Milagro: una niña recibió un tiro en la cara y sólo fue una herida leve

En 36 horas, otra niña fue baleada durante un tiroteo entre delincuentes y policías en el conurbano bonaerense. El miércoles pasado a la tarde, una niña de 10 años fue el blanco de una bala perdida, proveniente de un tiroteo entre policías y ladrones, que ingresó por la ventana de su casa en Vicente López. Afortunadamente el proyectil sólo rozó su rostro y sufrió una herida leve.

Cabe recordar que, el lunes pasado, una alumna de 15 años de un colegio privado de Morón murió mientras se hallaba en el recreo, al recibir un tiro en el tórax disparado afuera del establecimiento durante otra persecución policial.

"Me arde mucho, mamá", dijo entre llantos la pequeña Giovanna Romano, de 10 años, luego de que una bala perdida le rozara la mejilla derecha, mientras veía televisión en el living de su hogar del barrio Villa Melo, en Villa Martelli, en partido de Vicente López. Ocurrió el miércoles a la tarde y el disparo provino de un tiroteo entre unos ladrones que robaron un auto en Villa Maipú, partido de San Martín, y eran perseguidos por la policía. La niña fue atendida y luego fue dada de alta.

La familia de Giovanna dormía la siesta, pero eran las 17 y ella no quería perderse la novela de la tarde. La pequeña estaba con Rocco, su perro bulldog francés de nueve meses, frente a la TV en el living del departamento del primer piso de un monoblock de Cochabamba 925.

"Me desperté por la impresionante cantidad de disparos. Cuando fui a decirle a Giovi que tenga cuidado, que no salga, ya era tarde: tenía la carita lastimada. Ella lloraba y estaba muy asustada", dijo a LA NACION María, la madre de la nena.

Una bala perdida perforó el marco de acero de la ventana del living, le rozó la mejilla derecha a Giovanna, cruzó los ocho metros del ambiente y finalizó su trayectoria al incrustarse en la pared, arriba del baño de la puerta del baño.

"Me arde mucho, mamá. Es como fuego", le dijo la pequeña mientras se agarraba la mejilla derecha, que le sangraba sin parar. De inmediato, María bajó con Pedro, su pareja; con Giovanna y su otra hija, Maia, de 14 años. Los primeros cinco patrulleros que llegaron no quisieron llevarlos al hospital. "Los policías nos dijeron: «Estamos actuando y no podemos llevarla»", dijo María.

"Los vecinos empezaron a discutir con los policías y el clima se puso muy tenso. Por eso caminamos media cuadra, hasta Melo, y un auto que pasaba nos llevó hasta el hospital", agregó la madre.

"No les creía a los médicos cuando dijeron que había sido una bala, porque pensaba que los disparos en la cara eran mortales. Fue un milagro", dijo con María con una sonrisa, mientras veía a su hija jugar con su perro Rocco. "Luego de las curaciones le dieron el alta y en ese momento los policías sí nos quisieron llevar, pero a la comisaría para declarar. Una verdadera ironía", agregó la madre.

Persecución y tiroteo

Al llegar al destacamento policial, la familia Romano entendió de dónde provino la bala. Según los investigadores policiales, todo comenzó cuando dos delincuentes armados sorprendieron a un hombre y lo amenazaron con armas para robarle su auto VW Fox en el cruce de Roma y Villegas, en Villa Maipú, partido de San Martín.

La víctima del robo es un albañil que acababa de salir de trabajar en una casa de esa zona, quien dio aviso al teléfono de emergencias 911. Un móvil del Comando de Prevención Comunitaria (CPC) de San Martín localizó el vehículo robado y comenzó a perseguirlo hasta proximidades de la Villa Melo, en Vicente López. Allí, los delincuentes descendieron del auto y comenzaron a disparar contra los policías.

Fuentes policiales informaron que el patrullero del CPC recibió tres impactos de bala, pero que el personal resultó ileso. Mientras que los delincuentes huyeron hacia el interior de la Villa Melo y aún continúan prófugos. Aún no se estableció de qué arma provino la bala que hirió a la niña.

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