Misterioso vuelo narco. Los enigmáticos sellos de los 324 kilos de cocaína hallados en una avioneta que se estrelló en Chaco
Los paquetes de droga tenían como marca una mano negra y la imagen de un hombre con barba; los dos tripulantes escaparon y dejaron el cargamento valuado en 6.000.000 de dólares
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ROSARIO.- Los 324,800 kilos de cocaína que estaban dentro de una avioneta que se estrelló en un camino rural de Avía Terai, en Chaco, encierran un misterio que los investigadores intentan develar: los panes de droga tenían dos marcas que no son comunes en el tráfico de este tipo de estupefaciente: una mano negra abierta y la figura de un hombre con una tupida barba.
El otro misterio que encierra el caso es que el piloto y un acompañante escaparon, tras ser socorridos por una camioneta, que supuestamente los esperaba en la zona. De estos dos hombres no hay rastros dentro de la avioneta, porque –según las fuentes judiciales consultadas por LA NACION- los peritajes que se hicieron en la puerta de la aeronave y en el volante no arrojaron ningún resultado sobre huellas ni rastros de sangre.
Por eso, la fiscalía federal de Roque Saénz Peña ordenó nuevos peritajes en la avioneta para ver si se pueden detectar huellas. No se descarta que hayan limpiado los rastros de sangre, porque con el impacto los tripulantes resultaron heridos, según testigos.
La aeronave es de origen boliviano. Una versión que está en proceso de confirmación por parte de la justicia federal es que la avioneta podría haber sido robada en ese país y utilizada para transportar cocaína desde la zona de Santa Cruz de la Sierra o también, a otra hipótesis, es desde Paraguay.
La hegemonía en el control de esa ruta, de acuerdo a varias investigaciones en Paraguay, está en manos del grupo criminal brasileño Primer Comando Capital (PCC).
Como publicó LA NACION el 25 de enero pasado, en Chaco se produjeron robos de avionetas que generaron preocupación. Entre diciembre y enero se repitió un fenómeno llamativo que tuvo impacto en el norte argentino y en Paraguay: el robo de siete avionetas, dos en Chaco, y cinco del otro lado de la frontera. Los casos están conectados, según coinciden los investigadores argentinos y guaraníes. Y detrás de la sustracción de las aeronaves hay una organización criminal, que provee a un grupo narco de estas aeronaves que sirven para trasladar droga. ¿Por qué llegan a esta conclusión? Se detectó que las avionetas tienen como destino Bolivia, productor de cocaína.
En Paraguay investigan, según señalaron fuentes de la Secretaría Antidrogas Nacional (Senad), si detrás de esta nueva metodología hay células de PCC, que tiene fuerte presencia en Bolivia y Paraguay, que domina la logística del tráfico de cocaína de la hidrovía Paraná-Paraguay.
La avioneta que se estrelló en Avía Terai generó sorpresa entre los 8000 pobladores de la zona. Los policías se sorprendieron al llegar a un camino rural, cercano a la ruta 16, alertados por un llamado anónimo, al encontrar dentro de la aeronave que estaba dada vuelta 324 kilos de cocaína. Ese cargamento está valuado en más de 6.000.000 de dólares, según la estimación de las autoridades.
Testigos de la caída de la avioneta afirmaron a la policía chaqueña que en la zona se encontraban dos camionetas, que dejaron el lugar tras el accidente. Ese dato es un indicio sobre que esa era el punto de acopio de la droga.
La fiscal auxiliar Pamela Michlig ordenó que se hicieran patrullajes en las rutas y se inspeccionaran los hospitales de la zona en busca de los tripulantes, que habrían resultado heridos en el impacto. Pero hasta este miércoles al mediodía seguían prófugos.
La avioneta que se precipitó a tierra en Chaco tenía matrícula boliviana, pero es una táctica habitual en la logística narco tapar los logos originales y transformar las aeronaves en mellizas de alguna que no tenga impedimentos de vuelo.
