Luque, más comprometido tras definirse su rol en la internación de Maradona
Diego Armando Maradona murió el 25 de noviembre pasado. Sesenta y siete días después del fallecimiento del astro mundial del fútbol, el equipo especial de fiscales que investiga las circunstancias que rodearon la muerte del ídolo, tiene probado que el neurocirujano Leopoldo Luque era el médico de cabecera, lo que lo podría complicar su situación judicial si se confirma la hipótesis de que hubo un caso de mala praxis.
En la causa judicial también está acreditado que la estadía de Maradona en una casa alquilada en el barrio cerrado San Andrés, en Tigre, donde estuvo desde el 12 de noviembre pasado hasta el día de su muerte, era una internación domiciliaria que se hizo a instancias de Luque y de la médica psiquiatra Agustina Cosachov después de una intervención quirúrgica por un hematoma subdural en la cabeza del astro mundial del fútbol.
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales. La certeza de que Luque era el médico de cabecera surgen de documentación presentada en centros de salud donde fue atendido Maradona y de información surgida en mensajes de texto y audios incorporados en el expediente.
"Las pruebas reunidas hasta el momento no dejan lugar a dudas de que Luque era el médico de cabecera de Maradona. La internación domiciliaria era una desorganización total", explicaron las fuentes consultadas.
La importancia que tenía Luque sobre el equipo que acompañaba a Maradona en la internación domiciliaria de la casa del barrio cerrado San Andrés quedó reflejada el 25 de noviembre pasado, el día del fallecimiento del ídolo.
Según consta en el expediente judicial, Maximiliano Pomargo, el cuñado del abogado Matías Morla, que hacía las veces de asistente de Diego, antes de llamar a una emergencia médica, se comunicó con Luque al no poder despertar a Maradona. Finalmente fue el neurocirujano quien a las 12.16 de ese mediodía llamó al 911 para solicitar una ambulancia. Después hubo una segunda llamada a las 12.17. La primera ambulancia llegó al barrio San Andrés a las 12.28.
"Yo no soy el responsable de todo", había dicho Luque el mismo día que por orden de la Justicia fueron allanadas su casa, en Adrogué, y su consultorio médico, en Belgrano. Los procedimientos fueron realizados el 29 de noviembre pasado después de un pedido del Ministerio Público Fiscal al que hizo lugar el juez de Garantías Orlando Díaz.
Además de la palabra del neurocirujano, un día después de los allanamientos, la abogada Mara Digiuni, una de las defensoras de Luque, sostuvo en declaraciones al canal C5N que su cliente no era el médico de cabecera de Maradona, sino su neurólogo.
"Diego fue dado de alta y realmente no tenía internación domiciliaria ni mucho menos, con lo cual el trabajo del doctor Luque ya estaba realizado", dijo en la citada entrevista la abogada, lo que sería contradictorio con las pruebas que hay en el expediente.
El artículo 84 del Código Penal, prevé una pena de entre uno y cinco años de prisión a quien por imprudencia, negligencia o impericia en su profesión causare a otro la muerte.
Para determinar si hubo un delito en las circunstancias que rodearon la muerte de Maradona, ocurrida el 25 del mes pasado, el fiscal general de San Isidro, John Broyad, coordina un equipo especial de investigadores, integrado por su dos adjuntos, Cosme Iribarren y Patricio Ferrari, y la fiscal de Benavídez, Laura Capra.
Una vez que se termine con la etapa de recolección de pruebas se convocará a una junta médica con prestigiosos profesionales de diferentes especialidades para determinar si en la atención médica de Maradona hubo o no mala praxis.
La junta médica, según revelaron a LA NACION fuentes judiciales, podría hacerse el mes próximo.
Firma falsificada
Como se sabe Luque no solo podría tener complicaciones si se confirma la hipótesis de mala praxis. También podría ser imputado del delito de uso de documento privado adulterado: un peritaje confirmó que la firma de Maradona fue falsificada en un documento presentado en un centro de salud por el cual se autorizaba al neurocirujano a retirar la historia clínica del astro del fútbol mundial.
"Realizando el cotejo propiamente dicho con aquellos modelos de confección más completa del material cuestionado, es posible sostener que las signaturas dubitadas responden a la tipología que define a la falsificación por imitación a mano alzada de autógrafos de quien en vida fuera Diego Armando Maradona. Las diferencias se hallan representadas fundamentalmente en la falta de automaticidad gestante, revelada por la ausencia de naturalidad y espontaneidad, resultante del intento de replicar el modelo auténtico; así también, se manifiesta la disparidad de origen gráfico, en los tiempos ejecutivos de algunas cuestionadas donde se han verificado durezas de trazado parciales y agregados que se contraponen a las características del modelo auténtico en iguales sectores", sostuvieron Mara Castiglia y Liliana Banegas, peritos calígrafos oficiales de la Suprema Corte de Justicia bonaerense.
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