Madrugada de terror en un country: “Actuaron con una saña inexplicable”, dijo el empresario asaltado

“Actuaron con una saña casi inexplicable. [los delincuentes] Estaban dispuestos a todo”, así el empresario Maximiliano Ferrari resumió el calvario que él y su familia vivieron ayer a la madrugada en su casa del country San Eliseo, en Guernica, en Presidente Perón, cuando fueron sorprendidos por cinco delincuentes encapuchados que los golpearon. Su esposa, Mónica López, continúa internada después de haber sido torturada: le arrancaron seis unas y le reventaron un implante mamario.

En declaraciones a LA NACION y a otros medios de comunicación, Ferrari, de 41 años, recordó la pesadilla. “Estábamos convencidos de que ya estábamos muertos. Podría haber sido una tragedia”. También afirmó que sus vecinos, armados, salieron a buscar por el country a los delincuentes.

El empresario gastronómico sostuvo que ni él ni su esposa intentaron resistirse. “Cuando ganan la casa y nos despiertan, bajé con tres de ellos para entregarles el dinero que tenía en el auto. Los otros dos se quedaron con mi mujer y comenzaron a torturarla. Una de mis hijas, de siete años, al ver que pegaban a la madre trató de defenderla y uno de los ladrones le pegó. En ese momento, tanto mi esposa como yo perdimos por completo el control. Y atacamos a los delincuentes a golpes de puño y mordidas. Fue ahí que quisieron atarnos y escaparon”, agregó.

Antes de huir y mientras exigían que les entregaran dólares, los ladrones amenazaron con cortarle la lengua a una de las hijas gemelas del matrimonio.

“Si ya tenían la intención de con un alicate quitar una uña, si con el mismo alicate le queres cortar la lengua a una nena y ya tenías el dinero en tu poder, gatillar es un detalle, evidentemente esta gente estaba dispuesta a todo”, dijo al canal Todo Noticias (TN).

El violento robo es investigado por la fiscal Karina Guyot, funcionaria que ordenó una serie de medidas de prueba para intentar identificar a los sospechosos, quienes tenían los rostros cubiertos y usaron guantes para no dejar huellas.

Los ladrones ingresaron en el country anteanoche las 22.30 después de cavar un pozo y de cortar un cerco perimetral. Estuvieron dos horas y media escondidos hasta que irrumpieron en la casa de las víctimas.

“Cada quien venía por su botín, no tenían un líder. Eligieron una casa, pero no sé si sabían quién era yo”, sostuvo la víctima. Según fuentes policiales, los delincuentes se llevaron una suma de $4.000.000 y una cifra en dólares.

“Tenían dos opciones: o tratar de gatillar las armas y hacernos más daño para pararnos; o irse. No había más sumisión”, sostuvo, luego de manifestar que hubo “una batalla campal en la habitación” y de indicar: “Vivimos una noche de terror antes, durante y después”.

Vecinos armados

Ferrari afirmó que cuando los ladrones abandonaron la casa, llegaron dos comandos policiales: el de Guernica y el de San Vicente, pero que el segundo grupo se fue luego de una discusión de una hora y media y dejó al otro, que presentaba un número reducido de oficiales.

“Estamos muy mal, nos sentimos más inseguros por la desprotección que sentimos después. Estamos en una zona donde las jurisdicciones pueden ser discutibles, pero lo que pasó acá podría haber sido una tragedia. Dejaron a un barrio desprotegido, con vecinos asustados y armados haciendo el trabajo que tenía que hacer la policía. Hubo vecinos, que armados, terminaron en obras en construcción buscando a los delincuentes al pensar que estaban escondidos, gente asustada, armada”, dijo Ferrari en la Crónica TV.

Y finalizó: “Cuando nos fuimos a dormir, mis hijas me dijeron que querían dormir conmigo. Les mostré los patrulleros en la puerta de mi casa”, contó el hombre, que concluyó: “Tengo la sensación y el miedo de que no alcanza con llamar a los servicios policiales porque terminan peleándose entre ellos y terminamos desprotegidos. Tuvimos una noche trágica, es difícil que nos olvidemos de lo que pasó”.

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