Marcelo Saín: “Hay un proceso criminal de desestabilización política en Santa Fe”
ROSARIO.– "Hay un proceso criminal de desestabilización política y una suerte de ejercicio del terrorismo urbano por parte de grupos criminales que fueron aliados históricos de la alta jerarquía de la policía", afirmó el ministro de Seguridad provincial, Marcelo Saín, en diálogo con LA NACION.
Por estas horas en su despacho en Rosario solo transita información urgente de los últimos crímenes y de ataques a balazos que no paran. Unos minutos antes de la entrevista apareció el cadáver de un hombre ejecutado a 300 metros del lugar en el que el anteanoche se produjo el ataque a tiros contra el casino de Rosario, donde una bala le atravesó la cabeza a Enrique Encino, un hombre de 64 años que había salido a fumar en el primer piso de la sala de juegos. Al rato se conoció otro hecho que dispara conmoción: un niño de seis años fue herido de un balazo en la pierna, cuando se encontraba jugando dentro de su casa y un proyectil ingresó cuando dos bandas se tiroteaban en el norte de la ciudad.
Saín tiene una extensa experiencia en el ámbito académico, con más de una decena de libros y trabajos publicados. Fue subsecretario de Seguridad bonaerense en 2002, en momentos también difíciles con la ola de secuestros que marcaba la agenda, y fue interventor de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).
Este reto en Santa Fe parece ser desafiante en un contexto en el que los 14 asesinatos en 13 días en Rosario alteraron toda la agenda y planificación. Todo parece apuntar por estas horas a apagar un incendio que por momentos amenaza no tener fin. Hoy a la tarde, la ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, confirmó a su par de Santa Fe que a partir de mañana arribará a esta ciudad un refuerzo de unos 2000 gendarmes para llevar adelante un plan coordinado con la policía en las "zonas calientes".
– ¿Qué diagnóstico hace de esta ola de homicidios en Rosario?
– En primer lugar son fenómenos que responden a lógicas diferentes. Algunos homicidios están vinculados a hechos criminales comunes, otros tantos a grupos criminales que disputan territorio o negocios de drogas. Otro conjunto vinculado a familias que se han enfrentado, que no controlan el negocio de la droga, pero que viven en barrios marcados por el narcotráfico. Pero hay tres hechos que no guardan lógica de la problemática que está detrás: que son el atentado al Centro de Justicia Penal, la balacera a la oficina del Servicio Penitenciario en Rosario y el ataque a balazos contra el casino City Center. Los primeros ataques contra entidades del Estado y residencias de magistrados estaban esclarecidos en octubre de 2018, donde se imputó por estos hechos a Ariel Cantero, el líder de Los Monos. La segunda tanda de atentados, que fue posterior, fue impulsada para encubrir el homicidio del prestamista Lucio Maldonado, en el que se encontró como responsable a la banda de Esteban Alvarado. El ataque a balazos al casino este sábado está asociado a una necesidad de buscar conmoción social y desestabilización política. Esto se inscribe en que desde el primer día de este gobierno se tomó la decisión de romper con el vínculo histórico entre la policía y el crimen. Y en esto hay que ser claro: en todas las investigaciones donde se desarticularon organizaciones narco en la provincia se detectó una fuerte protección policial. Y esa protección era de la alta jerarquía de la fuerza de seguridad, que duró en esos cargos durante mucho tiempo.
-¿Usted habla de desestabilización política por parte del narcotráfico y el crimen organizado en sociedad con la policía?
-Creo que hay un proceso criminal de desestabilización política y una suerte de ejercicio del terrorismo urbano. Hace instantes nos enteramos de un nuevo homicidio a dos cuadras del casino, que fue atacado el sábado, en el barrio de La Granada, en un nuevo hecho de sicariato. Esto es parte de una suerte de terrorismo para finalizar el proceso de revisión entre las estructuras policiales y el crimen organizado y el narcotráfico. Hay un compromiso político fuerte que se vio en las medidas que se tomaron, como el descabezamiento de los jefes de la Policía de Santa Fe. Es un reordenamiento institucional lógico cuando hay un cambio de gobierno. Queremos jefes con una visión distinta a la etapa anterior. Pero me da la impresión, sobre todo en Rosario, que los viejos jefes policiales se creen dueños de la parada y del circuito. Yo menciono a dos que han sido claves en la conducción política de la policía durante mucho tiempo, como los directores generales Marcelo Villanúa y Daniel Corbelini. Este último a pesar de que era cuestionado por sectores del propio socialismo el gobierno lo mantuvo y le dio mayor poder. Estas personas pretendían continuar al frente de las estructuras de poder en Santa Fe y no entendieron que están fuera.
-¿Es mano de obra desocupada de la policía en contacto con grupos narcos los que están detrás de este espiral de violencia?
-No sólo se trata de personajes vinculados con el narcotráfico, sino con un montón de negocios. Creo que era un sistema de gestión de la criminalidad que quedó al descubierto cuando uno vio que no había policías en las calles en Rosario. Hicimos una reformulación de la estructura de mando. El jefe de la Policía que habíamos designado en Rosario Claudio Romano no entendió el mensaje y lo cambiamos enseguida. Con el jefe anterior cuando hubo un gesto de resistencia en un momento muy sensible, en momentos en que levantó la guardia de la custodia del Centro de Justicia Penal, no sólo lo insté a que cumpliera con su función sino que después lo denuncié en la Justicia.
-¿Ante esta situación le pidió ayuda o refuerzos de efectivos federales al gobierno nacional?
-Cuando asumimos nos reunimos con la ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic. Para nosotros había una necesidad de mayor cooperación de fuerzas federales desplegadas en la provincia. Se acordó trabajar en tres puntos que apuntan a los delitos complejos y narcotráfico, prevención y seguridad ciudadana, y seguridad vial. El martes pasado se acordó poner en marcha la propuesta del consejo complementario de la ley de seguridad interior. Y este lunes el secretario de Seguridad Germán Montenegro se reunió durante la mañana con la subsecretaria Silvia La Ruffa y es inminente la necesidad de desplegar efectivos en territorios muy calientes, en un trabajo conjunto entre fuerzas federales y provinciales. Este lunes ordenamos un despliegue de saturación en el barrio Las Flores, donde se produjo el ataque al casino, y a pocas cuadras ocurrió un nuevo asesinato. Esto es un mensaje claro.
-¿Cuántos efectivos de Gendarmería llegarán a Rosario?
-Hay una disponibilidad de más de 2000 gendarmes, que es la fuerza preparada para un despliegue territorial de este tipo en lugares complejos. Con ese refuerzo de efectivos federales podríamos cambiar la situación en determinados barrios, como el sur y el oeste de Rosario, donde se están produciendo estos hechos de extrema violencia.
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