Masacre de Monte. “Yo tendría que haber agarrado mi pistola y pegarme un tiro en la cabeza”, pensó el capitán que baleó a los chicos
Lo dijo ante el jurado popular Rubén García, uno de los cuatro efectivos acusados por los asesinatos de tres adolescentes y un joven, tras una persecución, en mayo de 2019
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El excapitán Rubén Alberto García, uno de los cuatro policías bonaerenses acusados por la denominada Masacre de San Miguel del Monte, en la que cuatro chicos murieron tras una persecución policial a los tiros y posterior choque, en mayo de 2019, dijo hoy que al enterarse de las edades de las víctimas tendría que haberse pegado “un tiro en la cabeza”, ya que es “un enamorado de los derechos humanos” y no un asesino.
”Cuando me entero de lo que pasó, cuando dan las edades [de los chicos fallecidos], yo tendría que haber agarrado mi pistola y pegarme un tiro en la cabeza. Me pregunté muchas veces para qué mierda me metí en la policía”, dijo García al declarar como acusado ante los 12 miembros del jurado popular y la presidenta del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de La Plata, Carolina Crispiani, quien modera el debate.
Además, el excapitán dijo conocer a una de las víctimas, Danilo Sansone, a quien veía pasar todos los días frente a su casa: “La familia Sansone es una familia laburante. No había maldad, no sabíamos quién iba en el auto, pero teníamos que parar. No soy ningún asesino. Soy enamorado de los derechos humanos. No lo hice queriendo. Si este chico Aníbal [Suárez, el conductor del auto] hubiera frenado, te juro que ni le saco el auto. No sé si alguna vez intentaron cobrarle una coima o qué. Yo no lo conocía. No tengo nada que ocultar”.
Durante su declaración, el policía recordó que todo comenzó cuando quiso identificar al auto Fiat 147 en el que iban los jóvenes porque vio “un chico con gorra” y, al ver que no se detenía, disparó porque pensó que le “iban a tirar”.
”Leandro Ecilapé me muestra a un pibe de gorra blanca que iba manejando un Fiat 147 que no saludó al patrullero. Decidimos identificarlo, pero siguió andando…” sostuvo García al iniciar su exposición pasadas las 11 en la sede judicial situada en la calle 8, entre 56 y 57, donde es juzgado junto a los oficiales Leandro Ecilapé, Manuel Monreal y Mariano Ibañez, por los homicidios de Danilo Sansone y Camila López, de 13 años; Gonzalo Domínguez, de 14, y Aníbal Suárez, de 22, y las graves heridas sufridas por Rocío Quagliariello, la única sobreviviente, hoy de 17 años.
Ante la mirada de los familiares de las víctimas, García contextualizó el hecho diciendo que le “exigían identificar gente todas las noches” y que San Miguel del Monte “no era un pueblo tranquilo como dicen”.
”No podíamos estar parados en una estación de servicio porque nos sacaban una foto diciendo que no hacíamos nada. Nos bajaban la orden y yo cumplo órdenes, siempre seguí las instrucciones del jefe. Los barrios Montemar y Los Pinos tenían muchos hechos de inseguridad”, describió el excapitán, sujetando con su mano derecha sus anteojos de marco negro, mientras continuaba: “Nunca tuve nada raro en mi historial, no tengo antecedentes de nada”.
Sobre la noche del 19 de mayo del 2019, el exfuncionario policial señaló que la estación policial de la localidad bonaerense recibió un llamado de una vecina alertando por ladridos de perros, tras lo cual García dijo que dirigió al lugar con un móvil manejado por el oficial Ecilapé.
”Nos entrevistamos con la señora, nos dice lo que había pasado. Fue algo de rutina. Hacemos 200 metros de laguna, agarramos Costanera y nos dirigimos al casco urbano. Venimos de frente y Ecilapé me señala a un pibe de gorra blanca en manejaba un Fiat 147 y que no había saludado al patrullero. Eso es raro en un pueblo. Entonces, decidimos identificarlo”, relató García, que dijo ser efectivo policial desde 1990.
Tras ello, dijo que dieron vuelta “en U” con el patrullero y comenzaron a seguir al vehículo, que se dirigió hacia una calle interna.
”Prendimos la sirena y se va. Nos cruzamos con el patrullero en el que venían los oficiales Ibañez y Monreal. Nos dan apoyo y hacen un cerrojo al auto. Seguimos por la colectora. Cuando ellos ven al vigilante de frente, el Fiat 147 se le tira encima. Iba a bastante velocidad. Lo volantea, escucho fogonazos. Uno, dos. El auto se va, se va, se va. Yo pensé que habían tiroteado al vigilante. Pensé que lo pusieron”, comentó con la mirada fija hacia los 12 jurados.
A continuación, García manifestó ver la puerta del acompañante del Fiat 147 abriéndose, por lo que pensó que le “iban a tirar” y extrajo su arma reglamentaria.
”Una vez que vemos que el vehículo no paraba, pedimos apoyo. Nunca hay que confiarse de nada. Siempre hay que ir con cuidado. Efectúo disparos al piso para que se detenga. Pum, pum, pum. Después escucho un ruido y polvo, polvo, polvo”, dijo en referencia al posterior impacto del auto en el que viajaban las víctimas contra el acoplado de un camión.
Luego de ello, García continuó: “Quiero hacer mención en que nunca tiro a pegar. Nunca estuve en un juicio oral. Nosotros nunca quisimos matar a nadie. Yo no quise matar a nadie”.
Para esta jornada se espera que declare también el imputado Ecilapé, tras lo cual se dará inicio a los alegatos de clausura, que se transmitirán a través del canal de Youtube de la Suprema Corte bonaerense.
El primero en alegar será el fiscal Mariano Sibuet y luego seguirán las querellas: la abogada Dora Bernardez representante de las familias Domínguez y Suárez; Margarita Jarque, de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), patrocinante de las familias Sansone y López; el letrado Ricardo Minoli a la familia Quagliarello; y finalmente el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) representado por las abogadas Bárbara Juárez y Agustina Lloret.
Finalmente, cerrarán los alegatos los abogados Marcelo Di Siervi, representante legal de Ecilapé, y Guillermó Baqué, defensor de Monreal, Ibañez y García.
La denominada Masacre de Monte ocurrió la madrugada del 20 de mayo de 2019, cuando efectivos de la comisaría local persiguieron a lo largo de la colectora de la ruta 3 a un Fiat 147 en el que viajaban cuatro adolescentes, tres de 13 años y uno de 14, junto a un joven de 22.
Los cinco chicos escuchaban música cuando los oficiales comenzaron a perseguirlos sin motivos y, de acuerdo con los registros de las cámaras de seguridad del municipio, a dispararles, lo que provocó que el auto chocara contra el acoplado de un camión que estaba detenido en la ruta y cuatro de los cinco ocupantes murieran en el acto.
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