Misterio en Las Cañitas: mataron a una vecina de 79 años y la mujer que la cuidaba dice haber visto al asesino
El crimen, ocurrido en un edificio de la avenida Luis María Campos al 800, fue descubierto cuando una empleada de la víctima se presentó a hacer la denuncia, tres horas después del hecho; afirmó que el homicida la tuvo retenida 40 minutos y que luego la dejó ir
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Milagro S. era la cuidadora de una mujer de 79 años que vivía en un edificio de la zona de Las Cañitas. El domingo, cuando llegó a trabajar, se topó en el departamento con un hombre de 1,70 metros, vestido con una remera blanca y guantes de látex puestos. La dueña de casa estaba maniatada. Ella, según contó, estuvo reducida 40 minutos hasta que el delincuente dejó que se fuera. Por los nervios, según explicó, primero fue a su domicilio y después hizo la denuncia. Cuando la brigada de la Comisaría Vecinal 14B de la Policía de la Ciudad llegó al inmueble encontró a la anciana muerta, en el piso del living, con una almohada que le tapaba la cara.
Así lo informaron a LA NACION fuentes policiales. El crimen es investigado por el fiscal Edgardo Orfila, con la colaboración de detectives de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad.
“El cuerpo de la víctima mostró signos de violencia en la parte interior de los labios y hematomas en la clavícula. La causa del fallecimiento se determinará con la autopsia”, explicaron las fuentes consultadas.
Detectives policiales y judiciales comenzaron a analizar las imágenes de los dispositivos de videovigilancia instalados en el edificio donde vivía la mujer asesinada.
“Hay nueve cámaras de seguridad”, explicó una fuente del caso. Según uno de los registros, ayer, a las 17.42, una persona bajó corriendo las escaleras y salió del inmueble. Su rostro lo tenía cubierto por un casco y llevaba una mochila sobre sus espaldas y en uno de sus brazos tenía colgado un bolso de grandes dimensiones.
“No sabemos si es el asesino o la asesina, pero las imágenes nos sirven para analizar y, en todo caso, ubicarnos en una franja horaria”, sostuvo a LA NACION una fuente que participa de la investigación.
Los investigadores dudan sobre si la persona que bajó a la carrera las escaleras es el asesino o la asesina por un motivo: los testigos sostuvieron que, en principio, no faltaba nada de valor del departamento donde vivía la mujer asesinada.
“La persona que quedó filmada cuando salía del edificio tenía una mochila y un bolso de gran tamaño, como si se llevara algo”, explicó un investigador.
La víctima, identificada como Tatiana Konovnitzine y de nacionalidad argentina, vivía en un departamento de un edificio de Luis María Campos al 800, en la zona de Las Cañitas, Palermo.
Según relató Milagros S. en su denuncia, llegó al inmueble a las 17, para empezar su jornada laboral. Apenas ingresó al departamento se encontró con el delincuente que tenía reducida y maniatada a Konovnitzine.
Milagros S. afirmó que el desconocido, al que describió como un hombre mayor de edad, de 1,70 metros y que llevaba guantes en sus manos, la redujo y la tuvo privada de la libertad durante 40 minutos.
“El delincuente le preguntaba a los gritos a la cuidadora dónde guardaba sus ahorros la víctima”, contó un investigador.
Cuando el asaltante la dejó ir, en lugar de ir a hacer la denuncia o llamar a la familia de la víctima, Milagro S. se fue al departamento donde vive, en Fray Justo Santa María de Oro al 2400, en Palermo.
“Explicó que se fue a su casa por los nervios”, dijeron fuentes policiales. Finalmente, Milagros S. se presentó en la Comisaría Vecinal 14B de la Policía de la Ciudad a las 20.20 y, tras hacer un relato de lo que vivió, pidió que los uniformados fueran al departamento de Konovnitzine.
Finalmente, la Policía de la Ciudad entró en el 5° B del edificio situado en Luis María Campos 831 y encontró a Konovnitzine en el living, con una almohada que le tapaba el rostro. El fallecimiento fue confirmado por el médico que llegó poco después en una ambulancia del Servicio de Atención Médico de Emergencia (SAME).
Sin faltantes a la vista
El encargado del edificio, Sergio, explicó que se cruzó por última vez con la víctima cerca de las 16. “Me pidió un recibo de expensas. Subí al quinto, no me contestó y le pasé el recibo por debajo de la puerta, a eso de las 19.15 del domingo. La policía llegó después de las 20. Ella no contestaba. Tuvimos que esperar a su cuidadora, que tenía las llaves del departamento. Ahí nos encontramos con la señora tirada en el piso”, dijo el portero en declaraciones a un canal de noticias.
Sergio dijo que, a simple vista, no advirtió ningún faltante en el departamento. “Estaba todo: la netbook, el televisor. Si le robaron algo, desconozco”, afirmó el hombre, quien aseguró que “nunca hubo un robo” en el edificio, según su conocimiento.
Además de Sergio y de Milagros S., también declaró la apoderada legal de la víctima. A partir de las declaraciones de los testigos, los detectives policiales pudieron determinar que la víctima tenía un hijo, con el que no tenía relación.
“La relación rota entre madre e hijo está confirmada. No pudimos determinar desde cuándo. Algunos dijeron que la última vez que hablaron fue hace cinco años; otros, hace 40″, agregó una fuente del caso.
Personal policial ya se contactó con el hijo de la víctima para comunicarle el fallecimiento. El hombre dijo que se iba a presentar en la seccional policial, pero hasta esta tarde no lo había hecho.
“La investigación está encaminada”, dijo una detective que está tras los pasos del asesino o la asesina de la jubilada de Las Cañitas.
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