“Mi vecino, el ladrón”: estaba en un country para robar US$ 200.000 y llamó al 911 para pedir ayuda
El sospechoso, que estaba prófugo desde el mes pasado, fue detenido por policías bonaerenses cuando fue a la casa de su mujer para brindar por Navidad; lo detectaron cuando se comunicó al número de emergencias para solicitar asistencia para su esposa, que escuchaba “ruidos extraños” en su casa
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Oscar G. V. fue parte de un plan criminal para robar 200.000 dólares y otros objetos de valor de una casa del Country Club Banco de la Provincia de Buenos Aires de Francisco Álvarez, Moreno, hecho ocurrido el 4 del mes pasado. Para no llamar la atención durante el robo, se había vestido con una ropa similar a las que utilizaba el personal encargado del mantenimiento de las piletas. Junto con sus cómplices había entrado en el barrio privado la noche anterior escondido en el auto de un vecino, un joven que había alquilado una propiedad como parte de la preparación del golpe. Pero cometió un error que fue clave para que los detectives policiales y judiciales lo identificaran: unas diez horas antes del asalto y cuando ya estaba en la escena de los hechos, desde una línea telefónica a nombre de su hermano llamó al número de emergencias 911 para pedir ayuda para su esposa que escuchaba ruidos extraños; dijo que él no podía ayudar porque estaba “trabajando”.
Tras un mes y 20 días prófugo, detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Moreno-General Rodríguez de la policía bonaerense detuvieron a Oscar G. V. en pleno de brindis de Navidad.
Así lo informaron calificadas fuentes judiciales. El caso había sido dado a conocer por LA NACION el 20 del mes pasado, tras la detención de Lucas T., el joven de 28 años que había alquilado una casa el Country Club Banco de la Provincia de Buenos Aires para no llamar la atención y poder concretar el robo sin contratiempos.
Lucas T., en realidad, vivía en Umbrales de la Merced, un country situado en La Reja, en Moreno. Los investigadores tienen la certeza de que el golpe en el country del Banco Provincia no fue un caso al voleo, sino que los delincuentes tenían la información que los dueños de la casa robada estaban de viaje y que podían llevarse un importante botín.
Como se dijo, el golpe ocurrió en horas de la mañana del 4 de noviembre pasado. Pero los delincuentes ingresaron en el barrio privado a la medianoche, escondidos en el auto de Lucas T., según sospechan los investigadores del caso.
“A las 0.07 del 4 de noviembre pasado, Oscar G. V. llamó al 911 porque su mujer escuchaba ruidos en los techos de su casa de Jose C. Paz. Él explicó que necesita ayuda porque estaba trabajando, cuando en realidad estaba dentro de un country a punto de protagonizar un robo”, dijo una fuente judicial.
Falsos pileteros
Cuando los ladrones irrumpieron en la casa robada, en el inmueble estaba un joven de 22 años, nieto de los propietarios. Había ido a darle de comer al perro de sus abuelos, que estaban de viaje.
Para no llamar la atención, los delincuentes estaban vestidos con una ropa similar a las que utilizaba el personal encargado del mantenimiento de las piletas. Se hicieron de un botín de US$200.000 (en un primer momento se había informado que eran 71.200 dólares) y, después de maniatar y dejar encerrado al joven en un baño, escaparon. Salieron del barrio privado en el auto de la víctima, un VW Gol Trend, y en un BMW blanco, propiedad de Lucas T, el vecino que había alquilado una propiedad tres meses antes, como parte del plan criminal.
Para avanzar en la investigación fueron claves el testimonio de una vecina que afirmó haber visto salir y entrar a los falsos pileteros de la casa alquilada por Lucas T., las filmaciones de las cámaras de seguridad del country y de la Municipalidad de Moreno y el análisis de la información de la activación de antenas telefónicas.
Tras la denuncia de la víctima, el fiscal general de Moreno-General Rodríguez, Lucas Oyhanarte, le dio intervención a la Oficina Especializada en la Modalidad Entraderas, conducida por Maximiliano Gómez, y que depende de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°7, conducida por el fiscal Raúl Villalba.
Los investigadores determinaron que dos minutos después de que uno de los ladrones saliera del Country Club Banco de la Provincia de Buenos Aires con la tarjeta de propietario y el auto de la víctima, hizo lo mismo Lucas T. en su BMW blanco.
“La sospecha es que los otros delincuentes salieron escondidos en el baúl de los autos”, sostuvo una de las fuentes consultadas. No se descarta que además de los tres falsos pileteros, en el robo hayan participado dos ladrones más.
El auto de la víctima fue abandonado en Moreno. Fueron dos los sospechosos que descendieron del vehículo con dos valijas y se subieron a un remise. Se dirigieron a las cercanías del country Umbrales de la Merced, en La Reja, donde habían dejado estacionado un auto la noche anterior al robo.
En Umbrales de la Merced vive Lucas T., quien esa mañana llegó al barrio cerrado en su BMW blanco tres minutos después de que lo hicieran “los valijeros”, según informaron fuentes judiciales.
Poco después, el auto donde se subieron “los valijeros” y el vehículo de Lucas T. se fueron de la zona de La Reja. “Según el análisis de las antenas donde se activaron los teléfonos celulares de Lucas T., de uno sus cómplices y del que le habían robado a la víctima, el viaje terminó en José C. Paz [para donde se había pedido la emergencia en la llamada al 911]. Es decir que todos hicieron el mismo recorrido”, dijo a LA NACION una fuente judicial.
Los investigadores sospechan que los cómplices de Lucas T. pasaron la noche en la casa alquilada en el country del Banco Provincia. “Se juntaron en los Umbrales, pero Lucas T. los llevó escondido en su auto al barrio cerrado donde iban a protagonizar el robo la mañana siguiente”, explicaron.
Dos semanas después del robo fueron detenidos Lucas T. y uno de sus cómplices. La investigación continuó para intentar identificar al delincuente que había llamado al 911 desde la escena del golpe.
“Se determinó quién era el titular de la línea desde donde se hizo la llamada. Pero con los datos se confirmó que esa persona estaba detenida en una unidad penal bonaerense por un caso de homicidio. A partir del nombre que dio la persona al comunicarse con el 911 se determinó que el dueño de la línea tenía un hermano que se llamaba igual y cuyo número de documento era parecido al que había entregado una de las personas para ingresar como invitado en la casa de Lucas T. en el country Umbrales de la Merced”, sostuvo un detective del caso.
A partir ese momento se comenzó a profundizar la pista sobre Oscar G. V. y se ordenó la intervención de su línea telefónica, además de otras tareas investigativas.
“Después de que cayeran presos sus cómplices, Oscar G. V. desapareció de los lugares que solía frecuentar y cambió la línea de teléfono. Pero se pudo advertir que se comunicaba con su mujer y se determinó que la iba a visitar en Nochebuena. Fue así que personal de la policía bonaerense pudo detenerlo en medio del brindis de Navidad”, explicó una fuente consultada.
Fuentes de la investigación destacaron el trabajo de la Oficina Especializada en la Modalidad Entraderas, que además de Gómez está integrada por José Caraballo, Luis Marchese y Diego Soos; la tarea del personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) y de la Jefatura Departamental de Moreno-General Rodríguez que trabajaron la Nochebuena para detener a Oscar G. V., y de la jueza de Garantías María Celina Ardohain, que autorizó los allanamientos.
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