“Los convierten en chorizos”. Marchan a caballo para reclamar por el robo, muerte y faenado de 117 animales en menos de un año
El último episodio fue hace poco más de una semana y con un saldo estremecedor: entre pastizales quedaron nada menos que restos de siete caballo
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MAR DEL PLATA.- La historia es repetida desde comienzos del año pasado: roban, matan y faenan caballos. Según los damnificados, ya son 117 animales los que perdieron la vida bajo esta modalidad delictiva que, con suerte, solo deja los huesos como única evidencia. La carne y el cuero, se presume, o bien se utiliza para consumo particular o, la hipótesis de mayor peso, ingresa a un circuito comercial clandestino con los consecuentes riesgos sanitarios ante la falta de controles de esos cortes.
Hartos de esta recurrencia delictiva, dispuestos a no perder más animales, más de un centenar de personas con unos 60 caballos marcharon hasta el palacio municipal para exigir medidas de seguridad frente a estos hechos que, en su mayoría, se cometen en la periferia no muy alejado de los últimos cordones urbanos del distrito.
La movilización no definió esta fecha por casualidad. Coincide con la conmemoración del Día del Animal. Marcho a pie y con el recado al hombro, porque es lo único que me quedó de mis animales”, contó Raúl Junco, que perdió a una yegua y su potrillo a manos de estos delincuentes que con habilidad extrema le dejaron los esqueletos de los animales a pocos metros del campo de la zona de El Boquerón, en la zona sur del distrito, a donde los había dejado a pastorear. “Son asesinatos, porque para nosotros cada caballo es un miembro más de la familia”, dijo a LA NACIÓN sobre esta baja durísima que le provoca voz quebrada cada vez que tiene que contar este drama.
En casi todos los casos, son animales que se utilizan como apoyo para tareas de trabajo en el campo, en su mayoría para hacer recorridas o para completar traslados cortos, porque resulta más práctico frente a muchas situaciones en las que tienen poca disponibilidad o calidad de caminos rurales.
En otros casos se trata, ni más ni menos, que mascotas equivalentes a perro o gato, que suelen tener vinculación y dependencia con los más pequeños de la familia. Pero esta forma de cuatrerismo no sabe hacer distinciones.
Los manifestantes recorrieron un tramo de calles céntricas para hacer escala frente a la sede de gobierno municipal. Allí los recibió el secretario de Seguridad municipal, Rodrigo Goncalvez, que se comprometió con ellos a establecer un canal de diálogo y abrir alternativas que permitan mejorar los controles en las zonas donde mayor reiteración de estos hechos han tenido.
El último episodio fue hace poco más de una semana y con un saldo estremecedor: entre pastizales quedaron nada menos que restos de siete caballos. “Saben matar y por sobre todo, saben faenar porque los cortes que hacen son perfectos”, comentó un peón de un establecimiento rural de zona de Estación Chapadmalal.
“Realmente esto es tremendo porque son muchos los animales que estamos perdiendo y, como decimos todos, nos están llevando integrantes de nuestras familias, porque eso es lo que es un caballo en nuestros campos”, explicó Aníbal Irungaray, uno de los impulsores de esta modalidad de reclamo.
Se mostró molesto porque, conocido este caso de los siete animales faenados en un mismo predio, fueron a sede fiscal y –según aseguró- comprobaron que no tenían ninguna investigación en marcha a pesar de la gran cantidad de hechos que se habían registrado en los últimos tiempos. “Es raro con tantos animales que hemos perdido en este último año”, aseguró.
A la par se han conocido algunos operativos realizados por inspectores municipales para verificar procedencia de mercadería en carnicería y frigoríficos. Hasta el momento, no se han detectado establecimientos o comercios donde se esté comercializando carne equina. Sí, en cambio, se ejecutaron clausuras y labraron actas de infracción por otro tipo de irregularidades, tanto sanitarias como administrativas.
Los damnificados por estos robos entienden que el volumen de animales robados y faenados no tienen explicación en buscar carnes para consumo propio, frente a situación de necesidad, sino que creen que existe algún tipo de circuito comercial donde no solo tienen mercado, sino que la pueden ubicar pronto. “Creemos que se convierten en chorizos o hamburguesas”, tiró como hipótesis uno de los manifestantes, convencido que en cortes tradicionales como churrascos o milanesas “cualquiera nota la diferencia” con la carne vacuna.
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