Megaoperativo policial para desbaratar una secta criminal en Villa Crespo y zonas del conurbano
Los procedimientos se desarrollan desde anoche en el marco de una extensa investigación que abarca puntos de la ciudad y de la provincia de Buenos Aires; se sospecha que los miembros de la organización se dedicarían a la captación de gente con diversos fines, entre ellos la trata de personas
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La Policía Federal Argentina (PFA) realiza desde el viernes por la noche un megaoperativo contra una importante secta criminal, el cual incluye allanamientos tanto en la ciudad como en la provincia de Buenos Aires. Los procedimientos, que esta madrugada se enfocaban en el barrio porteño de Villa Crespo, buscan desbaratar a la organización delictiva, investigada por el uso de diferentes ardides para captar gente con fines diversos, entre ellos la trata de personas.
Según informaron a LA NACION fuentes policiales, los allanamientos comenzaron anoche sobre la dársena de Ecuador, entre avenida Rivadavia y Mitre, donde se observó a una gran cantidad de personal de la PFA en el marco del procedimiento liderado por el Departamento Trata de Personas. “En el lugar se concentraron a los efectos de buscar testigos”, detallaron los voceros y confirmaron que con motivo de la investigación, en la que interviene el Juzgado Federal Nº4 de Ariel Lijo, estaban previstos al menos 50 allanamientos en distintos puntos de la ciudad y la provincia de Buenos Aires.
“Además de personal de Investigaciones se cuenta con el apoyo de Traslado de Detenidos, Oficina Judicial, Video y otras”, señalaron las fuentes y agregaron que también participa de los procedimientos el Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME).
En diálogo con El Nueve, Ricardo Juri, el comisario inspector a cargo, indicó desde Villa Crespo: “Desde el año pasado hay una investigación que esta llevando a cabo el juzgado del doctor Lijo con la doctora Alejandra Magnano, de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex). En estos momentos se están realizando 50 allanamientos y un procedimiento en el Aeropuerto de Ezeiza con detenidos”.
De acuerdo con las primeras informaciones, al momento de las intervenciones en al menos dos propiedades del mencionado barrio porteño -en a zona de Av. Estado de Israel al 4400-, había cerca de 60 personas, algunas de las cuales estaban en condiciones físicas deterioradas y debieron ser trasladadas a centros de salud cercanos.
Con relación a los lugares en los que se realizaron los operativos, Juri detalló: “Fue allanado un edificio de diez pisos que pertenecen a la organización y criminal y un lugar aledaño donde se reunían personas. Desconocemos lo que ocurría allí adentro, pero a la mayoría de las personas nosotros las consideramos como víctimas. Por eso está la gente del Programa de Rescate para realizar las entrevistas que por protocolo se tienen que hacer en lo que son casos de trata de personas”.
Tras ello, el comisario inspector concluyó: “Acá se están investigando las dos temáticas fuertes que hay en el país sobre la trata de personas, que son la explotación laboral y sexual. Y además otros delitos que han surgido a través de la investigación que se está realizando”.
“30 años de lucha”
Pablo Salum, víctima y denunciante de la secta, dio esta mañana una entrevista en TN en la que contó que la organización utiliza como fachada una “escuela de yoga”, entre otras locaciones -como clínicas médicas y centros de “coaching”-, y se encuentra activa desde los años 90.
“Mi mamá tenía un problema de salud y tras ir a diversos médicos comenzó a ser captada por distintos gurús, uno de los cuales fue Juan Percovich. Yo tenía ocho años y en ese momento fuimos las terceras y cuartas personas en entrar a la organización”, recordó el hombre y agregó: “Empezó siendo una escuela de yoga y de filosofía, pero creció rápidamente y la captación y el sometimiento fue empeorando. Fuimos más de 1000 alumnos y yo de tener una familia hermosa pasé a no tener nada”.
De acuerdo con Salum, “está probado” que Percovich fue “intercambiando favores sexuales con alumnos”. “Dos de ellos eran mi mamá y mi hermana y a los niños de mi edad los obligaban a tener relacione sexuales con esta gente, con adultos y en muchos casos con sus propios padres. Yo fui el primer niño en entrar, en escaparse y en denunciar a la organización. Por eso fui secuestrado y me llevaron a ese mismo edificio [en referencia al lugar allanado en Villa Crespo]”, aseguró.
Por último, expresó: “Tengo 30 años de lucha para llegar a esto. Yo había perdido la esperanza en la Justicia, porque una primera causa la cajonearon y una segunda, que había salido a la luz e involucraba al Gobierno de Menem y a organizaciones de derechos humanos, fue cerrada por falta de mérito luego de 10 años. Sin embargo, todos los casos en los que participé y las víctimas que ayudé fueron el camino para llegar a esto. Este es el final que yo estaba esperando y se logró gracias a una nueva causa con nuevos testimonios y nuevos delitos”.
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