Maradona. Crece la hipótesis judicial de una muerte derivada de la mala praxis
No duda. Afirma con certeza: "Nadie tenía el control del paciente". Su siguiente frase es contundente: "A medida que avanza la investigación aumenta la hipótesis de trabajo de que hubo mala praxis". Así, a 10 días de la muerte de Diego Armando Maradona, una calificada fuente con acceso al expediente resumió el estado de la causa abierta para establecer si hubo delito en las circunstancias que rodearon el fallecimiento del astro mundial del fútbol.
Bajo sospecha están el neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov, los dos profesionales que, según consta en un documento incorporado a la causa judicial, eran "el equipo médico tratante" de Maradona durante su internación domiciliaria en una casa alquilada en el barrio cerrado San Andrés, en Tigre.
"Cada elemento nuevo que se incorpora a la causa robustece la hipótesis, provisoria, de que hubo una mala praxis en el tratamiento que recibió Maradona. Estamos ante la posibilidad de que se haya cometido un delito. Podríamos decir que estaríamos ante un homicidio culposo", sostiene la fuente judicial consultada.
El artículo 84 del Código Penal, prevé una pena de entre uno y cinco años de prisión a quien por imprudencia, negligencia o impericia en su profesión causare a otro la muerte.
Para determinar si hubo un delito en las circunstancias que rodearon la muerte de Maradona, ocurrida el 25 del mes pasado, el fiscal general de San Isidro, John Broyad, coordina un equipo especial de investigadores, integrado por su dos adjuntos, Cosme Iribarren y Patricio Ferrari, y la fiscal de Benavídez, Laura Capra.
Una vez que se termine con la etapa de recolección de pruebas y les sean entregados a los fiscales los resultados de los estudios complementarios de la operación de autopsia (peritajes toxicológicos e histopatológicos) se convocaría a una junta médica con prestigiosos profesionales de diferentes especialidades para determinar si en la atención médica de Maradona hubo o no mala praxis.
Según pudo saber LA NACION, para los detectives del caso es clave el documento en el que se firmó la externación de Maradona de la Clínica Olivos, donde fue operado, el 3 del mes pasado, de un hematoma subdural en su cabeza. Ese informe fue rubricado por Luque, dos de las hijas de Diego, Gianinna y Jana, y el director médico del centro de salud, Pablo Dimitroff.
En el documento se dejó constancia de que Maradona no tenía el alta médica, sino una externación y que Swiss Medical había propuesto continuar con un tratamiento psiquiátrico, clínico y de rehabilitación y toxicológico bajo la modalidad de internación en un centro de rehabilitación. Eso sucedió el 12 del mes pasado y el DT de Gimnasia y Esgrima La Plata se fue de la Clínica de Olivos a una casa alquilada en el barrio San Andrés, en Tigre.
En uno de los párrafos se definió a Luque y a Cosachov como el "equipo médico tratante" y se sostuvo que los profesionales "prescribieron, y la familia aceptó, el seguimiento y atención médica domiciliaria del paciente", y solicitaron a Swiss Medical acompañamiento con cuidados domiciliarios de enfermería y acompañamiento terapéutico".
"El seguimiento médico queda a cargo del equipo médico tratante y de los profesionales elegidos por el paciente y su familia, ajenos a Swiss Medical", se afirmó en uno de los párrafos finales, líneas esenciales para los investigadores donde se acreditaría la responsabilidad de Luque y de la psiquiatra.
Según se desprende de los elementos reunidos por los investigadores judiciales hasta el momento, la internación domiciliaria de Maradona "era una desorganización total".
"No había ningún sistema de control y monitoreo del paciente. Tenemos acreditado que hubo un médico clínico que pudo haber ido una o dos veces a ver a Maradona a Tigre, pero no sabemos qué hizo. No tenemos acreditada la presencia en la internación domiciliaria de una médico cardiólogo que lo haya atendido de la cardiopatía que sufría", explicó una fuente judicial. Según la autopsia, Maradona murió por una insuficiencia cardíaca aguda, congestiva y crónica, que le generó un edema agudo de pulmón.
El rol de Luque
Una fuente que conoció al detalle la relación entre Maradona y el neurocirujano explicó a LA NACION que "cualquier práctica médica que se le hacía a Diego era definida por Luque". Y agregó: "Luque es un buen pibe. Fanático de Maradona. Quería ser el campeón del mundo, pasar a la historia como el médico que salvó a Diego. Pero firmó la externación y ahora se tiene que hacer cargo".
Luque fue apuntado por las hijas de Maradona, Dalma, Gianinna y Jana, que declararon como testigos ante los fiscales a cargo de la investigación. "Hasta el podólogo que visitaba a Diego para cortarle las uñas tenía que pedirle autorización a Luque para concurrir a la casa", habría dicho las herederas de Diego, según pudo reconstruir LA NACION.
"Maradona confiaba ciegamente en Luque", agregó la fuente que conocía la relación entre médico y paciente. Y agregó: "Diego estaba convencido de que del hematoma subdural lo operó su neurocirujano, pero si bien estuvo entre el equipo de profesionales que estuvo en el quirófano, no lo operó él".
Cosachov le prescribió a Maradona una serie de medicamentos que suelen ser usados en pacientes con adicción al alcohol, con sintomatología depresiva y, eventualmente, ansiedad, pero, según fuentes judiciales, no hubo un control si los remedios recetados podían ser contraproducentes para un paciente con la patología cardíaca que sufría el exfutbolista.
"Nadie controlaba el caos que había. Maradona estaba en un lugar inadecuado para su control médico. A los investigadores del caso les llama la atención que el paciente no hubiese estado monitoreado. No había aparatos o tecnología para emitir alguna señal de alerta. El trato médico que recibió Maradona estaba lejos del arte de curar y de la ciencia médica", afirmó a LA NACION una fuente al tanto de la investigación.
Luque fue beneficiado en las últimas horas con una eximición de prisión, medida que habían solicitado sus abogados defensores, Julio Rivas y Mara Digiuni. El juez de Garantías Orlando Díaz entendió, según su resolución, que debe primar "el principio de libertad ambulatoria durante el proceso".
"En virtud de la calificación legal [homicidio culposo] no puedo más que poner de manifiesto que la situación procesal del nombrado Luque se encuentra comprendida dentro de la hipótesis que contempla el artículo 169 inciso 1° del Código Procesal Penal [donde se dan las bases para las excarcelaciones] toda vez que el monto máximo de pena previsto para el delito que se le enrostra no supera los ocho años de prisión, mientras que el mínimo de esa escala punitiva es inferior a los tres años de encarcelamiento, extremo que determina que, en el supuesto de recaer sentencia condenatoria, esta podrá ser de ejecución condicional", afirmó el juez en su resolución.
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