Misterio en el río: las pruebas que vinculan a un exCadillac con la cocaína que flotaba en el agua
El juez federal Ernesto Kreplak consideró a Ignacio Pardo, más conocido como Naco Goldfinger, coautor del delito de transporte de estupefacientes
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El exsaxofonista de los Fabulosos Cadillac Ignacio Pardo, más conocido como Naco Goldfinger, salvó su vida de milagro cuando, dos semanas atrás, fue rescatado en estado de hipotermia en las aguas del Río de la Plata. En las últimas horas, el juez federal de La Plata Ernesto Kreplak lo procesó con prisión preventiva por el delito de transporte de estupefacientes y trabó un embargo sobre sus bienes hasta cubrir la suma de $50.000.000 al tener acreditado, prima facie, su vinculación con el hallazgo de un bolso con 33 kilos y medio de cocaína que flotaba en cercanías de donde estaba el náufrago.
Así lo informaron a LA NACION fuentes judiciales. El magistrado también procesó con prisión preventiva a Gastón Leonardo Minin, el otro náufrago que había sido rescatado por los tripulantes de una embarcación que se encontraba en la “Zona de Espera y Fondeo de Prácticos Rada La Plata” en inmediaciones de la boya del kilómetro 52 del Río de La Plata. Una tercera persona, Carlos Cammarota, murió ahogada.
“Con el cuadro fáctico existente a la fecha y con el grado de probabilidad que requiere la instancia, ha de tenerse por acreditado, prima facie, que Cammarota, Minin y Pardo se embarcaron en posesión de la droga incautada, con el propósito de transportar los estupefacientes con rumbo de momento desconocido”, explicó el magistrado en su resolución que se conoció hoy.
Para el abogado de Pardo, Juan Manuel Casolati, en el expediente no hay pruebas que vinculen la cocaína secuestrada con su cliente.
“Estoy convencido de que la droga fue secuestrada mucho más lejos de donde dice la Prefectura Naval. Hemos solicitado una serie de medidas de prueba para poder acreditar esta situación”, dijo a LA NACION Casolati.
Dos náufragos y un cadáver
Lo que comenzó con la historia del rescate de dos náufragos derivó en una investigación por narcotráfico. Hace dos semanas, el 15 del mes pasado a las 7, los tripulantes de una embarcación “visualizaron a dos personas en situación de naufragio, procediendo a su rescate con vida”, según se desprende del expediente judicial.
Cuando fueron rescatados y a pesar de su estado de hipotermia, los náufragos llegaron a comentar que estaban acompañados de una tercera persona, Cammarota.
Poco después, la Prefectura Naval inició una búsqueda para intentar encontrar a Cammarota. Según el expediente judicial, a las 8.30, “tripulantes del Guardacosta Lago Colhué divisaron flotando, próximo al lugar de donde fueron rescatados Minin y Pardo, un bolso negro de aproximadamente un metro, el cual contenía en su interior 34 panes, con un peso de 33,490 kilos de una sustancia cuyo reactivo dio positivo de clorhidrato de cocaína”.
Cuarenta minutos después, prefectos embarcados en el Guardacosta Bahía Blanca hallaron un cadáver. Era el cuerpo de Cammarota, de 45 años y quien en marzo último se había fugado de la cárcel de Lomas de Zamora. Murió por asfixia mecánica por sumersión.
Poco después, en las cercanías de un camping de Punta Lara, personal de la Prefectura Naval halló una camioneta Toyota Hilux con un tráiler gris enganchado. En el interior del vehículo se encontró documentación de una moto a nombre de Cammarota y una factura de compra de inyectores a nombre de Pardo y cinco teléfonos celulares que serán sometidos a un peritaje.
Después de ser atendidos por el cuadro de hipotermia en el Hospital Cestino de Ensenada, Pardo y Minin fueron indagados por el juez Keplak.
Minin, defendido por el abogado Carlos Broitman, “hizo uso de su derecho a negarse a declarar, limitándose a señalar que desconocía el bolso hallado”.
