Madrugada de terror en un country: “Nos iban a matar, estábamos jugados”
Mónica López, la mujer torturada volvió a su casa del barrio privado San Eliseo, después de haber estado internada en un sanatorio
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LA NACION
Fue una madrugada de terror la vivida por una familia cuando cinco delincuentes ingresaron en su hogar. Golpes y torturas sufrió el matrimonio, que luchó por sus vidas cuando los ladrones amenazaron con atacar también a sus pequeñas hijas. “Nos iban a matar, estábamos jugados”, recordó Mónica López, la mujer torturada por un grupo de cinco delincuentes que ingresó a robar en su casa del country San Eliseo, en Guernica, en Presidente Perón.
La mujer volvió hoy a la tarde a su casa, después de haber estado internada en una clínica de Palermo. “Tengo miedo. Tengo pesadillas. Tuvimos miedo de que nos disparen. El límite fueron mis hijas. Cuando se metieron con las nenas estábamos jugados. Gracias a los que hicimos ellos se fueron”, dijo en una entrevista con LN+.
Cuando López dijo “gracias a lo que hicimos ellos se fueron”, se refería a que cuando los ladrones amenazaron con cortarle la lengua a una de sus hijas gemelas de siete años, reaccionó con su marido, Maximiliano Ferrari, y ambos comenzaron a pegarles a los delincuentes.
López, de 42 años, está convencida de que no fue un robo al voleo. “Nosotros vivimos en el centro del country y hay casas que están cerca del perímetro y en esas casas no entraron. [los ladrones] Estuvieron desde las 22 acostados, escondidos entre las plantas hasta que nos fuimos a dormir. Entraron a la 1”.
Tal como aseguró la víctima del robo, según las filmaciones de las cámaras de seguridad del country San Eliseo, el grupo criminal ingresó a las 22.30 después de cavar un pozo y de cortar parte del cerco perimetral. Varias horas después se acercaron a la casa.
“Pido Justicia y que no pase más. Tienen que estar presos. No le puede pasar a nadie más”, sostuvo la mujer.
El robo comenzó ayer a la 1, cuando López y Ferrari, de 41 años, dormían en su habitación del lote 720 del country San Eliseo, situado en el kilómetro 18,5 de la ruta 58, en la localidad de Guernica.
A López, además de golpearla con brutalidad, los delincuentes la torturaron y le arrancaron seis uñas de sus manos.
“Actuaron con una saña casi inexplicable. [los delincuentes] Estaban dispuestos a todo”, sostuvo el marido de López.
El caso es investigado por la fiscal Karina Guyot. La funcionaria judicial ordenó una serie de medidas de prueba para intentar identificar a los delincuentes. Los ladrones estaban encapuchados y utilizaron guantes para no dejar huellas.
Según fuentes policiales, en la casa de las víctimas, los ladrones habrían ingresado por una ventana. “Una vez dentro del inmueble redujeron a la empleada que se encarga de las tareas domésticas y después fueron hasta la habitación del matrimonio”, explicó un detective que participa de la investigación.
Ferrari afirmó que una vez que él y su mujer fueron despertados y comenzaron a recibir golpes de puño. También fueron atacados con las culatas de armas de fuego.
“Bajé con tres ladrones a buscar el dinero que tenía en el auto, otros dos se quedaron con mi esposa”, dijo a LA NACION el dueño de casa.
A pesar de que el empresario le dio todo el dinero que tenía y otros objetos de valor, la violencia de los delincuentes no cedía. Los ladrones exigían más plata. En ese momento, comenzaron a torturar a López y le arrancaron seis uñas.
Los momentos de terror continuaron y los agresores hasta llegaron a simular que le cortaban la lengua a una de las hijas gemelas del matrimonio, de siete años.
“Pensamos: ‘Estamos muertos’. En ese momento, tanto yo como mi esposa perdimos por completo el control y los atacamos golpes de puño y mordidas. Los asaltantes sintieron que perdieron el control y trataron de atarnos, después se dieron a la fuga”, recordó Ferrari.
La sospecha de los investigadores es que los delincuentes escaparon por el mismo lugar por donde habían ingresado en el country.
“No robaron otra casa. Después de salir de la propiedad del empresario gastronómico se fueron del barrio privado”, sostuvo una fuente que participa de la investigación.
Para el empresario no fue un robo al voleo. “Eligieron la casa más grande del sector en el cual ingresaron. Cuando se fueron se escucharon tres detonaciones, como si hubiesen disparado. Después, para peor, los comandos [dependencias policiales] de Guernica y San Vicente se peleaban por irse de la escena”, sostuvo el empresario
Los ladrones, según pudo saber LA NACION, estaban embarrados y utilizaron armas de fuego cortas.
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