Miedo en Quilmes: a los vecinos les cobran una tasa de seguridad, pero la presencia policial en las calles es un espejismo
Hubo cuatro homicidios en ocho días; los residentes se quejan por la falta de presencia policial, afirman que hay patrulleros fuera de servicio y destacamentos, en zonas críticas, sin efectivos
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Los vecinos de Danilo Marcieri y de Daniel Carrera, asesinados durante robos, en Quilmes, pagan $500 por mes en concepto de tasa de seguridad en el impuesto municipal, pero viven desprotegidos en un distrito donde casi no hay presencia policial en las calles y donde los delitos denunciados aumentaron 9% en los primeros nueve meses de 2022 con respecto al mismo período de 2021.
Por año, el municipio de Quilmes recauda aproximadamente $600.000.000 en concepto de Contribución Especial Fondo de Seguridad, pero los delitos crecen. En 2020, la recaudación por la denominada tasa de seguridad fue de $360.000.000 y en 2021, alcanzó $478.000.000, según se informó oficialmente.
En diciembre pasado, Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes, anunciaba un ambicioso plan de inversión de 2.000.000.000 de pesos para comprar móviles, equipamientos para la policía y cámaras de videovigilancia.
Tres meses después del anuncio de la jefa comunal de Quilmes, los vecinos del quinto partido más poblado del conurbano, sufrieron una sucesión de cuatro homicidios en ocho días.
Ante los reclamos de los vecinos por los asesinatos del repartidor Marcieri y del jubilado Carrera, la intendenta le pidió al ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, que envíe más policías.
Además, la jefa comunal reclamó la necesidad de contar con gendarmes para reforzar los patrullajes. Ambas solicitudes contrastan con el anuncio realizado por la intendenta en diciembre pasado, durante un acto realizado en el Teatro Municipal por el aniversario de la creación de la policía bonaerense.
En ese acto, la intendenta prometió la compra de 20 camionetas y una cantidad similar de motos. Sin embargo, al recorrer el distrito cuesta encontrar un policía, casi no se observan móviles en las calles y algunos destacamentos están desocupados, como en Lamadrid y avenida La Plata, a un costado del barrio Los Eucaliptus, o cuentan con un solo efectivo, como el caso de la dependencia situada a 100 metros de uno de los ingresos de la villa Itatí.
Ante los reclamos de los vecinos, la diputada nacional Mónica Frade (Coalición Cívica ) presentó 11 pedidos de informes ante el municipio de Quilmes para que se indiquen detalles de la gestión en el área de seguridad.
Además, la legisladora hizo el mismo pedido ante el ministerio de Seguridad bonaerense. El municipio respondió uno de los pedidos. Mientras que el informe más detallado correspondió al Ministerio de Seguridad.
A partir de una serie de consultas realizadas entre distintas fuentes del ámbito de la seguridad de Quilmes, se pudo saber, de forma extraoficial, que dicho distrito cuenta con no más de 600 uniformados.
Esos 600 policías bonaerenses están a cargo de la seguridad de los 636.000 habitantes de Quilmes, que viven en una superficie de 125 kilómetros cuadrados, dividida en 62 zonas de patrullajes.
El distrito tiene nueve comisarías de la fuerza de seguridad provincial que cuentan con 40 efectivos cada una. En tanto que el único comando de patrullas, situado en el cruce de Camino General Belgrano y Mosconi tiene 35 móviles para patrullar 62 zonas o cuadrículas. Allí se desempeñan 210 efectivos que tripulan esos móviles.
Algunos de esos móviles policiales no están en condiciones de salir a recorrer las zonas de patrullajes. Les faltan luces o tienen los neumáticos lisos, como ocurrió con la camioneta que chocó en los últimos días en la esquina de Lynch y Mitre, debido a que se reventó una de las ruedas en plena persecución de un grupo de delincuentes que habían robado el vehículo, en el centro de Quilmes.
Otros móviles están abandonados en el playón situado en Guido, a un costado de la bajada de la Autopista Buenos Aires - La Plata
Además, la Municipalidad de Quilmes cuenta con 40 móviles propios cuya base de operaciones está en la sede de la Secretaría de Seguridad local, que funciona en el edificio que pertenecía a un reconocido boliche bailable de la zona.
A diferencia de lo que ocurre en otros distritos del conurbano, donde la dotación de los móviles es un chofer, que es empleado de la comuna, y un efectivo de la fuerza de seguridad provincial que cobra mediante el servicio de policía adicional, en Quilmes, los vehículos de la municipalidad que patrullan las zonas, tienen un tripulante.
Se trata de un chofer que es empleado municipal. Esto significa que no pueden participar de ninguna persecución.
Por este conjunto de factores fue que los vecinos que asistieron a las manifestaciones por los homicidios de Danilo y de Daniel, afirmaron que existe una situación de desprotección y que los móviles no están en las calles.
A los homicidios de Danilo y Daniel se sumaron los asesinatos de un ciclista, apuñalado para robarle en la zona de la Ribera quilmeña y de un gendarme que mató a un ladrón que intentó asaltarlo. Los cuatro homicidios ocurrieron en los últimos ocho días.
La indignación de los vecinos creció cuando tomó estado público que un día antes del homicidio de Daniel, ocurrido en Miguel Cané y Benito Pérez Galdós, un grupo de delincuentes asaltó a una mujer, la golpeó y la tiró al piso.
La vecina radicó la denuncia en la comisaría 3a., los efectivos le dijeron que fueron a la zona y no encontraron imágenes de las cámaras de seguridad. En realidad, los policías nunca concurrieron a la escena del asalto ni buscaron imágenes.
La cámara de seguridad de un particular registró el momento en que huían los delincuentes. Uno de los asaltantes coincidía con la descripción física que hizo un testigo del homicidio de Daniel, ocurrido 24 horas después. Los asaltantes escaparon en dirección al asentamiento situado en las adyacencias de Acha y Triunvirato, el mismo lugar en que se refugiaban los delincuentes que asaltaron al jubilado Jorge Ríos, en julio de 2020.
Si los policías de la comisaría 3a., hubieran revisado las cámaras de seguridad del lugar en el que asaltaron y golpearon a la vecina, tendrían la ruta de escape de los agresores y la pesquisa habría terminado en la detención de la banda. Al día siguiente, la misma banda atacó y mató a Daniel, en la misma zona.
A 25 cuadras, en el barrio La Cañada, de Bernal, los vecinos denunciaron una situación similar de supuesta inacción de algunos policías.
Mientras reclamaban por el homicidio del repartidor, los vecinos afirmaron que horas antes de que mataron a Danilo, la misma banda que asaltó y asesinó al joven, de 20 años, había cometido tres robos. Los damnificados alertaron a los policías de la comisaría situada a cinco cuadras, pero no hubo respuesta.
A pesar de los reclamos de los vecinos de mayor presencia policial, los robos y ataques contra los repartidores, como Danilo, siguieron. En las últimas horas, Marcelo, un joven que regresaba a su domicilio, fue atropellado por dos ladrones que le tiraron la moto encima para robarle la bicicleta.
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