Misterioso vuelo narco. Una avioneta se estrelló y expuso un cargamento de 324 kilos de cocaína
El cargamento está valuado en más de seis millones de dólares
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Una avioneta se estrelló en la localidad chaqueña de Avía Terai y los policías se sorprendieron al llegar a la zona y encontrar dentro de la aeronave 324 kilos de cocaína. Se trataba de uno de los vuelos narcos que bombardean con droga campos de esa provincia, Santiago del Estero, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. La avioneta, con matrícula boliviana, fue abandonada por el piloto.
Ese cargamento está valuado en más de seis millones de dólares, según la estimación de las autoridades.
Testigos de la caída de la avioneta afirmaron a la policía chaqueña que en la zona se encontraban dos camionetas, que dejaron el lugar tras el accidente. Ese dato es un indicio sobre que esa era el punto de acopio de la droga.
Ese contrabando de drogas forma parte de una de las rutas más exploradas por los grupos narco. Durante los últimos doce meses empezó a repetirse un fenómeno que preocupa a los gobiernos en Buenos Aires y Asunción: el robo de avionetas destinadas al narcotráfico. Se produjeron siete casos de sustracción de aeronaves. Dos en Chaco y cinco del otro lado de la frontera, en Paraguay, con otra particularidad: las aeronaves robadas tenían como destino Bolivia, país que es productor de cocaína, donde se sospecha que estas avionetas, en su mayoría Cessna, se utilizan para vuelos clandestinos para trasladar droga a Paraguay y la Argentina, donde se presume que esos cargamentos luego salen por la hidrovía Paraná-Paraguay, rumbo a Europa, una ruta cuya logística maneja el Primer Comando Capital (PCC).
La avioneta que se precipitó a tierra en Chaco tenía matrícula boliviana, pero es una táctica habitual en la logística narco tapar los logos originales y transformar las aeronaves en mellizas de alguna que no tenga impedimentos de vuelo.
Uno de los encargados de esa ruta aérea sería Jorge Adalid Granier Ruiz –boliviano, pero con DNI argentino– que tenía orden de captura internacional desde hace un año y fue atrapado en abril pasado en Brasil. Su servicio de “taxi aéreo” costaba 300.000 dólares. Los clientes debían pagar un adelanto para contratarlo. Los viajes los hacía un piloto de su mayor confianza. La aeronave despegaba desde Paraguay o Bolivia hacia la Argentina solo cuando tenía completa su capacidad de carga: entre 380 y 400 kilos de cocaína.
Uno de las formas más habituales de traslado de cocaína hacia los puntos de acopio de drogas, donde luego es acondicionada para el transporte terrestre hacia los mercados de consumo, es el bombardeo en campos. Las avionetas pasan a baja altura y dejan caer las cargas. A veces los cálculos de las bandas no son precisos y esos cargamentos quedan en manos de las autoridades luego que puesteros o cazadores encuentran de casualidad esas bolsas con cocaína. Así pasó en en la zona de J.B. Molina, cerca del límite entre Santa Fe y Buenos Aires, donde se hallaron bolsas arpilleras con 175 kilos de cocaína de máxima pureza.
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