Golpe a la madrugada. Sorprendieron a dos familias mientras dormían en un country, ataron a las víctimas y se llevaron US$25.000
El grupo de delincuentes cortó un cerco perimetral para ingresar en el barrio privado
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Dos familias fueron asaltadas en la madrugada de ayer en un country por un grupo de delincuentes que, tras atar a las víctimas, les robó unos 25.000 dólares en el partido bonaerense de San Vicente, informaron fuentes policiales y judiciales.
El hecho ocurrió alrededor de las 2.30 de la madrugada en el barrio cerrado Santa Clara al Sur, ubicado en el kilómetro 16.9 de la ruta 58. Fuentes policiales y judiciales informaron a Télam que unos cinco delincuentes atravesaron el cerco perimetral para acceder a dos viviendas del country.
En primer lugar, los ladrones ingresaron al lote 35 y sorprendieron al propietario, un contador que estaba durmiendo junto a su familia. Tras atarlos de pies y manos, los delincuentes le sustrajeron 10.000 dólares, una alianza de oro y los celulares. Luego, la banda entró a una casa situada en otro lote, donde vive un empleado de la Asociación Vecinal Nordelta.
Según las fuentes, el hombre también estaba con su esposa e hijo y tras maniatarlos les sustrajeron 15.000 dólares.
Personal de la comisaría 1ra. de San Vicente fue alertado y comenzó a investigar los asaltos en los que las víctimas no sufrieron lesiones. Los voceros añadieron que una parte del cerco perimetral estaba cortado.
El hecho es investigado por la fiscal Karina Guyot, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) descentralizada en San Vicente, Departamento Judicial La Plata.
En las últimas semanas trascendieron varios golpes en barrios privados, que si bien tienen mejores condiciones generales de seguridad que las casas de vecinos en calles abiertas, no son lugares inalcanzables para el delito.
Esta semana, por ejemplo, el músico y disc jockey Maximiliano Trusso denunció que delincuentes ingresaron a su vivienda en un barrio privado de la localidad de Rincón de Milberg, en Tigre, y le robaron una caja fuerte en la que guardaba unos 3000 dólares y otros 10.000 dólares que tenía en otro sector de la propiedad, informaron hoy fuentes policiales y judiciales.
El robo ocurrió el último viernes por la tarde en el domicilio ubicado en el lote 48, de la manzana 4, del barrio privado Santa María de Tigre, ubicado sobre la ruta provincial 27, de la mencionada localidad del norte del Gran Buenos Aires.
El barrio privado Santa María de Tigre es el mismo en el que entre el 19 y 22 de marzo pasado ocurrió una seguidilla de robos como este, con modalidad “escruche”, atribuidos a una banda de colombianos que quedaron filmados tanto dentro del country como en el exterior cuando fugaron en un automóvil Peugeot 408.
Por esos hechos, el 28 de marzo fueron aprehendidos tras una persecución por Benavídez dos sospechosos colombianos de 23 años, a quienes los agentes les secuestraron dinero en efectivo, cadenas de oro, relojes y dos mochilas con elementos de corte para el ingreso a viviendas, pasamontañas, guantes, destornilladores planos y precintos plásticos.
Voceros judiciales indicaron que, a diferencia del caso de la casa de Trusso, donde parece haber involucrado alguien con conocimiento de la propiedad, en esos robos atribuidos a los colombianos, se trató de hechos cometidos al voleo en las casas de los bordes perimetrales del country.
Una semana antes de ese robo al DJ Trusso se había conocido otro golpe en un barrio cerrado. Un grupo de cuatro ladrones robó en la noche del 22 de abril pasado una casa en el exclusivo country Grand Bell Club de Campo, ubicado en el partido de La Plata y se llevó una millonaria cifra.
Según la reconstrucción del hecho, el robo ocurrió ese sábado por la noche, cerca de las 21. Tres hombres ingresaron a una vivienda del club de campo, mientras que una mujer ocupaba el rol de conductora a bordo de un Peugeot 208 que utilizaron para entrar al barrio privado. Los sospechosos pasaron los controles de seguridad después de simular tener problemas técnicos con la tarjeta de ingreso. La situación derivó en que se les habilitara el acceso al barrio, donde automáticamente se dirigieron a la vivienda asaltada, que estaba desocupada en ese momento.
Para salir del country no repitieron el ardid. Simplemente, arrollaron la barrera de vigilancia.
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