Uno de los encargados de esa ruta aérea sería Jorge Adalid Granier Ruiz –boliviano, pero con DNI argentino– que tenía orden de captura internacional desde hace un año y fue atrapado en abril pasado en Brasil. Su servicio de “taxi aéreo” costaba 300.000 dólares. Los clientes debían pagar un adelanto para contratarlo. Los viajes los hacía un piloto de su mayor confianza. La aeronave despegaba desde Paraguay o Bolivia hacia la Argentina solo cuando tenía completa su capacidad de carga: entre 380 y 400 kilos de cocaína.
Una de las formas más habituales de traslado de cocaína hacia los puntos de acopio de drogas, donde luego es acondicionada para el transporte terrestre hacia los mercados de consumo, es el bombardeo en campos. Las avionetas pasan a baja altura y dejan caer las cargas.
A veces los cálculos de las bandas no son precisos y esos cargamentos quedan en manos de las autoridades luego que puesteros o cazadores encuentran de casualidad esas bolsas con cocaína. Así pasó en en la zona de J.B. Molina, cerca del límite entre Santa Fe y Buenos Aires, donde se hallaron bolsas arpilleras con 175 kilos de cocaína de máxima pureza.
Una de las hipótesis que se manejan es que la avioneta que se estrelló en la provincia de Chaco podría pertenecer al clan Lima Lobo, que es una organización narco oriunda de Santa Cruz de la Sierra, pero que tiene relación con PCC.
La sospecha de que podría estar esta organización detrás de este narcovuelo responde a que la justicia chaqueña venía investigando que el clan Lima Lobo había comenzado a operar en el norte y el Litoral argentino a partir de la pandemia.
Si esta hipótesis se confirma podría ser otro indicio más de la presencia de PCC como abastecedor de cocaína en territorio argentino. Lo que deducen los investigadores es que esa cantidad de cocaína -324,8 kilos- podría estar destinada al tráfico internacional.
En agosto de 2021, Jesús Einar Lima Lobo Dorado, fue condenado a 14 años de cárcel por la justicia de Brasil, luego de comprobarse que fue responsable de enviar 300 kilos de droga a ese país vecino en 2017.
Según la prensa brasileña, la condena fue emitida por el juzgado primero federal de Acre por un proceso por tráfico internacional de droga que inició el Ministerio Público federal brasileño a Lima Lobo, debido a que se descubrió que su “clan familiar” fue el encargado de ingresar ese cargamento de droga al estado de Mato Grosso del Sur.
Lima Lobo es oriundo de Beni, región boliviana fronteriza con Brasil, que abarca parte de la Amazonía, y según las investigaciones policiales, era líder de un clan familiar que tenía nexos con organizaciones dedicadas al narcotráfico en Colombia y en Brasil, puntualmente con PCC.
Su nombre cobró notoriedad desde 2017, cuando la justicia de Brasil solicitó su extradición con sello rojo por el delito de tráfico internacional de drogas. Sin embargo, según las investigaciones de la Policía, el sindicado empezó a controlar el tráfico de drogas en la Amazonía desde 1990. Es decir, su caso era similar al de Pedro Montenegro, quien fue extraditado el año pasado, según señaló el diario boliviano El Deber.
Pese a que era uno de los narcos más buscados en Bolivia, Lima Lobo recién fue detenido por la Policía boliviana el 28 de septiembre de 2019, cuando se ejecutó un operativo en Santa Cruz de la Sierra. Estuvo unos pocos días en la cárcel de Palmasola, en Bolivia, hasta que le derivaron a una clínica privada por supuestos problemas de salud. Los medios bolivianos publicaron que en Santa Cruz de la Sierra Lima Lobo estaba alojado en una suite de lujo. Allí estuvo tres meses hasta que fue extraditado.
Actualmente, el narco boliviano está detenido en la cárcel federal de máxima seguridad de Campo Grande, en el también estado fronterizo de Mato Grosso del Sur.
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