Mientras le pegaban hasta matarlo, a Fernando Báez Sosa le gritaban "negro de m..."
LA NACIONDarío Palavecino
VILLA GESELL. El nuevo testigo que se incorporó ayer a la causa describió paso a paso la escena del ataque a Fernando Báez Sosa, ubicó a varios de los agresores dentro de la discoteca Le Brique y puntualizó con detalles donde estaban y cómo golpeaban a la víctima y a uno de sus amigos. En esa declaración, a la que pudo acceder LA NACION, marcó a quien "parecía el líder del grupo" y que durante la golpiza le gritaban "negro de mierda".
"Era el que iba al frente, el que más pegaba", puntualizó en su declaración al presentar a ese destacado del grupo: "llevaba camisa negra desprendida", dijo sobre características que podrían coincidir con la imagen de Máximo Thomsen que aparece en videos incorporados a la causa. Para la fiscal Verónica Zamboni, según consta en el expediente e imputación, ese acusado es uno de los autores materiales del asesinato.
"Dale cagón, levántate, seguí peleando", contó que vociferaba ese "líder" mientras "agarraba a Fernando de los pelos y le pegaba patadas" cuando ya estaba en el piso.
Casi dos horas permaneció en sede fiscal este nuevo testigo presencial que hoy está convocado para participar de la cuarta jornada de rondas de reconocimiento, presentada ya como la última de esta instancia. Los detenidos llegaron a las 7 a la sede de la Secretaría de Seguridad y poco después comenzó el arribo de los "extras", que son jóvenes elegidos en vía pública para someterlos a cotejo con los acusados.
Este último testigo es un turista, tiene 21 años, permanece en la ciudad y dijo que tomó la decisión de presentarse a declarar apenas vio a los padres de la víctima, llorando durante la despedida de sus restos.
Tanto para la fiscalía como la querella esta declaración tiene peso porque es ajena al grupo de amigos de la víctima pero coincidente con lo que ellos testimoniaron en la causa.
En su relato cuenta que estuvo en la discoteca y que salió después de las 4.30 por el calor. Permanecía afuera, en la puerta del local, cuando enfrente advirtió una pelea detrás de un automóvil que estaba estacionado.
Dijo que estaba en la misma línea de Fernando, al que ve caer a la altura de la trompa del auto mencionado. Contó que lo vio "como arrodillado", con algún gesto de defensa con los brazos. Insistió que la víctima estaba "imposibilitado de pegar".
A quien sindica como el más violento es a quien describe con "camisa negra desprendida" sobre el pecho y a quien antes había visto dentro de la discoteca. También menciona a otra persona que veía por primera vez y que golpeaba a Fernando. Da una precisa descripción de su indumentaria y característica física: piel blanca, rulos y "más gordo que el anterior", precisó. Hoy, en ronda de reconocimiento, tendrá la oportunidad de señalarlo.
Explica que ese le da a Fernando "piñas y patadas" y se suman otros dos, a los que solo les ve la espalda y aporta datos sobre ropa que llevaban. En esa golpiza de tres o cuatro es cuando ve a Fernando caer al piso.
También puede describir cuando le pegaban al amigo de Fernando. "Lo golpearon para que no lo defienda", concluye. Y advierte que cada vez que intentaba incorporase para ayudar a su amigo lo volvían a golpear y caía al piso.
El testigo ubica en la escena del crimen a seis o siete integrantes del grupo que hoy está detenido y acusado de homicidio agravado por participación de dos o más personas. A unos con mucho detalle, a otros con referencias que complementadas con otras evidencias podrían permitir la identificación más precisa.
Asegura que el fin del ataque se da cuando una mujer grita que paren de pegarle a Fernando porque "lo van a matar". En esas circunstancias los agresores se marchan y se inicia la asistencia voluntaria de los presentes, a la espera del arribo del servicio de emergencias médicas.
Por Darío Palavecino
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