Masacre de Flores: Matías Bagnato reveló un secreto tras la muerte de Fructuoso Álvarez González
Matías Bagnato brindó una conferencia de prensa esta mañana en la que narró las amenazas que recibía del homicida que murió ayer; contó un aspecto de su vida personal que mantuvo oculto por temor a las represalias del criminal
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Tras la muerte de Fructuoso Álvarez González, el autor de la “masacre de Flores”, esta mañana habló Matías Bagnato, el único sobreviviente de aquel crimen ocurrido en 1994, en el fueron asesinados su mamá y su papá, sus dos hermanos y un amigo de ellos. El hombre dijo, visiblemente conmovido, que nunca pudo contar que había formado una nueva familia por “pánico” a que el asesino se la quitara, dado que recibió constantes amenazas de su parte, por más que el delincuente estaba preso.
“Por primera vez puedo contar... Nunca lo hice porque tenía miedo”, quiso introducir Matías Bagnato, quien se largó a llorar ante los medios. “Durante estos años yo logré formar una familia. Muchas veces me preguntaban si había logrado tener una nueva familia y yo nunca lo dije, porque tenía pánico de que él me la quitara”, reveló, en relación con el temor que le tenía a Álvarez, quien falleció como consecuencia de un shock séptico, luego de que le colocaran una prótesis que se le infectó. En los 90, este hombre que había sido socio de su papá, José Bagnato, incendió el chalet donde vivía su familia, en las calles Baldomero Fernández Moreno y Pumacahua.
“Estoy en pareja con Nicolás. Nico, que te amo, gracias por acompañarme durante estos años. Nico perdió a sus papás y quedaron solos los tres hermanos. Uno con Síndrome de Down, Sebi, que es mi familia; son ellos dos, son mi familia, que me hacen sumamente feliz. Y yo nunca pude compartir eso con ustedes por miedo a que este monstruo me los quitara, como a mis viejos y mis hermanos, que están acá, siempre conmigo”, dijo Bagnato, y señaló el cartel en donde estaban plasmadas las fotos de las víctimas y un reclamo de justicia.
Comentó, también, que se enteró de la muerte del asesino ayer, cuando recibió un mensaje de la periodista Claudia Peiró consultándole si era verdad el fallecimiento del autor de la Masacre. “Ahí tomé noticia”, explicó Bagnato, quien narró asimismo el derrotero anterior al fallecimiento de Álvarez.
“Cuando sale el dictamen de que le negaron la libertad condicional en febrero, tomo conocimiento de que había un pedido de prisión domiciliaria por un tema de salud. A los pocos días de esto, recibo otro mensaje anónimo contándome que esta persona había sido operada de la cadera, que le habían puesto una prótesis, que la operación había salido muy bien y que, cuando lo mandaron al penal, se puso materia fecal en la herida para obtener la libertad. Por eso estaba internado en un hospital”, narró sobre el hombre que mató a su familia.
Aseguró además que durante estos 30 años de lucha, de calvario y de no poder hacer una “vida normal”, fue su abuela su motor. “Desde que no está ella, me cuesta mucho seguir adelante”, admitió el hombre, quien detalló cómo el homicida seguía amedrentándolo pese a estar preso.
En ese sentido, desglosó una situación que le ocurrió en noviembre pasado, cuando un familiar de un detenido alojado en el penal donde estaba Álvarez le advirtió que lo había escuchado al ayer fallecido decir que lo quería matar a él y que tenía gente afuera siguiéndolo. “Por un tema de seguridad, yo no podía comentárselo a la prensa. Se paralizó de nuevo mi vida. Enfrentar cada seis meses sus pedidos de libertad continuos, no poder salir a la calle, vivir con custodia las 24 horas del día”, enumeró sobre lo difícil que fue sobrellevar estos años.
Durante la conferencia de prensa, Bagnato también agradeció a los medios por haber mantenido la noticia en vilo estas tres décadas, como así también a las Madres del Dolor, a sus abogadas, a los Aeronavegantes de Aerolíneas Argentinas y a políticos de distintas pertenencias. “A Juan Martín Mena, Germán Garavano, Aníbal Fernández. Quiero aclarar, no hay un tema ideológico o de grieta. Ojalá fuese así en todos estos casos. Porque cuando un delincuente, un asesino, un violador ataca a sus víctimas, no les pregunta a quiénes votaron”, reflexionó Bagnato, que cerró: “Trato de resumir este calvario de 30 años en el que conté con la ayuda de un montón de gente”.
En la “masacre de Flores” fueron asesinados José Bagnato, de 42 años; su esposa, Alicia Plaza, de 40; los hijos del matrimonio, Fernando y Alejandro, de 14 y 9 años; y un amigo de ellos, Nicolás Borda, de 11.
El imputado fue condenado a prisión perpetua en 1995, pero por tener ciudadanía española, en 2004 fue extraditado. En España, en tanto, lo liberaron; pero fue recapturado en la Argentina, en 2011, luego de amenazar de muerte a Bagnato, quien forma parte del Observatorio de Víctimas de Delitos.
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