Liberaron a los dos sospechosos. No quedan detenidos por el homicidio del colectivero Daniel Barrientos
Tras el resultado de peritajes, la fiscalía excarceló a los jóvenes que habían sido arrestados por el asesinato del chofer de la línea 620
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El día que mataron al chofer de la línea 620, Daniel Barrientos, el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, descendió de un helicóptero en el cruce de la Avenida General Paz y Juan Manuel de Rosas para decirles a los colegas del colectivero asesinado que la policía había apresado a dos sospechosos por el homicidio.
Casi un mes después del crimen que provocó una protesta en la que el máximo responsable de la seguridad en la provincia de Buenos Aires, fue agredido por un grupo de choferes, la Justicia liberó por falta de pruebas a los dos sospechosos señalados por el ministro a instancias de dos jefes policiales.
Ya no quedan detenidos por el asesinato de Barrientos, de 55 años, ocurrido el 3 de abril pasado, a las 4.30, en la esquina de Bernardino Escribano y Cullen, en Virrey del Pino.
En las últimas horas, el fiscal de Homicidios de La Matanza, Gastón Duplaá, sostuvo en un dictamen que no había pruebas que avalaran un eventual procesamiento contra los dos sospechosos del homicidio. Esto significa que siguen investigados y ligados al expediente, pero no se les dictó la prisión preventiva.
Según fuentes judiciales, entre los elementos que el representante del Ministerio Público tuvo en cuenta para dictar dicha resolución, figuran los resultados del peritaje realizado en la pistola hallada a treinta metros de la escena del crimen.
Dicho estudio concluyó que la pistola Beretta calibre .40, con número de serie A-33075-M* que tenía pedido de secuestro porque había sido robada el 20 de enero pasado en Morón, no fue el arma usada para matar a Barrientos. Esto significa que los asesinos de Barrientos todavía tienen el arma homicida.
Además, el fiscal consideró el resultado del estudio de barrido electrónico realizado en ambos sospechosos, que habrían sido identificados como los primos Alex y Gabriel Barone, de 19 y 24 años respectivamente, que indicó que no habrían manipulado un arma. Este análisis determinó la ausencia de elementos compatibles con las sustancias que componen el fulminante de los cartuchos en las manos y ropas de los acusados.
Otro peritaje estableció que tampoco había material genético de ambos sospechosos en la pistola Beretta calibre .40.
Aunque dos testigos habían identificado a ambos sospechosos en una rueda de reconocimiento realizada horas después del homicidio, el fiscal evaluó las pruebas científicas. Alex Barone, había sido detenido horas después del homicidio, cerca del lugar del crimen, mientras que su primo fue apresado al día siguiente, en Laferrere.
Un testigo lo había visto cerca del lugar en el que abandonaron e incendiaron el Fiat Siena que los asesinos del colectivero usaron para huir después del crimen.
También lo habían visto en un Chevrolet Corsa que fue grabado por una cámara de seguridad después que los sospechosos descartaron el primer vehículo.
No obstante, ninguna prueba física los vinculaba con el homicidio. Por este motivo fueron liberados.
Barrientos había sido asesinado el 3 de abril pasado, minutos después de las 4.30, cuando dos delincuentes abordaron el interno 87 de línea 620 en la parada situada en el cruce de Bernardino Escribano y Cullen, del barrio Vernazza.
Cuando subieron al colectivo, los sospechosos amenazaron con armas a los pasajeros y exigieron que entregaran los celulares.
Luego, los asaltantes le dispararon dos balazos a Barrientos, quien cayó sobre el volante y murió en el acto.
En ese momento, uno de los pasajeros se identificó como integrante de la Policía de la Ciudad, descendió del colectivo y comenzó a perseguir a los asaltantes. Así se produjo un tiroteo en el que se dispararon 16 balazos.
La cámara de seguridad de un vecino registró el momento en que los ladrones huyeron hasta la esquina en la que los esperaba un cómplice en un Fiat Siena.
Al día siguiente de la detención del menor de los primos Barone, que tiene antecedentes penales, su familia presentó testigos que afirmaron que el acusado no estaba en el lugar en el que Barrientos fue asesinado.
El homicidio de Barrientos ocurrió en a 35 cuadras del lugar en el que había sido asesinado el chofer Pablo Flores, en octubre de 2020 y a 60 cuadras de la escena del crimen de Leandro Alcaraz, también colectivero de la linea 620, baleado en 2018.
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