Los gravísimos hechos de violencia que desencadenaron la salida del ministro de Seguridad de Santa Fe
La provincia sufrió en los últimos meses ataques a canales de televisión, centros de salud y hasta balaceras entre grupos narco; 24 personas fueron asesinadas en enero en Rosario
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El gobernador Santa Fe, Omar Perotti, decidió ayer por la noche echar a Rubén Rimoldi como ministro de Seguridad de esa provincia tras el agónico año de violencia que se vivió en aquel distrito en el que se registraron desde ataques a canales de televisión, comisarías y centros de salud hasta tiroteos entre bandas narcos con víctimas fatales. En 2022 se registraron 406 homicidios en la provincia.
La abrupta salida del ahora exfuncionario no es casual: aunque llegó a la cartera en agosto del año pasado con la promesa de reforzar la Policía y el sistema de seguridad provincial, los hechos delictivos no frenaron su marcha. Sin ir más lejos, el mismo día que Rimoldi dejó su puesto, el frente de un centro municipal de la ciudad de Rosario fue baleado por delincuentes que, además, dejaron un mensaje mafioso destinado a líderes de otras bandas narco.
El ataque sucedió en el Centro Municipal Distrito Sudoeste Emilia Bertolé, ubicado en la calle Francia al 4400. El mensaje era para los jefes narcos Esteban Alvarado y René Ungaro, que se encuentran en prisión.
Uno de los principales críticos de la gestión de Rimoldi fue el intendente de la ciudad rosarina, Pablo Javkin, quien en las últimas horas instó al exfuncionario a que vaya a vivir allí para comprender la inseguridad con la que se vive. “Que venga el ministro a vivir acá, no hay problema más grande en la provincia. Que venga, en este distrito pagamos seguridad privada y adicional de policía”, dijo en una rueda de prensa. Solo en esa ciudad hubo 288 homicidios en los últimos 12 meses, y 24 desde que empezó 2023.
“Con la mafia no se jode”
Asimismo, durante el último trimestre de 2022 se registraron al menos dos balaceras durante la noche contra el edificio del canal de televisión de la empresa TV Litoral y amenazas a periodistas.
En diciembre, el edificio recibió dos disparos que impactaron contra la garita de seguridad ejecutados desde un auto en movimiento con, al menos, dos personas en su interior. Un mes antes, una persona bajó de un auto con un casco que le cubría la cara, disparó contra el frente del edificio y se dio a la fuga.
Además, un grupo narco amenazó a los periodistas de Canal 5 Rosario con un cartel que decía: “A todos los medios de Rosario… dejen de ensuciar y condenar a los pibes con la lengua porque vamos a matar periodistas. Con la mafia no se jode”.
Mensajes narco
Otro escabroso hecho fue el crimen de Lorenzo Altamirano, un artista callejero al que mataron solo para dejar un mensaje mafioso en su cuerpo. El joven que trabajaba en uno de los semáforos de la avenida Pellegrini en Rosario fue asesinado de siete disparos.
Entre sus ropas la policía encontró un papel que decía: “Dejen de reclutar pibes”. Este iba dirigido a miembros de Los Monos que manejan parte de la barra de Newell’s, como Carlos “Toro” Escobar y Leandro “Pollo” Vinardi, ambos presos por homicidio y tráfico de drogas. La víctima fue elegida al azar y su cuerpo sin vida fue hallado frente al estadio “leproso”.
Balaceras en las calles
Durante 2022 se registraron más de 280 homicidios en las calles de Rosario. En muchos de esos casos la víctima quedó envuelta en disparos ejecutados desde vehículos en movimiento que abrieron fuego contra los peatones.
Claudia Mercedes Debbio, de 58 años murió tras recibir múltiples impactos de bala y sus hijas de 32 y 30 años también resultaron heridas. En otro caso, César Luis Ríos, de 44 años, fue ejecutado por dos personas que circulaban en una moto. En tanto, Esteban Fernando Cuenca y Jonatan Emanuel Cabaña también murieron en circunstancias parecidas.
Ataques contra comisarías
Por otro lado, un hecho que se repitió a lo largo de todo 2022 y continuó agravándose en 2023 fueron los ataques a comisarías. En los últimos siete días fueron blanco de ataques cuatro dependencias policiales y una del Servicio Penitenciario de Santa Fe.
El último ataque dejó al descubierto la ineficacia de la propia policía ya que el perpetrador atentó contra la seccional 32a. del barrio Godoy, en el oeste de Rosario, montado desde una bicicleta. Allí disparó cuatro balazos calibre 9 mm, luego se subió al vehículo y se fue tranquilamente pedaleando.
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