Lo echaron de un boliche, le disparó a un policía y terminó con un balazo en la cabeza
El enfrentamiento ocurrió plena Ruta 3, en La Matanza; los amigos y vecinos intentaron vengarse de los uniformados y abrieron fuego contra una oficial, que resultó herida
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La zona de locales bailables de San Justo fue escenario de un enfrentamiento entre policías y un grupo de personas que había sido expulsado de uno de los boliches que funcionan en Ruta 3, entre León Gallo y Ambrosetti. El episodio terminó con uno de los agresores con un tiro en la cabeza y una mujer policía baleada por los familiares y amigos del herido.
El violento hecho, que quedó grabado por la cámara de seguridad de un kiosco, ocurrió el último fin de semana. Habían pasado diez minutos de las 5 del domingo cuando una barra de jóvenes que habían sido echados del local bailable regresó al lugar e intentó ingresar por la fuerza.
Según quedó registrado en el video, los agresores hicieron un movimiento de “tijera” para rodear a los tres policías bonaerenses –dos hombres y una mujer– que estaban asignados a la custodia del local bailable.
Uno de los atacantes se acercó por la calzada de la ruta 3 mientras esquivaba a los automovilistas que circulaban a esa hora por la transitada avenida y se dirigió a la puerta del boliche. Mientras algunos de los integrantes del grupo forcejeaban y discutían con los policías, el atacante vestido con una campera azul y roja que caminaba por la calzada sacó un arma de entre sus ropas, se colocó en posición de tiro y abrió fuego contra los tres efectivos de la fuerza de seguridad provincial que custodiaban la puerta del local bailable.
El fogonazo y el estruendo marcaron el momento en que el atacante disparó. Instantes después, desde la puerta del boliche, otro fogonazo indicó el momento y el lugar desde que salió el balazo del policía. El agresor cayó en el asfalto. El uniformado resultó ileso. El proyectil disparado por el atacante pegó en la pared, al lado de la puerta del local bailable.
A pesar del tiroteo, ninguno de los jóvenes que esperaban ser atendidos en la puerta del kiosco atinó a correr o a tirarse al piso. Uno de los clientes del comercio continuó comiendo un sandwich mientras se desarrollaba la pelea y el posterior enfrentamiento. La misma actitud adoptaron los restantes clientes. Nadie se movió hasta no terminar de comprar en el kiosco.
Mientras tanto, los gritos desesperados de los amigos del herido y los insultos contra los policías comenzaban a dominar la escena. Dos minutos después del tiroteo, los vecinos del agresor llegaron al lugar y comenzaron a mover el cuerpo. También intentaban quitarle el revólver. No pudieron. Algunos de los transeúntes comenzaron a gritar: “¡No toquen nada, se quieren llevar el fierro!”.
Para entonces, los tres policías estaban rodeados por familiares y amigos del agresor. Pasaban los minutos y los refuerzos no llegaban. Tampoco había señales de la ambulancia. En el partido de La Matanza no funciona el Servicio de Atención Médica de Emergencia (SAME).
La tensión y la violencia aumentaban, mientras el herido estaba en el asfalto. Los amigos tironeaban del agresor para llevarlo al hospital y los policías intentaban resguardar al herido, a pesar de su estado delicado, y procuraban preservar la escena del violento episodio para que no se borraran pruebas.
En esa puja por el herido se impusieron los amigos y familiares del agresor, que habría sido identificado como Pablo Correa Véliz, de 34 años. El herido fue trasladado en un vehículo de un familiar al hospital Paroissien, de La Matanza, donde fue intervenido quirúrgicamente de la herida provocada por el balazo en la cabeza. Hasta anoche, el sospechoso, seguía internado en el mencionado nosocomio en estado reservado.
Mientras tanto, en el lugar del tiroteo, quedó la sangre del herido, con los policías custodiando la escena del episodio y con los peritos que lograron secuestrar un revólver Colt .38, que pertenecería al agresor. Al mismo tiempo, los uniformados tuvieron que enfrentar a un grupo más numeroso de vecinos del barrio 20 de Junio, donde vive el herido, que intentaron vengarse de los efectivos que hirieron al agresor.
Así fue que los policías comenzaron a recibir pedradas arrojadas por los vecinos del sospechoso. En medio de las piedras, uno de los amigos del atacante sacó otra arma de fuego y disparó contra los uniformados. El balazo hirió en una pierna a la sargento Ayelén Carrizo, quien fue trasladada al mismo hospital en el que atendían al atacante que había disparado contra sus compañeros.
Según informaron fuentes del mencionado hospital, la mujer policía no sufrió una herida de gravedad y no corría riesgo de vida. Debido a que había personal policial de la fuerza de seguridad bonaerense involucrado en el tiroteo, los peritajes quedaron a cargo de efectivos de la Gendarmería.
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