enojo y resignación.
Diego Kravetz, jefe de gabinete y secretario de seguridad de Lanús, coincidió en el "problema recurrente" de los delincuentes menores en esa zona: "En su mayoría son chicos de una villa cercana, el Barrio La Fe, y los que más los padecen son quienes viven en lugares que están más cerca, como en este caso los vecinos de Villa Obrera".
El funcionario municipal aseguró que están identificados los otros dos involucrados en el robo a la familia Fernández. Se trataría también de menores.
Un "círculo vicioso"
"El tema es que no se los deja detenidos. Nosotros identificamos a los menores que están acusados de estos delitos, porque tienen una recurrencia de entrada y salida en las comisarías, que hacen que los vayas conociendo en el tiempo. La dificultad no está en la identificación, sino en que se los saque de sus ámbitos normales, porque la justicia siempre ordena lo mismo: se deja constancia de su identidad, se los notifica de la existencia de la causa y se los devuelve al progenitor. Entonces estamos en esta situación, en la que tenemos que convivir con estos delincuentes sin que los fiscales de menores tomen ninguna medida para impedirlo", aseguró Kravetz y se quejó de ese "círculo vicioso" que tanto limita las respuestas públicas de seguridad como quita posibilidades a esos menores de tener oportunidades de cambio.
Sobre la actividad constante de ladrones en el barrio sabe por experiencia propia Viviana, una vecina que muestra una carpeta con las ocho denuncias realizadas. La última fue presentada el 2 de este mes.
"Me reventaron el garage y se llevaron mi auto. Antes me habían robado las llantas cuatro veces". Esa vecina indicó que se contactó con el Centro de Monitoreo de Lanús para buscar pistas propias sobre los delincuentes que robaron su vehículo. "Les pregunté si habían podido ver la patente del auto en el que vinieron los ladrones y me dijeron que las cámaras de Lanús Este eran de menor calidad que las del Oeste y que no se alcanzaba a leer". Kravetz dio una explicación a ese problema: "De las 900 cámaras que posee el municipio de Lanús, solo 100 cuentan con el software para leer patentes. Al igual que la Ciudad de Buenos Aires, están ubicadas en el anillo que controla la entrada y salida del municipio".
La viralización en las redes sociales del asalto sufrido por la familia Fernández generó una mayor movilización de los habitantes del barrio Villa Obrera en procura de conseguir mejores niveles de seguridad.
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