La mafia de las tomas recurre a sicarios traídos de Paraguay que disparan con FAL para amedrentar
El tercer sospechoso detenido por la masacre en la tosquera de González Catán habría ingresado en el país como indocumentado; al revisar la escena de los cinco homicidios, hallaron dos vainas de FAL
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Derlis Héctor Chávez Barreiro llegó hace un mes de Paraguay. Según informó su esposa al llegar a la guardia del hospital Rivadavia, de la Capital, estaba indocumentado y, supuestamente, habría ingresado de forma ilegal en el país. Sin embargo, esa mentira duró 24 horas.
La Justicia tiene indicios serios de que Chávez Barreiro estuvo en el predio de la toma en el barrio 8 de Diciembre, en González Catán, y disparó con un fusil FAL para defender a los cuatro delegados que formaban parte de la organización delictiva que usurpó los terrenos adyacentes a la tosquera.
Si bien ninguna de las cinco víctimas de la masacre ni los ocho heridos fue alcanzado por disparos de calibre 7.65, al revisar la escena de la masacre los técnicos de la División Policía Científica de la fuerza de seguridad provincial hallaron dos vainas de la munición que utiliza aquel fusil que forma parte del arsenal del Ejército Argentino y de varias fuerzas armadas del mundo.
Varios testigos afirmaron ante los investigadores judiciales que el domingo pasado, cuando ocurrió la masacre, uno de los cuatro tiradores disparó con un FAL. A estas declaraciones se agregarían los dichos de los familiares de Chávez Barreiro, que habrían reconocido que el herido habría estado en la escena de la masacre en el momento de la balacera y que habría tirado con el fusil.
El hallazgo de las dos vainas servidas compatibles con las que usan esas armas de asalto y de uso militar, sumadas a las declaraciones de los testigos de que uno de los tiradores había disparado con un arma larga, más los dichos de los familiares del tercer sospechoso detenido, abonan la presunción de que la mafia que organiza las tomas de grandes predios en La Matanza usaría mano de obra paraguaya que habría ingresado de forma ilegal en el país para amedrentar a los compradores de los terrenos robados que intenten discutir sus términos en el territorio.
La sospecha de que Chávez Barreiro habría sido uno de los tiradores en la masacre de González Catán se fundó en que los familiares que lo acompañaron en una ambulancia del SAME desde un sanatorio privado situado en la avenida Córdoba, hasta el hospital Rivadavia, aportaron diversas versiones sobre cómo había sido herido de dos balazos en el abdomen.
Al profundizar la investigación, el titular de la fiscalía Criminal y Correccional N°17, Federico Iuspa, alertó a su colega de La Matanza, Carlos Adrián Arribas sobre la posibilidad de que el sospechoso herido habría participado en el tiroteo ocurrido en la tosquera de González Catán.
En las últimas horas, a partir de la confirmación de la identidad del sospechoso, que al principio fue presentado como indocumentado, los investigadores policiales y judiciales habrían confirmado que participó del enfrentamiento y habría sido uno de los tiradores.
No obstante, el supuesto gatillero seguía internado en grave estado. Los balazos que le dispararon a Chávez Barreiro le atravesaron varias vísceras. Los médicos del hospital Rivadavia reconstruyeron la zona afectada y quedó internado en terapia intensiva, con asistencia respiratoria mecánica.
No se trató de la primera vez que bandas criminales recurren a armamento que usan los ejércitos del mundo para disparar contra grupos rivales o contra la policía, en La Matanza.
En abril de 2022, un grupo de efectivos de la policía bonaerense, que fueron asignados a intervenir en el episodio de violencia de género, fueron atacados con un subfusil calibre 9 mm que usaban los paracaidistas británicos.
Los efectivos de la fuerza de seguridad provincial fueron atacados en la calle Calderón de La Barca, en Laferrere, partido de La Matanza, cerca del río que marca el límite con el partido de Ezeiza. Los uniformados concurrieron al lugar para cumplir con una orden judicial en la que se dispuso la detención de un hombre que había agredido a la esposa.
Pero, cuando llegaron al barrio y, mientras se dirigían a la vivienda donde residían tanto la víctima, como el agresor, los policías fueron baleados. Según fuentes oficiales, los disparos fueron realizados por integrantes de una banda de narcotraficantes que dominan la zona y que, al advertir la llegada de los policías, comenzaron a dispararles ante la presunción que realizaban un operativo para secuestrar la droga que distribuyen en el lugar.
Una vez que pudieron llegar a la vivienda donde se registraba el episodio de violencia de género, los uniformados rescataron a la mujer, la llevaron a la seccional y detuvieron al esposo. En el trayecto, luego de enfrentarse a tiros con los narcotraficantes, secuestraron el subfusil Sterling L34A1 y una pistola Bersa Thunder, calibre 9 mm, con las que les dispararon.
Dicho subfusil era utilizado por los comandos británicos y tiene la característica de poseer el cargador de costado para facilitar la portación y la posición de tiro de los paracaidistas.
Los buzos tácticos de la Armada Argentina también utilizaron esa arma. Y uno de esos subfusiles quedó inmortalizado en las manos de un comando argentino en la fotografía de la rendición en las Islas Malvinas de la guarnición de Royal Marines el 2 de abril de 1982.
Esa arma, característica de las fuerzas especiales, estaba también en poder de narcos de La Matanza. Casi dos años después, un fusil FAL fue usado por supuestos sicarios de una banda de usurpadores paraguaya para amedrentar a un grupo rival, en la misma zona.
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