Rosario trágica. Fueron a ejecutarlo, pero mataron a su hijo de ocho meses

ROSARIO. La moto clavó los frenos y el hombre que iba detrás bajó con un arma. Le apuntó a un joven de 28 años que estaba en la puerta de su casa, en el barrio Godoy. Le dijo: "Esto es para vos", y comenzó a tirar. El muchacho cayó herido en una pierna, pero el atacante continuó disparando. La pareja del herido estaba con su bebé de ocho meses en brazos y con desesperación atinó a entrar en la casa. Una bala perforó la puerta e hirió en la cabeza al pequeño Lian, que horas más tarde falleció en un hospital.

El crimen de este bebé de ocho meses sacudió otra vez a Rosario, donde ya se sobrepasó la cifra de 200 homicidios en lo que va del año, la mayoría en situaciones como la que le arrebató la vida a Lian: ataques a balazos de sicarios que se mueven en moto y por motivos en su mayoría ligados al universo de narcomenudeo usan los crímenes como forma de manipular un negocio atomizado que se rige por las balas.

En el medio de esta violencia extrema los niños aparecen como víctimas de manera casi cotidiana. El mes más violento de este año fue septiembre, con 28 homicidios. En enero y en febrero se cometieron 23 y 27 crímenes, respectivamente. Un 11,3% de los asesinatos tuvieron como víctimas a personas de entre 0 y 19 años.

El 8 de noviembre pasado se produjo una escena similar a la que terminó con la vida de Lian. Brian, un niño de dos años, fue herido en el abdomen, cuando su madre lo escondió dentro de un ropero, en el momento en que dos hombres en moto comenzaron a disparar contra su casa en Nuevo Alberdi, en el norte de la ciudad.

Brian quedó internado en estado crítico, en coma farmacológico durante varios días, a causa de la herida de bala. El proyectil entró por su pierna y salió por abdomen. Unas horas después de este hecho ocurrió otro episodio violento, que tuvo a una nena de 8 años como víctima. Ese domingo a la tarde, en Forest al 7600, en la zona oeste de Rosario, la menor fue alcanzada por un disparo cuando jugaba con unos amigos.

Las balas no solo sirven para dejar mensajes mafiosos y marcas en las paredes, sino también provocan situaciones trágicas, como ocurrió el 14 de septiembre pasado, cuando en un ataque contra una casa dos jóvenes no pudieron controlar el arma y balearon otras dos residencias vecinas. En una de ellas Tiziana Espósito, de 14 años, estaba lavando los platos en la cocina cuando un proyectil le atravesó la cabeza y murió. Los jóvenes fueron detenidos e imputados. Se habían equivocado de blanco.

El fallecimiento de Lian se produjo este sábado a las 22, según informó la directora del hospital de Niños Víctor Vilela, Viviana Esquivel. El bebé ingresó con una herida de arma de fuego en el cráneo. Su madre lo llevó al centro asistencial, ya que el papá del niño, también de nombre Lian, tuvo que ser internado porque en el ataque recibió un disparo en la pierna derecha. Su testimonio será clave para esclarecer el crimen del bebé.

La investigación quedó a cargo de la fiscal Georgina Pairolla, que ordenó a la Agencia de Investigación Criminal que realice los peritajes y trate de obtener imágenes de cámaras de la zona. Según informó el Ministerio Público de la Acusación, el ataque se produjo a las 18.30 del sábado, cuando dos hombres que se movían en una moto Titán color negra y roja atacaron al padre de Lian, que se encontraba en la vereda con su mujer y el niño en brazos.

Fuentes de la investigación señalaron a LA NACION que el hombre que disparó y mató al bebé e hirió a su padre es conocido de la familia. "El papá del menor tiene relación con el tirador", afirmaron. Varios testigos declararon en ese sentido y los agentes de la Agencia de Investigación Criminal se encuentran en la búsqueda del sospechoso, que estaría identificado. Sería un joven con antecedentes, conocido en el mundo narcocriminal.

Seguidilla violenta

Durante el fin de semana en Rosario se produjeron varios episodios violentos con la misma marca: balazos contra los frentes de las casas, que se utilizan muchas veces para intimidar a los ocupantes con el objetivo de que abandonen la propiedad para usurparla, o por venganzas, en general, vinculadas al narcomenudeo.

Uno de estos hechos se produjo en España al 5500, en el sur de Rosario, donde la casa de un agente policial que se desempeña en el área de Medicina Legal fue baleada por jóvenes que se movían en un auto negro. Horas después del ataque fue detenido un sospechoso que trató de escapar por los techos. En su domicilio secuestraron un arma de fuego.

En Carriego al 1800, dos hombres en moto agujerearon a balazos la pared de la casa de una mujer, que denunció el hecho horas después. Una situación parecida vivió otra mujer, de 37 años, en Patagones y Presidente Quintana; contó que dos hombres descendieron de un auto gris y realizaron varios disparos contra su vivienda. La policía recolectó diez vainas servidas.

En Saavedra al 5500 el ataque no fue a balazos sino con explosivos de fabricación casera. Una mujer de 53 años denunció que el sábado a la noche, mientras miraba TV, se asustó porque pensó que arrojaban piedras contra su casa. Sin embargo, después escuchó una explosión y al salir vio que había fuego frente a la propiedad. Pudo sofocar las llamas con ayuda de vecinos y detectó que en el piso había restos de botellas de vidrios y mucho olor a combustible. La policía dedujo que le arrojaron una bomba molotov o un explosivo de fabricación casera.

El miércoles de la semana pasada, un joven de 24 años que estaba junto a una canchita en la que su hermano de 6 jugaba un partido de fútbol murió de un tiro cuando una banda narco baleó con ametralladoras a un grupo rival.

Y el viernes, en pleno centro de la ciudad, Damián, hijo del cónsul de Siria Jorge Fanos Abdelmalek, fue baleado en una pierna por delincuentes que lo interceptaron para arrebatarle una bolsa con dinero.

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