Masacre de Quilmes. Tras 18 años, envían a prisión a un policía condenado por vejaciones y torturas en una comisaría
El exoficial inspector Fernando Carlos Pedreira Catalonga había recibido la pena más alta entre los diez efectivos bonaerenses sentenciados por aplicación de tormentos a adolescentes detenidos en la seccional 1ª, cuatro de los cuales murieron tras un incendio y un motín
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Cuatro adolescentes muertos tras un incendio en una comisaría, hace 18 años. Un caso emblemático de violencia institucional que se denominó la Masacre de Quilmes, por el que diez policías fueron condenados, aunque ninguno pisó una prisión. Hasta ahora. Por primera vez desde el juicio oral que se realizó en 2015, un tribunal ordenó que uno de ellos sea enviado a una cárcel común, donde deberá permanecer hasta el 18 de octubre de 2031.
Se trata del exoficial inspector Fernando Carlos Pedreira Catalonga, de 45 años, que había sido condenado a 16 años de prisión, pero que en 2015 fue beneficiado con un arresto domiciliario, monitoreado con una tobillera electrónica.
En un nuevo fallo firmado días atrás y al que tuvo acceso la agencia de noticias Télam, el Tribunal en lo Criminal N°3 de Quilmes ordenó que se le revoque a Pedreira “la prisión domiciliaria bajo el Sistema de Monitoreo Electrónico, debiendo ser trasladado a una unidad penitenciaria para su alojamiento”.
Fuentes penitenciarias confirmaron a Télam que Pedreira Catalonga fue alojado el viernes en la Unidad 9 de La Plata, donde deberá completar la pena prevista hasta el 18 de octubre del 2031 por el delito de “vejaciones y tortura” en perjuicio de Elías Giménez, de 15 años; Diego Maldonado, de 16; Miguel Aranda, de 17, y Manuel Figueroa, también de 17 años.
La Masacre de Quilmes es uno de los casos emblemáticos de la violencia institucional de los últimos 20 años. Ocurrió la noche del 20 de octubre de 2004, cuando policías ingresaron a las dos celdas de la comisaría 1ª, que alojaban a 17 adolescentes, a quienes golpearon y sometieron a torturas.
En reclamo, los detenidos iniciaron un incendio y motín que derivó en las muertes de los cuatro jóvenes, que quedaron encerrados en sus celdas y no pudieron escapar de las llamas. Maldonado fue el primero que falleció tras el incendio, el 21 de octubre, mientras que al día siguiente murió Figueroa; el 25 de octubre, Giménez, y el 11 de noviembre, Aranda.
Penas menores
Pedreira Catalonga es el único de los 10 policías que fueron condenados en 2015 que está en prisión; en el juicio de 2015 el resto recibió penas menores o fue beneficiado con una libertad condicional.
Por las torturas y el incendio, fueron sentenciados a penas de entre 3 y 16 años el excomisario Juan Pedro Soria, el subcomisario Basilio Vujovic, el oficial inspector Pedreira Catalonga, el cabo Hugo D’Elía, los agentes Franco Góngora, Gustavo Altamirano y Elizabeth Fernanda Grosso, y los oficiales Gustavo Ávila, Héctor Jorge Gómez y Juan Carlos Guzmán. Las penas más altas fueron para Pedreira Catalonga –16 años de prisión– y D’Elía y Guzmán, quienes recibieron 10 y 9 años, respectivamente, pero están en libertad condicional.
La oficial Elda Marina Guaquinchay Bogado recién será juzgada ahora, a 18 años del hecho. Desde el 12 de este mes estará frente al TOC 3 de Quilmes, acusada del delito de “omisión de torturas”.
“Es una asesina, en ese momento ella tenía un embarazo de siete meses y estaba matando a hijos ajenos, así que tienen que condenarla, es una maldita”, dijo a Télam Isabel, madre de Manuel Figueroa, una de las víctimas del hecho.
Según testigos que declararon en la instrucción del caso, Guaquinchay Bogado formaba parte de un cordón policial que apaleó a las víctimas cuando salían de las celdas quemadas y se dirigían a las duchas, y no habría hecho nada para detener las torturas.
“Luchamos por justicia. Esto que pasó con mi hijo es lo que pasa en las comisarías. Los chicos estaban allí esperando un lugar para ser internados para salir de las drogas; acá las drogas se venden como si fueran caramelos y nadie hace nada con eso”, dijo la madre de Figueroa a Télam.
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