La versión del exmúsico
Pardo, en cambio, dio una extensa explicación. El exsaxofonista de los Fabulosos Cadillacs dijo que conocía a Cammarota de un taller de pintura de Ituzaingó. Nada dijo sobre que habían estado alojados en la Unidad 30 del Servicio Penitenciaria Bonaerense (SPB), en General Alvear, donde ambos cumplían una condena por robo.
En su indagatoria, Pardo, de 56 años, sostuvo que en una charla en el taller de pintura le comentó a Cammarota que tenía un astillero (en San Fernado) y forjaron una amistad y que salieron varias veces a probar lanchas.
“El jueves 14 de octubre coordinamos para encontrarnos en mi astillero a probar una lancha. Él llegó con una moto valuada en 10.000 dólares y U$S 3000 [en billetes] que me dejaba por una lancha tracker con motor. Salimos los dos solos a probar la lancha. La bajamos en Tigre, la probamos dos horas aproximadamente en la zona del Delta Las condiciones climáticas hasta las 16 eran favorables, ya pasadas las 16.30 el río se empezó a poner blanco y volvimos. Navegamos una milla. Quise mostrarle el derrotero de boyas. Él me preguntó como hacía para llegar por el río a zona Sur, yo me asomé al estuario del Río de la Plata y le apunté cuál era el derrotero a seguir”, sostuvo el imputado.
Según Pardo, en un momento, Cammarota, tomó la decisión de comprarle la lancha. “Me paga y me pregunta dónde había una rampa menos pronunciada para bajar y me dijo que se iba a ir por el agua navegando hasta Ensenada. Él insistía, se quería ir por el agua. Le dije diez veces que no. Me dijo que se iba a ir navegando a zona sur porque la lancha la iba a dejar en Ensenada en un club náutico”, agregó.
Pardo, que en julio del año pasado había recibido la libertad asistida cuando cumplía una condena por robo, recordó que le aseguró a su amigo que “estaba bravo para navegar” porque el viento soplaba a 57 kilómetros por hora (esa tarde hubo un fuerte temporal).
“Llegué a mi casa a las 21.10 y lo fui a buscar porque sabía que Cammarota no sabía navegar y, menos de noche, que es una locura. Antes de salir en búsqueda de Cammarota me había fijado y había bajado el viento, era de riesgo, pero más navegable”, relató Pardo y dijo que fue a buscar a su amigo Minin a su casa de Munro, en Vicente López, porque tenía conocimientos de náutica y sabe nadar.
Pardo explicó que fue hasta Ensenada con su camioneta Toyota Hilux. A las 24, con Minin, a la altura de Punta Lara, en una lancha, comenzaron a navegar para buscar a Cammarota, según el relato del imputado,
“Afilo [sic] la proa hacia la primera boya que vi del canal, calculando que, según las instrucciones que le había dado [a Cammarota] debería estar en la zona, pero nunca lo encontré. El problema es esa zona que es muy abierta. A unas cuatro millas náuticas más o menos, aproximadamente 6 kilómetros, el motor golpea fuerte con algo abajo y me lo vuelca hacia adelante y me desconecta la vía de combustible, entonces, como una mala maniobra, en vez de poner la proa hacia las olas, de la desesperación me tiré atrás a intentar solucionarlo. Mientras Gastón [por Minin] tiró el ancla para no seguir yéndonos. Al irme a popa del barco, me entró una ola, después de esas entraron un par de olas más y se hundió en un minuto aproximadamente”, afirmó en su indagatoria.
Según Pardo, la corriente los llevó hacia el sudeste, en la zona de “práctica y fondeo”. “Entramos a una zona de corriente contra corriente y nos quedamos en un círculo aproximadamente tres horas. A eso de las 6.30, pasó una embarcación. Gritamos desesperados y por suerte las personas nos vieron”, recordó.
El acusado dijo que no le avisó a la Prefectura Naval la situación de Cammarota porque le iban a secuestrar la lancha porque no habían hecho los papeles [de transferencia].
