"Me imagino llegar a casa y abrazar a mis hijos", dijo la enfermera expulsada del país
Cuando su abogado, Juan Villanueva, le comunicó la tan ansiada noticia Vanessa Gómez Cueva no lo podía creer. Siete meses atrás había sido expulsada de la Argentina y le habían prohibido su regreso y ahora, por "cuestiones humanitarias", el Gobierno nacional le permite volver al país. Pronto podrá reencontrarse con sus hijos mayores, de 6 y 14 años, a los que no puede ver desde el 1° de febrero pasado.
"Me imagino el momento de llegar a casa y abrazar a mis hijos. Quiero ver cuánto crecieron y darles muchos besos", dijo a LA NACION desde Perú. Las respuestas de Gómez Cueva, de 34 años, llegaron por intermedio de su abogado.
La mujer había cumplido una condena de cuatro años de cárcel en una causa por comercialización de estupefacientes. Cumplida la sentencia, consiguió trabajo, crió a sus hijos, nacidos en el país, estudió y se recibió de enfermera. Aun integrada a la sociedad, fue deportada.
Una decisión del director nacional de Migraciones, Horacio García, dejó ahora sin efecto esa medida. Solo resta que Vanessa pueda conseguir el dinero para costearse el pasaje desde Lima, donde vive desde hace siete meses con su hijo de 2 años. Los otros dos, de 6 y 14, la esperan en Villa Lugano.
"Fue la noticia que tanto esperaba y no lo podía creer cuando mi abogado me lo comunicó", agregó la enfermera.
García dio a conocer la novedad en el 31º Período de Sesiones del Comité de Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares de la Organizaciones de las Naciones Unidades (ONU), que se desarrolla en Ginebra, Suiza.
"Fue muy feo, muy triste. Sufrimos mucho. Los primeros días lejos de ellos era todo lágrimas. Mattu [uno de sus hijos que quedó en la Argentina] me preguntaba dónde estábamos y por qué no volvíamos a casa. También me preguntaba por qué me había ido sin él y solo me llevé a su hermano más chico. Lloré mucho y me deprimía cada vez que mis hijos me decían que me extrañaban. Pasaron muchas cosas por mi cabeza. Espero no separarme de ellos otra vez. Los extraño mucho y solo espero el momento de estar en casa reunidos", sostuvo Gómez Cueva.
En febrero pasado, cuando la Dirección Nacional de Migraciones (DNM) hizo efectiva la expulsión de Gómez Cueva y de su niño de dos años -a pesar de que es argentino-, Amnistía Internacional lanzó una campaña global para que la mujer pudiera volver a la Argentina y reencontrarse con sus hijos mayores, que se quedaron viviendo con su abuela materna.
"Muchas veces le dije a mi familia que ya no siguieran pidiendo que me dejaran volver. Les había dicho que trajeran a mis hijos más grandes a Perú. También pensé decir que mi abogado dejara el caso porque lo veía imposible. Todos me decían que fuese fuerte y que iban a luchar desde la Argentina para que pudiera volver. Mi hermana me decía que me quedara tranquila y que a mis hijos les hacía falta su madre", afirmó la enfermera, que ahora podrá regresar al país.
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