Lo mataron de un balazo y le robaron la camioneta 4x4 cargada para irse de vacaciones
El crimen ocurrió en Pontevedra; en el partido de Merlo; la víctima tenía 49 años y el vehículo sustraído fue hallado abandonado en Virrey del Pino, en La Matanza
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La inseguridad parece no tener freno en el conurbano bonaerense, se cobró otro víctima: un hombre 49 años fue asesinado de un balazo en el estómago en la puerta de su casa situada en Pontevedra, en el partido de Merlo, por delincuentes que le robaron la camioneta 4x4, que estaba cargada y preparada para salir de vacaciones a San Bernardo.
La víctima fue identificada como Leonardo Quinteros, de 49 años. El crimen ocurrió en horas de la madrugada en Otamendi y Olaya, en Pontevedra. En el interior de la propiedad estaba la pareja y una hija de los cuatro hijos de Quinteros, dueño de un frigorífico.
“Escuché un par de disparos en la puerta. Al salir a la calle, Leonardo estaba tirado en el piso y lleno de sangre”, dijo la novia de la víctima en declaraciones periodísticas.
Tras ejecutar a la víctima, los homicidas escaparon en la camioneta Volkswagen (VW) Amarok de Quinteros, que poco después fue hallada abandonada en Virrey del Pino, partido de La Matanza.
En el lugar trabajó personal policial y el fiscal Fernando Capello, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 2 de Morón, que buscaba testigos.
A primera hora, un amigo y empleado de la víctima, que se identificó como Damián, dijo al canal de noticias TN que Quinteros salía de su casa cuando fue abordado por los ladrones.”No sabemos cuántos delincuentes eran. Le pegaron un tiro y quedó en la puerta de la casa. No sabemos más nada”.
Y agregó: “Era laburador, un chabón que le dio laburo a mucha gente, todo el barrio laburaba con él, no sé cuántos empleados tenía, como 40″ y recordó que la víctima “ya había sufrido unos robos ya”.
Damián dijo que la víctima tenía cuatro hijos, uno de los cuales estaba de vacaciones y ahora está volviendo.
Este mediodía, uno de los hijos de la víctima dijo al mismo medio que, al momento de ser interceptado, su padre salía de su casa rumbo a su frigorífico, llamado El Progreso y situado en la zona de Rafael Castillo, en La Matanza, para dejar unas llaves que se había olvidado en la camioneta y que debía entregar antes de irse de vacaciones.
Para el joven, Matías Quinteros, a su padre “lo venían siguiendo hace rato, porque le pasaron muchas cosas”. “Le quisieron entrar al frigorífico un par de veces. Fueron diez segundos, le dieron el tiro y se llevaron la camioneta. Iba a dejar unas llaves al frigorífico, que se las había olvidado ayer dentro de la camioneta, y se iba con su familia de vacaciones”, relató el joven visiblemente conmocionado.
Matías dijo que la actual pareja de su padre escuchó tres detonaciones, aunque aclaró que solo fue alcanzado por un proyectil, lo cual se aguarda que sea confirmado por la autopsia que se realizará durante esta jornada.
“Solo pido Justicia para mi viejo. Él se habrá intentado defender, y en ese momento le habrán disparado”, agregó el hijo de la víctima, según consignó Télam.
Para la pesquisa el robo que terminó con el asesinato tampoco fue al voleo, sino que existen evidencias para sospechar que los delincuentes estaban esperando a Quinteros para robarle. Es que últimamente la víctima y su familia habían sido víctimas de otros hechos de robo.
“Tierra de nadie”
En esa hipótesis coinciden los vecinos de Quinteros que fueron consultados esta tarde por LA NACION. Los mismos aseguraron que el barrio, una zona semiurbanizada con calles de tierra y escaso alumbrado público, es “tierra de nadie” y que la presencia policial es nula.
