Masacre de Florencio Varela: cinco años después, una de las sobrevivientes aseguró que perdió “su niñez” y pide justicia
El 11 de febrero de 2017, cuatro adolescentes de 15 y 16 años que habían ido a bailar fueron acribilladas en una parada cuando esperaban el colectivo para volver a sus casas; la causa, hoy, no tiene detenidos está virtualmente estancada
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A cinco años de la denominada Masacre de Florencio Varela, en la que cuatro amigas fueron baleadas cuando regresaban de bailar, ataque en el que dos de ellas murieron, una de las sobrevivientes recordó hoy que ese hecho terminó con su “niñez”, sus “sueños” y “proyectos”, y pidió justicia para que el caso no quede impune.
El doble crimen de Denisse Juárez, de 17 años, y Sabrina Barrientos, de 16, fue cometido el 11 de febrero de 2017, cuando ambas víctimas regresaban de un boliche junto a dos amigas de 15 y 16 años, Magalí y Némesis, de las mismas edades.
”Ese fue un año terrible para mí, donde terminó mi niñez, mi sueños, mi proyectos... es duro seguir viviendo con los recuerdos y cicatrices que llevo en mi cuerpo”, dijo hoy a Télam una de las víctimas que fue herida en el ataque, cuando tenía 16 años.
”Tuve que operarme, me pusieron una prótesis de platino; Perdí la visión en uno de los ojos y las fuerzas en la mitad de mi cuerpo. Ahora estoy como puedo”, indicó la joven, que ahora 21 años, y agregó: “Pido justicia por mí y por las otras tres chicas. Que todo lo que nos pasó no quede impune”.
Por el caso había sido detenido un vigilador privado, de 40 años, que luego fue liberado por falta de pruebas tras no haber sido reconocido por ninguno de los tres testigos presenciales de la masacre.
Además, un peritaje de barrido electrónico realizado sobre muestras tomadas al vigilador investigado horas después del hecho, y luego analizadas por expertos del Poder Judicial en la Asesoría Pericial de La Plata, determinó que no tenía restos de deflagración de un disparo de arma de fuego en sus manos, lo que lo excluiría de la autoría material del ataque.
”Tenemos un doble homicidio todavía impune. Hay testigos que nunca fueron citados a declarar y dos sobrevivientes a las que tampoco llamaron desde la fiscalía. Es un horror que a cinco años del ataque la causa esté frenada totalmente”, dijo a Télam Noelia Juárez, tía de Denisse Juárez, una de las víctimas mortales.
La Policía Federal, a la que se le encargó la revisión de las actuaciones, entregó a la Justicia un informe en el que concluían que el autor de la masacre era un chico de 14 años que no tenía ningún vínculo previo con las víctimas. Además, por la edad, hubiese sido declarado inimputable.
Según la mujer, “los investigadores saben quién es el culpable, pero nunca lo corroboraron”.
”Nosotros queremos la verdad y a cinco años todo sigue igual. De la fiscalía nunca nos llamaron, nos dijeron que iban a investigar todo, pero después no pasó nada”, añadió.
Durante la instrucción de la causa también fue arrestado, aunque por la tenencia de un arma robada y no por la masacre, un joven, mientras que fue notificado en el marco del expediente un tercer hombre, aunque nunca lo imputaron.
Además, dos meses después del hecho, una de las sobrevivientes se presentó en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°2 de Florencio Varela, a cargo de la causa, y reconoció en fotografías a uno de los presuntos agresores, aunque esta persona nunca fue detenida ni imputada.
La “Masacre de Florencio Varela” ocurrió alrededor de las 6 del 11 de febrero de 2017, en la esquina de avenida Senzabello y Los Andes, de Florencio Varela.
En una parada de colectivos se encontraba un grupo de cuatro amigas. Habían salido de bailar en el local “Santa Diabla”, y se disponían a volver a sus casas.
Según la reconstrucción de los hechos realizada por los investigadores, en esas circunstancias un auto pasó por el lugar y el conductor las atacó a balazos, tras lo cual escapó.
A raíz de hecho, Denisse y Sabrina murieron por los impactos recibidos, mientras que las otras dos chicas resultaron gravemente heridas -una, de 9 balazos y la otra, de 4-, por lo que debieron ser trasladadas a distintos centros asistenciales hasta que se recuperaron de sus lesiones y les dieron el alta médica, aunque les quedaron secuelas.
En tanto, los peritos de la Policía Científica que trabajaron en la escena del crimen recogieron 11 vainas servidas y 4 proyectiles calibre 9 milímetros. Los investigadores creen que el asesino recargó la pistola utilizada o contaba con una segunda arma del mismo calibre.
Con información de la agencia Télam
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