“Lo perdonamos y lo ayudamos”, dijo el padre de uno de los jóvenes que murió en Camino de los Remeros
Rodolfo Alimonda dijo que el conductor, Joaquín Duhalde Bisi, era “muy amigo” de su hijo y de los otros jóvenes; contó que la noche fatal se habían juntado a jugar al ping pong y a escuchar música; destacó que el guard-rail fue determinante en el resultado de la tragedia porque se incrustó en el auto en lugar de hacer de “protección”
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Joaquín Duhalde Bisi, Franco Rossi, Joaquín Alimonda, Mateo Lezama se juntaron el sábado, como todos los fines de semana, a jugar al ping-pong y a escuchar música. Alrededor de las cuatro de la madrugada los cuatro subieron al Audi A4 de Duhalde Bisi que los iba a llevar a sus casas. En el encuentro había un quinto integrante del grupo, que no los acompañó y se fue a dormir. El conductor, que iba alcoholizando, tomó a gran velocidad el Camino de los Remeros y al llegar a la intersección con la Avenida Santa María de Rincón de Milberg perdió el control, se despistó y arrasó el guard-rail, que atravesó el coche que tenía desde hacía solo tres días. Ese golpe fue letal: Rossi y Alimonda, ambos de 18, murieron en el acto. La tragedia arrasó a las cuatro familias. Pero, en medio del hondo dolor, prevaleció la fuerza de la unión que tenían los chicos, amigos desde niños. Hoy sienten que deben apoyarse y ayudarse unos a otros.
“El accidente se produjo por el exceso de alcohol de Joaco, por la velocidad y porque la barrera de ‘protección’ no los protegió, sino que se metió dentro del auto”, dijo a LA NACION Rodolfo Alimonda, padre de “Jojo”. Afirmó que hoy mismo volvió al escenario de la tragedia. “Recién vengo del lugar del accidente y no hay dudas de que el guard-rail no funcionó como protección, sino todo lo contrario”.
Tanto él como Guillermo Rossi, el padre de Franco, coinciden en que no guardan rencor a Joaco Duhalde Bisi, que era “muy amigo” de sus hijos. Aseguraron que la noche del accidente los jóvenes no habían ido a una fiesta, sino que se juntaron en la casa de uno de ellos. Sin desestimar el hecho de que el conductor había bebido más de la cuenta y que iba a más velocidad que la máxima permitida, Rodolfo Alimonda cree que el resultado hubiera sido otro si el guard-rail no hubiese atravesado el auto.
“A Joaco lo queremos mucho, lo perdonamos y vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para ayudarlo”, remarca el padre de “Jojo”. Guillermo Rossi, el padre de Franco, había sido el primero en afirmar públicamente que, en medio del drama que los atrapa, no hay lugar para el reproche. En su cuenta de Twitter escribió, el lunes pasado: “Ya está todo perdonado eran amigos y no tengo ningún rencor”. Además, pidió que salga de la cárcel. “No es un mal pibe, tiene mi perdón”, dijo.
Duhalde Bisi está imputado por doble homicidio con dolor eventual; pasa sus días en un calabozo del destacamento de Villa La Ñata. Tras el choque letal, el test de alcoholemia reveló que el joven tenía 1,39 miligramos de alcohol en sangre, superando casi tres veces el límite permitido, que es de 0,50 miligramos. Además en el momento de la tragedia no tenía licencia de conducir porque se la habían secuestrado el 31 de octubre pasado en un control vehicular en Campana, donde fue sorprendido al volante de un automóvil sin la verificación técnica vehicular (VTV) vigente.
Los jóvenes habían crecido juntos. “Menos Joaco, que entró en la primaria, el resto eran compañeros desde la salita de dos años”, cuenta a LA NACION el padre de “Jojo”. Todos asistieron al Colegio Santa Teresa, un tradicional establecimiento educativo privado de Tigre, de donde se egresaron en 2019. Además, compartían otras actividades. Franco, Joaquín y Jojo jugaban juntos al rugby en el club San Andrés.
Alimonda explica que los chicos “se juntaban siempre” los fines de semana. Que el sábado pasado, como acostumbraban, “estaban en la casa de Joaco jugando al tenis de mesa y escuchando música”, que no habían ido a ninguna fiesta. Lo mismo explicó Rossi, padre de Franco, a quien a través de los comentarios en Twitter le decían que los jóvenes habían asistido a un evento. “No hubo fiesta, eran 5 amigos”, dijo el hombre, al tiempo que remarcó: “Mi hijo no estaba tomando”.
El padre de “Jojo” dijo que los chicos estuvieron en la casa de Duhalde Bisi y que después cada uno se volvía a dormir a su casa, menos “uno de ellos que se quedó durmiendo”. En el caso de su hijo, explicó, “rara vez Jojo se quedaba en lo de algún amigo”. Según explica el accidente ocurrió a pocas cuadras del lugar donde ellos viven.
“Me están pegando como si los cuatro que viajaban fueran asesinos o violadores”, contó Rossi, quien detalló en la red social que estuvo en comunicación con el padre de Duhalde Bisi, a quien le pidió “que cuide a su hijo hasta el último día”. El joven conductor, que, quebrado por la situación, se negó a declarar al ser indagado. Mateo “Colo” Lezama, el otro sobreviviente, hizo una primera exposición ante la policía en la que dijo no recordar nada del incidente vial donde murieron sus amigos. En los próximos días, el fiscal Sebastián Fitipaldi, de la Unidad Fiscal de Instrucción Tigre Centro, le tomará declaración testimonial a Mateo, en la esperanza de que, a medida que supere el actual estado de conmoción, pueda recordar más acerca de los momentos anteriores al choque y del suceso mismo.
Mientras, a través del trabajo de los peritos, el representante del Ministerio Público Fiscal intenta determinar la velocidad a la que circulaba el Audi. Después del fuerte impacto, el velocímetro del auto, que había sido quedó en 0.
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