Cuando la defensa le preguntó si podía determinar, en kilómetros, la distancia que separa el lugar del hallazgo del bolso [donde estaba la droga] y el lugar en que fueron rescatados él y Minin, Pardo respondió: “Aproximadamente es una diferencia de tres minutos, un kilómetro y medio o dos kilómetros más o menos más alejado hacia el sudeste, yo estaría más hacia la costa y de los barcos”.
Conclusiones de la Justicia
Para el juez Kreplak, está probado, según explicó en el auto de procesamiento, que el 15 de octubre pasado Pardo, Cammarota y Minin llegaron al camping El Pajarito, Ensenada, en la camioneta Toyota Hilux. El vehículo tenía un tráiler donde transportaban la lancha Puerto Bemberg, una embarcación tipo tracker negra con motor fuera de borda.
“Una vez allí , descendieron del rodado en cuestión con el objetivo de botar la embarcación dentro del arroyo, a fin de zarpar aguas adentro con destino hasta el momento incierto para la investigación. Unas seis horas más tarde, en lo que coincide con el inicio de esta pesquisa, Minin y Pardo aparecieron flotando con chalecos salvavidas circulares y de cuerpo en la Zona de Espera y Fondeo de Buques en la Rada La Plata”, explicó el magistrado en su resolución.
El juez Kreplak afirmó que la versión dada por Pardo fue endeble y, por momentos, “francamente inverosímil”.
“Incluso si todo esto hubiera ocurrido efectivamente tal como lo relató Pardo, subsiste sin explicación y resulta contrario a la lógica y a la experiencia admitir que Cammarota, quien de acuerdo a los dichos de Pardo no poseía experiencia de navegación y carecía del carnet personal de navegación correspondiente, se arriesgara en una lancha sin papales y avecinándose un temporal, desde zona norte hasta Ensenada, ruta de la cual tenía conocimiento solo por las indicaciones que el mismo Pardo precisó en su declaración haberle transmitido. Si el propósito de Cammarota era efectivamente dirigirse en ese mismo momento a Ensenada, en las condiciones señaladas, no se advierte una sola razón que explique por qué no lo hizo por tierra a bordo del trailer”, afirmó el magistrado en el auto de procesamiento, al que tuvo acceso LA NACION.
Kreplak explicó: “Este relato [las palabras de Pardo], inconsistente y contradictorio, pretende desviarse de la acusación procurando la impunidad mediante la expresión de un discurso que, en rigor de verdad, intenta alejar su cuerpo y el de Minin de la zona de hallazgo del bolso y del cadáver de Cammarota, en atención a que se encontraban más próximos a estos en latitud y longitud que a la costa”.
Incógnita
El magistrado dijo que todavía falta “demostrar la efectiva posesión por parte de los imputados del material ilícito secuestrado”. Kreplak sostuvo: “El solo hecho de que existan tres personas en situación de naufragio y un bolso flotando no implica, per se, que el bolso les pertenezca. Sin embargo, en el caso de autos, se observa una incógnita que subyace hasta la fecha: sin perjuicio del silencio o los dichos de los imputados, se encuentra probado que los tres se embarcaron en el Río de la Plata en una noche por demás peligrosa. Entonces, si no era a buscar o llevar el bolso con los estupefacientes, ¿a qué fueron? Y, en todo caso, ¿por qué incurrir en el camino de la mendacidad en lugar de dar una explicación clara, verosímil y comprobable? La respuesta es que, al menos con los elementos reunidos hasta el momento, no hay otra forma de explicar la presencia de los tres imputados en ese momento y en ese lugar, que vincularlos materialmente con la sustancia secuestrada en autos. A esta conclusión contribuye también la elevada calidad de la droga, que también de acuerdo con las reglas de la experiencia y la lógica, desmiente la hipótesis de haber sido ´plantada´ para fraguar el operativo o simular una situación distinta a la que aquí se sostiene”.
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