Misterio en Luis Guillón: sospechan que a un jubilado lo mataron para usurparle la casa
Claudio Flores, un jubilado de 84 años era intensamente buscado desde el sábado por familiares y vecinos; hoy por la mañana apareció muerto en la clínica Los Cedros, de San Justo; acusan a un abogado, que se defiende
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Una protesta en la calle Profesor Marxer al 1600, de Luis Guillón, cargada de conmoción e indignación, puso el foco sobre el misterioso caso de Claudio Flores, un jubilado de 84 años al que sus familiares y vecinos buscaban desde el sábado a la madrugada, cuando una cámara seguridad del barrio captó el momento en que tres hombres lo sacaban de su casa y lo subían en un auto con rumbo incierto, y que esta mañana apareció muerto en la clínica Los Cedros, de San Justo, donde estuvo internado en terapia intensiva durante dos días hasta que falleció de un paro cardiorrespiratorio.
Como ocurre en estos casos, versiones contrapuestas alimentan la controversia y disparan consecuencias impredecibles. Tanto, que en las últimas horas se debió desplegar un operativo policial porque vecinos y allegados montaron un piquete con neumáticos incendiados en aquella localidad del partido de Esteban Echeverría. Los familiares de Flores afirman que al jubilado lo asesinaron para quedarse con su casa. Señalan a un abogado de 45 años, identificado como Alejandro Pérez, como el usurpador de la vivienda. El letrado, que sería quien aparece en las imágenes de las cámaras trasladando a Flores, lo desmintió: sostuvo que él le compró la vivienda al anciano hace tres años, y que por la pandemia le había permitido permanecer viviendo allí.
Familiares de Claudio Flores, un abuelo de 83 años, denuncian que vecinos se llevaron al abuelo para usurpar la casa. Así lo sacaban de la vivienda dos hombres y una mujer. El acusado es Alejandro Perez quien refiero que compró la casa hace 3 años. pic.twitter.com/xmezrgxqpm
— Paz Morel Quirno (@PazMorelQuirno) May 3, 2021
Con respecto a las imágenes del sábado, el abogado habría dicho que el jubilado se descompensó y que por eso lo trasladaron hasta una clínica de Monte Grande. En tanto, la fiscal Verónica Cifarelli, de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIJ) N°2 de Esteban Echeverría, que está a cargo de la investigación de la muerte, no adoptó ningún temperamento con respecto al letrado, pero ordenó la autopsia para averiguar si tuvo una muerte violenta, según explicaron a LA NACION fuentes con acceso a la causa.
“Él, hasta la última vez que lo vimos, decía que la casa seguía siendo de él; ahora dicen que supuestamente le hicieron firmar una escritura donde vendió la casa. Nosotros la estamos pidiendo y nadie no la quiere dar”, reclamó Dayana, esposa de Lucas González, uno de los sobrinos de Flores. Dijo a LA NACION: “Igualmente, si le hicieron firmar algo, andá a saber cómo lo envolvieron para convencerlo... era una persona grande”.
Además, manifestó que hace dos semanas Flores les pidió ayuda porque se había quedado sin comida y sin medicamentos. Fue entonces cuando, asegura Dayana, habrían sacado un turno en la Anses para cambiar el apoderado, que era una persona que ellos no conocían, porque a pesar de que Flores cobraba una jubilación de 70.000 pesos, denuncian que tenía acceso a solo un pequeño porcentaje de esa suma.
“El problema fue que él se dio cuenta tarde de que le estaban robando, porque de esa plata solo le daban entre 5000 y 20.000 pesos, el resto se lo quedaban”, afirmó Dayana, que también sostuvo: “Nosotros nos empezamos a mover, vieron que la cosa se les iba a complicar y lo mataron”.
La esposa del sobrino de Flores añadió que en los últimos tres años, a pesar de que su esposo le había pedido al tío conocer al abogado, él se había negado porque le decía que el letrado “se iba a enojar”.
También acusan a una vecina. Según Dayana, esa mujer desde hace un tiempo visitaba a Flores y lo asistía en todo lo que él necesitaba para ganarse su confianza, pero su sospecha es que, en realidad, lo que quería era la vivienda. “Creemos que ella, junto con su marido, que es policía, tenían un acuerdo con el abogado para lograr quedarse con la casa”, expone.
Hasta el momento, los investigadores judiciales no pudieron establecer por qué motivo las personas que convivían con Flores en su casa, ante una situación de urgencia como la que sufrió, llevaron al jubilado a un sanatorio de San Justo, a más de veinte kilómetros de distancia de Luis Guillón.
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