Matar por placer: uno de los acusados del doble crimen del Congreso pidió perdón a las familias de la víctimas
Juan José Navarro Cádiz y su primo Juan Jesús Fernández comenzaron a ser juzgados por los asesinatos del diputado nacional Héctor Olivares y su asesor Miguel Yadón; los homicidio ocurrieron en mayo de 2019
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Uno de los dos acusados del doble crimen del diputado nacional Héctor Olivares y su asesor Miguel Yadón, asesinados a balazos en mayo de 2019 mientras caminaban por la Plaza del Congreso, pidió “perdón” a los familiares de las víctimas y luego se negó a declarar sobre el hecho.
En el inicio del juicio oral y público, debate a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) porteño N° 9, Juan José Navarro Cádiz, de 27 años y uno de los dos acusados de doble homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía y por placer, y por el empleo de un arma de fuego, en concurso real con portación de arma de guerra, pidió la palabra para pedirle “perdón” a los familiares de las víctima y luego se negó a declarar sobre su imputación, dijeron fuentes judiciales citadas por la agencia de noticias Télam.
El otro acusado por el doble homicidio es Juan Jesús Fernández, conocido por su apodo de Mohamed y primo de Navarro Cádiz.
El debate comenzó ayer con la lectura de la requisitoria de elevación a juicio que había hecho la fiscal de la causa, Estela Andrades.
Además de Fernández y Navarro Cádiz, otros siete imputados, la mayoría de ellos familiares directos o allegados de los dos presuntos autores del doble crimen, llegaron al juicio en libertad acusados de delitos menores como “tenencia o suministro de armas”.
La requisitoria fue leída a través de la secretaría del TOC 9, el mismo que en 2015 condenó a prisión perpetua al portero Jorge Mangeri por el femicidio de Ángeles Rawson, que está integrado por los jueces Ana Dieta de Herrero, Fernando Ramírez y Luis Salas, mientras que el fiscal de juicio es Ariel Yapur.
Tras esa lectura que llevó cerca de una hora, casi todos los imputados se negaron a declarar en la jornada inicial, aunque el abogado Ángel Moyano, defensor de Fernández, anticipó que lo hará a lo largo del debate.
El único imputado que se declaró “inocente” fue Felipe Quevedo, de 50 años, un comerciante de antigüedades de la ciudad de Tandil que llegó libre, acusado de venderle a Navarro Cádiz la pistola homicida sin los papeles en regla.
De acuerdo al expediente judicial que en agosto de 2020 fue elevado a juicio oral por el juez en lo criminal y correccional porteño Mariano Iturralde los homicidios de Olivares, que tenía 61 años, y Yadón, de 58, ocurrieron el 9 de mayo de 2019, cuando el diputado radical y su asesor salieron a hacer su caminata matutina habitual por la Plaza del Congreso Nacional.
A las 6.50, al pasar por segunda vez delante de un Volkswagen Vento estacionado detrás de un ómnibus, sobre Avenida de Mayo, entre Luis Sáenz Peña y Virrey Cevallos, el legislador y su asesor fueron baleados.
Yadón cayó muerto de tres disparos –uno en el cuello, otro en una axila y el tercero en la pelvis–, mientras que Olivares recibió un tiro en el abdomen que lo dejó herido de gravedad y falleció tres días después.
”El homicidio no fue más ni menos que una práctica de tiro sobre dos blancos móviles indefensos, derivada del placer por desahogar el instinto de matar sin otro motivo que el de probar el arma y su mira láser”, sostuvo Andrades en su requerimiento de elevación a juicio, según informó al que tuvo acceso Télam.
El ataque, filmado
Todo el derrotero de Fernández y Navarro Cádiz, desde que llegaron a la plaza hasta que escaparon, quedó grabado en videos de 80 cámaras de seguridad que fueron recopilados y analizados por detectives de la División Homicidios de la Policía Federal (PFA), a partir de los cuales se identificó y se detuvo a los sospechosos, pese a que habían huido de Buenos Aires.
Pero además, en sus indagatorias, los primos reconocieron haber estado en el auto con el arma homicida, una pistola Bersa Thunder calibre .40 con mira láser, aunque se echaron la culpa uno a otro respecto a quién fue el ejecutor de los disparos.
En su última declaración, Navarro Cádiz reconoció por primera vez que el arma era suya, pero dijo que fue su primo quien la manipulaba cuando él estaba agachado consumiendo cocaína y escuchó las detonaciones.
En cambio, Fernández siempre contó que esa madrugada, mientras estaban consumiendo alcohol y cocaína dentro de su auto, su primo le dijo que tenías ganas de matar a su suegro y, desde el asiento del acompañante, extrajo un arma de la nada y comenzó a efectuar disparos apuntando con ambas manos y frente a su cara.
La pericia del barrido electrónico comprometió a Navarro Cádiz, ya que detectó restos de la deflagración de disparos en su mano izquierda y en tres de sus prendas: una campera, un buzo y un jogging.
Además, la reconstrucción del hecho realizada por peritos en criminalística de la PFA, señaló, en base a los restos de pólvora hallados en su vestimenta y a su posición dentro del vehículo, que el autor de los disparos fue Navarro Cádiz empuñando el arma desde el asiento del acompañante, y no su primo Fernández, que estaba del lado del conductor, según Télam.
En ese mismo informe, los peritos afirmaron que siete segundos le bastaron a Navarro Cádiz para apuntar con la mira láser cuando vio venir a Olivares y Yadón y que los cinco disparos que partieron de su Bersa los realizó en menos de cinco segundos.
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