Silvia tiene 76 años, hace 13 que vive en el barrio y su casa está al lado de la de Quintero, en diálogo con LA NACION, contó: “Acá no hay seguridad de nada, es un desastre. Le arrebataron la vida a mi vecino. Después de la pandemia se puso complicado. Llamamos a la policía cuando vemos actitudes sospechosas y no viene el patrullero. Hoy vinieron los patrulleros porque hay un cadáver. Mañana no están más. La gente sale a trabajar con miedo”.
Daniela Ojeda es una abuela de 68 años que vive junto a su nieto Milo, de 10 años, y contó: “Ellos siempre saludaban. Es una pena. Acá nadie nos cuida. Tres veces me entraron a mi casita en dos años. Nos cuidamos entre nosotros. Yo salgo a la calle sin el celular. Pasa un patrullero de vez en cuando. Roban mucho a caballo”.
Con Daniela coincide Jazmín Belisán, una joven ama de casa de 20 años, que dijo: “Me robaron cuatro caballos en noviembre. No hay luz, no hay cámaras. Le quemaron el camión a un verdulero hace poco en la esquina, lo arruinaron. Es un desastre la seguridad. A un chico de delivery también le robaron la moto”.
Otro vecino, llamado Juan Emilio Gaitán (40), que es camionero y tiene un humilde almacén en el barrio, narró: “Estoy juntando la basura aca en la calle. Esto lo tiene que hacer la municipalidad. ¿Para qué pago los impuestos? Es una vergüenza como vivimos acá. [Gustavo] Menéndez [el intendente] es una vergüenza. Yo no me voy a laburar tranquilo. Después de las 9 de la noche no podés salir de tu casa. Acá no anda ningún policía. Ojalá ustedes lo hagan cambiar. Capaz me matan mañana. Acá es tierra de nadie. Tengo dos perros, puse dos faroles, rejas... no sé que más hacer. Acá no hay nada, no hay policía”.
Sobre Quinteros, dijo: “Era un tipo de laburo. Respetuoso. Tenía un frigorífico de chacinados. Su hija venía en bici a comprar a mi almacén”.
Ya le habían robado dos autos a la familia
De hecho, en un posteo realizado por su pareja meses atrás en la red social Facebook, la mujer pidió ayuda para recuperar dos autos, uno que le robaron a ella y otro a uno de sus hijos.
En la última publicación, realizada el pasado 2 de noviembre, la pareja de Quinteros subió una fotografía de un vehículo Fiat Argos color negro, que -según denunció- delincuentes robaron de su vivienda durante un asalto.
“Esta madrugada ingresaron cuatro ladrones a mi casa (?) revolvieron toda mi casa y se dieron a la fuga en mi auto Fiat Argo negro”, escribió la mujer, quien aparece en la foto junto al vehículo.
Un día antes, el 1 de noviembre pasado, en la misma red social, la mujer publicó tres imágenes en las que se ve a uno de sus hijos junto a un Fiat Punto: “Se lo robaron en Montt y Aguirre, Rafael Castillo”, dice el texto que acompaña las fotos.
Tercer caso en 9 días
El crimen de Quinteros se suma a los Uma Aguilera y María Lucrecia Arias, ambas asesinadas la semana pasada cuando delincuentes quisieron robar los autos en los que se movilizaban.
La primera de las víctimas fue la chica de 9 años, hija de dos oficiales de la Policía Federal Argentina (PFA), que viajaba en la parte trasera del Ford KA que manejaba su padre, que es custodio de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
La pequeña, la segunda de tres hermanas, recibió dos disparos a las 8.48 de la mañana del lunes 22 en la puerta de su casa en Villa Centenario, partido de Lomas de Zamora, y murió pasado el mediodía en el hospital Churruca. Por el crimen, hay cuatro jóvenes detenidos. Uno de ellos menor de edad.
El otro caso que conmovió y generó una marcha el lunes pasado, fue el de María Lucrecia Arias, de 51 años, que fue asesinada también en la puerta de su casa cuando llegaba junto a su hija a bordo de un Volkswagen Surán.
Al parecer, la mujer tuvo dificultades para destrabar el cinturón de seguridad y esa demora derivó en que uno de los delincuentes le disparara por la espalda y María Lucrecia murió en el lugar.
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