Asesinato frente al Congreso: piden condenar a prisión perpetua a los dos acusados de matar al diputado Héctor Olivares
El debate, donde son juzgados los primos Juan Jesús Fernández y Juan José Navarro Cádiz, entró en la etapa final; la querella consideró que fue un crimen cometido “por placer”, pero el fiscal Ariel Yapur consideró que eso no había podido ser probado; el legislador radical y su asesor, Miguel Yadón, fueron acribillados en mayo de 2019 cuando caminaban por la plaza frente al Palacio Legislativo
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La familia del diputado nacional Héctor Olivares, asesinado a balazos cuando caminaba por la Plaza del Congreso, pidió hoy la pena de prisión perpetua para los dos principales acusados del ataque donde también falleció Miguel Yadón, asesor y amigo del legislador. Para la querella, los imputados cometieron un doble “homicidio agravado por alevosía y por placer”. El fiscal Ariel Yapur, en cambio, consideró que no se había logrado probar que la motivación del doble crimen haya sido “el placer de probar el arma” homicida por parte de los autores del hecho. Su alegato proseguirá el próximo lunes, cuando el representante del Ministerio Público hará formalmente su pedido de pena. Por la calificación del hecho, solo corresponde la pena máxima.
El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°9 dio inició hoy a la jornada de alegatos en el juicio que comenzó el 4 de este mes y que tiene como presuntos autores del doble asesinato a los primos Juan Jesús Fernández, de 44 años, y Juan José Navarro Cádiz, de 27.
La primera en alegar ante los jueces Ana Dieta, Fernando Ramírez y Luis Salas fue la abogada María Fernanda Prack, que representa a la familia de Olivares y pidió la pena máxima del Código Penal para Fernández y Navarro Cádiz.
Según informó la agencia de noticias Télam, al sostener la acusación de la fiscalía por la que llegaron a juicio, para la querella ambos deben responder como coautores de un “homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía y placer y por el empleo de un arma de fuego, reiterado en dos oportunidades, en concurso con la portación ilegal del arma de guerra empleada para cometer el delito”.
”Olivares fue una persona querida y respetada por todos los que lo conocieron. Contaba con una amplia trayectoria política, una vocación de servicio por su país. Lo siguen recordando en su pueblo, su familia y sus correligionarios. Se trata de una muerte absurda, sin sentido, una tragedia totalmente innecesaria”, dijo la abogada al recordar a la víctima.
Al fundamentar la calificación y hablar del móvil del hecho, Prack sostuvo que “no surgió de la investigación ningún conflicto previo entre los autores y las víctimas, sino que la razón del homicidio responde al estado de ánimo del autor que describe en mayor detalle el impulso del autor. El homicidio consideramos que se ve agravado por el solo hecho del placer de probar el arma”.
La abogada también consideró como agravantes la alevosía por “el estado de indefensión de las víctimas” y “la actitud posterior que los imputados que advirtieron lo que había sucedido y se dieron a la fuga sin esperar que viniera ninguna ayuda”.
La representante de la querella remarcó que “el informe pericial llegó a la conclusión de que el autor de los disparos fue Navarro Cádiz, quien estuvo ubicado en el asiento delantero del acompañante, empuñó el arma y efectuó los disparos que impactaron en el cuerpo de Olivares y Yadón”.
Luego de pedir la prisión perpetua para él y para su primo Fernández, también solicitó ante el tribunal penas de entre dos y cuatro años de prisión para los otros siete imputados del juicio, la mayoría familiares de los presuntos asesinos, que llegaron al debate en libertad acusados de delitos menores como tenencia o portación ilegal de armas.
Según Télam, la segunda en alegar fue la abogada Mónica Mac Gaul, querellante de la familia de Yadón, quien adhirió a los pedidos formulados por su colega y pidió al tribunal “justicia para las familias de las víctimas” y “una condena ejemplar” para los principales imputados.
La disidencia del fiscal
Tras un cuarto intermedio, fue el turno del representante del Ministerio Público en el juicio, Ariel Yapur. Acusó a Navarro Cádiz y Fernández como coautores de un “homicidio agravado por alevosía cometido en forma reiterada (dos hechos), en concurso con la portación ilegal del arma”.
Si bien con esta calificación la pena es la misma -prisión perpetua-, Yapur descartó la agravante del “homicidio por placer” con el que había llegado a debate oral el expediente al considerar que “no se ha alcanzado certeza con relación a qué determinó a Navarro Cádiz y Fernández a hacer lo que hicieron”.
”No es posible asumir que, a falta de un motivo, entonces se supone que actuaron por un móvil que agrava la conducta. No habiéndose probado el motivo determinante de la actuación que llevaron a cabo Fernández y Navarro Cádiz, no puede asumirse que lo hicieron por placer”, fundamentó el fiscal al cuestionar esa figura penal.
En cambio, consideró que este doble crimen sí es un “caso de libro de alevosía” en el que “la víctima es tomada por sorpresa y es ultimada sin chances de defenderse” y donde “los imputados actuaron acechando a las víctimas” desde dentro del auto donde salieron los disparos.
En otro tramo de su alegato, Yapur puso en duda la nueva versión que introdujo el confeso Navarro Cádiz al declarar el primer día de juicio, cuando pidió perdón a las familias de las víctimas, reconoció haber sido el tirador, pero aclaró que su intención fue hacer un solo disparo hacia un ombú de la plaza y por error salió una ráfaga.
”Está descartada esta idea de que hubo un intento de efectuar un disparo y que por accidente salieron cinco. Las imágenes permiten ver tres secuencias de disparos con un tirador que cambia la dirección de los disparos siguiendo el movimiento de las víctimas”, dijo el fiscal.
”No hay ninguna duda de que el objetivo al que se dirigía los disparos no era el ombú sino los señores Yadón y Olivares”, agregó.
Los homicidios de Olivares, que tenía 61 años, y de Yadón, de 58, ocurrieron el 9 de mayo de 2019, cuando el diputado radical por La Rioja y su asesor salieron a hacer su caminata matutina habitual por la Plaza del Congreso.
A las 6.50, al pasar por segunda vez delante de un Volkswagen Vento estacionado detrás de un ómnibus, sobre la avenida de Mayo entre Luis Sáenz Peña y Virrey Cevallos, les dispararon varios balazos.
Yadón cayó muerto de tres disparos –uno en cuello, otro en axila y el tercero en la pelvis-, mientras que Olivares recibió un tiro en el abdomen que lo dejó herido de gravedad y falleció tres días después.
Si bien se especuló con que el doble crimen podría haber estado vinculado a un “atentado a la democracia” o con algún tipo de “venganza personal”, el juez Mariano Iturralde y la fiscal Estela Andrades llegaron a una conclusión distinta.
”Los homicidios no fueron más ni menos que una práctica de tiro sobre dos blancos móviles indefensos, derivada del placer por desahogar el instinto de matar sin otro motivo que el de probar el arma y su mira láser”, sostuvo Andrades en su requerimiento de elevación a este juicio, que es la base de la acusación.
Todo el trayecto de Fernández y Navarro Cádiz, desde que llegaron a la plaza hasta que escaparon, quedó grabado en videos de 80 cámaras de seguridad que fueron recopilados y analizados por detectives de la División Homicidios de la Policía Federal (PFA), a partir de los cuales se identificó y se detuvo a los sospechosos.
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