Clan Panda. “Jefe, prepare 50.000 dólares, si no lo mato a tiros”: el relanzamiento de una peligrosa tríada de la mafia china
La organización criminal extorsionaba a supermercadista; los textos intimidatorios eran entregados por jóvenes de bajos recursos que eran reclutados en el barrio de La Boca y a los que pagaban 5000 pesos
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Era de madrugada cuando dos jóvenes que caminaban por Villa Urquiza se sorprendieron al cruzarse con un oficial de la Policía de la Ciudad. Retrocedieron y aceleraron el paso. La sospechosa maniobra no hizo más que el uniformado decidiera interceptarlos para identificarlos. Cuando los requisó, a uno le secuestró tres hojas tamaño A4 con una leyenda escrita en chino, un papel donde había anotado a mano tres direcciones -que después se comprobó que eran las ubicaciones de supermercados de la comunidad china-, una arma de utilería y una navaja. Eran las 3.10 del 23 de marzo pasado y ese fue el puntapié inicial de una investigación que derivó en un descubrimiento: el resurgimiento del clan Panda, una tríada de la denominada mafia china.
Así se desprende de una resolución de la jueza en lo criminal y correccional porteña Paula González, a cargo de la investigación. La magistrada procesó con prisión preventiva a ocho sospechosos, entre ellos, a Houjie Yu, un chino de 41 años considerado como uno de los jefes u organizadores de la banda.
Tras la detención de los dos sospechosos en Villa Urquiza, la jueza González le dio intervención a la División Antifraude de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la Policía Federal Argentina. Los detectives que participaron de la investigación, a partir del análisis de la documentación secuestrada, determinaron que se estaba “ante un eslabón de la denominada mafia china”.
Primero se estableció que en las hojas A4 secuestradas en poder de uno de los sospechosos apresados la madrugada del 23 de marzo pasado había un texto escrito en chino mandarín: 老大 准备五万块钱 如果我不开枪打死他. Traducido al castellano, una clara amenaza: “Jefe, prepare cincuenta mil dólares, si no lo mato a tiros”. También había una inscripción con un código alfanumérico, que en realidad correspondía a un contacto de una aplicación multipropósito china.
Se supone que los jóvenes tenían el encargo de dejar las hojas A4 con el texto intimidatorio en tres supermercados, uno de Villa Urquiza, otro de Núñez y un tercero de Retiro.
Los dos detenidos la madrugada del 23 de marzo pasado tienen 18 y 21 años y vivían en Constitución y en La Boca. Por el “trabajo encargado” les habrían ofrecido 5000 pesos.
“La organización criminal habría tenido por objeto, cuanto menos, extorsionar a supermercados de la comunidad china mediante la exigencia de entregar 50.000 dólares estadounidenses bajo amenaza de muerte; concretar apoderamientos ilegítimos en ausencia de moradores y apoderamientos ilegítimos mediante la utilización de violencia en las personas y la participación de más de tres ejecutores, valiéndose de armas de fuego”, sostuvo la jueza en su resolución, a la que tuvo acceso LA NACION.
Los jefes y organizadores serían Houjie Yu y un conciudadano suyo conocido como Alan, que en el momento de los allanamientos donde fue detenido su “socio” no estaba en el país.
“El rol de organizador de Houjie Yu se advierte no solo relacionado con sus conocimientos especiales en el ámbito del barrio de La Boca, donde posee un comercio, que le habría permitido reclutar a jóvenes de escasos recursos económicos [como los dos jóvenes detenidos en Villa Urquiza] para integrarlos como los eslabones más bajos de la organización”, explicó la magistrada en el procesamiento de los sospechosos.
Según los detectives de la PFA que participaron de la investigación, hasta 2015 en la ciudad de Buenos Aires y en el conurbano operaba, dentro de la denominada mafia china, un clan conocido como Panda, luego eclipsado por la tríada denomina Pixiu,
“Se trata del grupo de la mafia china más grande, más importante y más violento”, había dicho a LA NACION en 2016 un detective de la PFA tras un duro golpe a Pixiu. En ese momento, la fuerza federal de seguridad, la jueza María Gabriela Lanz y el fiscal Marcelo Roma habían contado, por primera vez, con la colaboración de la Policía Nacional China.
Ahora habría vuelto a operar la tríada Panda. “En concreto, la organización Panda entregaba carteles con la imagen de dos osos pandas. Para relanzarse comenzó a emplear una cartelería con la leyenda Global Market y un changuito de supermercado color celeste y otro cartel azul y rojo con las letras AC”, según se desprende del expediente judicial.
La jueza González ordenó una serie de detenciones y allanamientos en varios domicilios. En uno de los procedimientos, hecho en un domicilio de Villa del Parque, los detectives policiales secuestraron 15 carteles adhesivos con la leyenda Global Market.
“Las organizaciones extorsionan a los comercios de la comunidad china y entregan un cartel identificatorio, luego del pago, para que la víctima pueda exhibir a qué organización le presta pleitesía, eludiendo de esa forma ataques de organizaciones contrarias. Asimismo, para ganar mayor volumen en el mercado, los mismos integrantes de la organización, que comúnmente tienen negocios en el ramo, también exhiben carteles identificatorios de su formación”, según consta en la causa judicial.
Además de los carteles con la leyenda Global Market, según informó el Ministerio de Seguridad de la Nación, en su momento, la PFA secuestró dos rifles de aire comprimido, municiones, chalecos antibalas, inhibidores de señales, más de 40 tarjetas SIM, documentación, máquinas contadoras de billetes, carteles con el logo de la mafia, una granada de guerra y otra de humo.
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