Millonaria donación bajo sospecha: la Justicia dictó la falta de mérito para representantes de Cáritas
Se trata de un expediente judicial donde se investiga si hubo una estafa con un fideicomiso de US$ 3.019.439 donde la conocida organización de la Iglesia Católica fue la única beneficiaria
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El expediente donde se investiga una supuesta estafa con un fideicomiso de más de tres millones de dólares que tenía a Cáritas Argentina como única beneficiaria avanzó en los últimos días con la decisión de la Justicia de dictar la falta de mérito de tres imputados vinculados con la recocida organización de la Iglesia Católica.
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes con acceso al expediente. La decisión de dictar la falta de mérito para sobreseer o procesar fue tomada por la jueza en lo criminal y correccional porteña Fabiana Palmaghini respecto del apoderado de Cáritas Argentina, L. O. Q.; de C. P. M., que fue tesorero de la Conferencia Episcopal Argentina, y del extesorero de la organización, C. A. M.
La investigación judicial, en la que interviene el fiscal Pablo Recchini, se inició después de una denuncia presentada por una de las sobrinas de José Frischman. El hombre murió en diciembre de 2011 a los 98 años. Nunca se casó y no tuvo hijos.
En 2002, Frischman abrió un fideicomiso en una cuenta en el Merrill Lynch Bank & Trust Company de las Islas Caimán, con Cáritas Argentina como única y exclusiva beneficiaria del 100% de los valores: US$ 3.019.439.
La situación llamó la atención de las sobrinas del hombre, que hicieron una denuncia. En la causa judicial, que estuvo a punto de prescribir, un peritaje caligráfico oficial determinó: “No se estableció la intervención escritural de Frischman en las firmas obrantes en el fideicomiso en estudio”. Es decir: la firma de apertura del fideicomiso habría sido falsificada.
A principios del mes pasado, como informó LA NACION, tras un pedido del representante del Ministerio Público Fiscal, la jueza Palmaghini citó a prestar declaración indagatoria al apoderado de la comisión nacional de Cáritas Argentina. La imputación es por el delito falsificación de documento privado en concurso ideal con estafa procesal, según informaron fuentes judiciales. Después se sumaron a la lista los otros dos imputados.
Los acusados son representados por el abogado penalista Alejandro Carrió. La querella, por los letrados Miguel Bronfman y Jorge Kielmanovich. El primero en ser indagado fue el apoderado de Cáritas, que presentó un extenso escrito para explicar las particularidades del fideicomiso del que la organización de la Iglesia Católica fue la única beneficiaria.
Después de conocer la resolución judicial, fuentes cercanas a la querella dijeron a LA NACION: “Desde nuestro punto de vista el panorama es claro: hay un fideicomiso con una firma oficialmente declarada falsa, supuestamente firmado en Montevideo, cuando está acreditado que Frischman no salió del país. Pero decidimos no apelar porque hay argumentos formales para la falta de mérito, e intuimos que, siendo Cáritas, seguramente cuenten con un ‘extra’ de protección en el Poder Judicial. La seguiremos peleando”.
En el escrito de defensa, según fuentes de la causa, se sostuvo que “ni aun en el inexistente supuesto de que hubiese existido algún delito perpetrado por funcionario de Merrill Lynch y/o terceros con relación al documento en cuestión, al decidir él el cobro de los fondos por Cáritas era razonable confiar en las cartas y ratificaciones de Merril Lynch confirmando su legalidad, en las manifestaciones realizadas respecto de hechos consistentes con la existencia del fideicomiso y en que no había ningún elemento para sospechar en contra de ello. En consecuencia a lo detallado, consideró que tampoco su actuar al aceptar los fondos de buena fe puede quedar encuadrado en algún tipo de participación en una estafa mediante el uso de documento privado falso”.
El imputado afirmó que hay pruebas para sostener que el fideicomiso cuestionado es válido. “Validez que no depende de la sola firma dubitada hasta el momento”, dijo.
El apoderado sostuvo que desde hace muchos años colabora con Cáritas en cuestiones legales, siempre ad honorem.
“En este caso también se ocupó de realizar las conversaciones con directivos de Merrill Lynch, de analizar la documentación que se les entregó, de cumplir con el proceso normal de control de veracidad, legalidad y origen de los fondos con toda la información que Merrill Lynch le entregó, y de verificar otras formalidades necesarias, todo ello previo a que Cáritas procediera a la aceptación del fideicomiso en el carácter de beneficiario”, según en el escrito presentado en la indagatoria.
Además, recordó, que en 2014, cuando se enteraron de los cuestionamientos después de una llamada telefónica de la querella, se comunicaron con el banco para “anoticiarlo” de la existencia de las dudas de terceros [de las herederas de Frischman] sobre la autenticidad de la firma del Sr. Frischman en el contrato de fideicomiso.
“Fue en ese contexto que requirió mayores precisiones acerca de los pasos concretos tomados por Merrill Lynch para considerar válido el fideicomiso. En respuesta, recepcionó una nota de fecha 20 de noviembre de 2014 en la que se le ratificó que se habían seguido los procedimientos habituales para asegurar la validez de los documentos del fideicomiso, que Frischman firmó no solo el contrato mencionado, sino también varios otros documentos descritos en esa nota y que habiendo revisado todos esos documentos originales, Merrill Lynch no tenía duda alguna de que las firmas eran auténticas”, se agregó en el escrito de la defensa, al que tuvo acceso LA NACION.
Además, se sostuvo que Frischman, un mes después de firmar el fideicomiso, hizo un testamento donde a sus sobrinas solo les heredó un departamento y “no había hecho mención a los fondos del fideicomiso, estimando que ello se debía a que ya habían sido donados a Cáritas”.
“Ante dichas circunstancias entendió que no había razón para no aceptar el fideicomiso y utilizarlo, además de que se había seguido todo el proceso usual de confirmación de legalidad y origen de los fondos”, se agregó en el escrito defensivo.
El apoderado explicó que los otros dos imputados no tuvieron contacto directo con los funcionarios de Merrill Lynch, y que solo siguieron sus recomendaciones y pedidos, agregando que además no son ni fueron los responsables de Cáritas ni de la Confederación Episcopal Argentina.
Los otros dos imputados, al momento de ser indagados, ratificaron todo lo expuesto en el escrito presentado por el primer indagado.
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