Madrugada de terror por un tiroteo en la villa del bajo Flores
Una pelea entre narcos dejó dos muertos y dos heridos; médicos del SAME que atendían allí a una vecina fueron evacuados en medio de los balazos; incidentes con familiares de las víctimas en el hospital Piñero
A las 0.30, el día comenzó a los tiros. La situación, por repetida, ya no extraña en la villa 1-11-14, del bajo Flores, donde bandas criminales se enfrentan al fragor de las armas para disputarse el territorio o cargamentos de droga. Pero esta vez una nueva disputa terminó con dos jóvenes muertos, otras dos personas heridas y los médicos de una ambulancia del Servicio de Atención Médica de Emergencia (SAME) atacados y evacuados por gendarmes cuando habían ido al asentamiento a asistir a una vecina gravemente enferma.
Los disturbios continuaron fuera de la villa 1-11-14. Unas 70 personas, entre familiares y amigos de los heridos, provocaron serios disturbios en el acceso al hospital Piñero e intentaron ingresar en el shock room después de acusar al personal de la Gendarmería apostado en el asentamiento de haber participado del tiroteo. La fuerza señaló que los gendarmes sólo dispararon munición antitumulto (postas de goma) para cubrir la salida de la ambulancia ante un ataque de una de las facciones, que disparó más de cien tiros entre los oscuros pasillos del asentamiento.
"Esta situación es realmente preocupante, se hace muy difícil para los colegas seguir trabajando así. Desgraciadamente estamos perdiendo la capacidad de asombro. Quiero concientizar a la sociedad: acá se han perdido muchos códigos", dijo el director médico del hospital, Damián Pagano.
Según reconstruyeron a LA NACION fuentes policiales y judiciales, todo comenzó a las 0.10 de ayer, cuando una ambulancia del SAME solicitó "seguridad" para ingresar en la villa 1-11-14 para atender a una vecina. La Gendarmería, afectada al denominado Operativo Cinturón Sur, designó a personal que se desempeña en la comisaría 34» para que acompañe a los médicos.
Mientras el facultativo atendía a la paciente en un inmueble de Bonorino al 2100, entre las manzanas 27 y 9, el chofer se quedó afuera con el personal de seguridad designado.
A las 0.30 se oyeron los primeros disparos. El enfrentamiento entre dos bandas antagónicas ocurría a unos 30 metros de donde estaba la ambulancia, en la peligrosa esquina conocida como del "Gauchito Gil". Según las fuentes consultadas, algunos de los tiros llegaron hasta donde estaba estacionada la ambulancia.
Los gendarmes y el chofer intentaron ponerse fuera del alcance de los proyectiles, pero un tiro alcanzó a impactar en la puerta trasera de la ambulancia. Después, Claudio, el chofer del SAME, dijo que el proyectil casi dio en un tanque de oxígeno, situación que hubiera provocado que "todo explotara".
En ese momento todo era confusión. Un gendarme fue a buscar al médico para ponerlo a salvo y sacarlo de la zona de peligro. Los gendarmes solicitaron apoyo. Los disparos no cesaban.
Según fuentes oficiales, los uniformados, en medio de la noche, quisieron llegar hasta el lugar de los disparos. Alertados por los vecinos de que a unos metros había una persona ensangrentada, los gendarmes intentaron socorrerla, pero comenzaron a ser atacados a balazos por tres personas que corrían agazapadas contra una pared.
Un auto particular levantó a la persona herida y se la llevó. Desde ese vehículo les dispararon a los gendarmes, que repelieron la agresión, según la versión oficial, con munición AT, es decir, postas de goma.
Cuando los gendarmes ya estaban replegados en la base "Riestra", sobre la avenida Bonorino, se oyeron nuevos disparos. "Por los sonidos de los tiros, suponemos que provenían de un arma larga, tipo fusil, y de pistolas 9 milímetros y 11.25 milímetros, las mismas con las que les tiraron a los gendarmes", confió a LA NACION una calificada fuente de la investigación.
En ese momento, ya habían ingresado en el hospital tres personas que habían sido trasladadas en autos particulares. Según dijo a LA NACION Pagano, dos de ellas llegaron muertas. Fueron identificadas por fuentes policiales como Delia Herrera, de 28 años, y Maximiliano Milessi, de 18. La chica tenía heridas de bala en el abdomen, tórax, en un brazo y en una pierna. El joven, un tiro en el tórax.
Un cuarto, herido de dos balazos, fue trasladado al hospital en un móvil de la Gendarmería. El hecho es investigado por los fiscales Marcelo Munilla Lacasa y Adrián Giménez, de la fiscalía descentralizada de Nueva Pompeya y Parque de los Patricios.
Una fuente judicial sostuvo que Herrera y su familia estaban nombrados en una investigación de Munilla Lacasa y Giménez, pero no fueron imputados. El padre de Milessi, en tanto, dijo que su hijo "había salido a dar una vuelta en moto con un amigo y a los dos minutos lo mataron"; agregó que el amigo de su hijo le dijo que había sido "en un tiroteo de gente de la villa con gendarmes".
"Estos enfrentamientos entre bandas son muy frecuentes en la 1-11-14. Pero esta vez se pasó un límite, porque la violencia llegó al hospital", dijo una calificada fuente judicial.
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