"Le pegaban todos", dijo la empleada de la heladería que atendió a Fernando
"Vi que le pegaban todos", relató Fiamma, la empleada del local en el que Fernando Báez Sosa compró un helado pocos antes de que lo mataran a golpes. Esa testigo fue la última persona que habló con el joven estudiante asesinado en Villa Gesell.
"Pasaron no más de cinco minutos desde que Fernando salió del local hasta que comenzaron a pegarle. En ese momento escuché los gritos", agregó la joven, quien ya declaró ante la fiscal Verónica Zamboni.
La madrugada que mataron a Fernando, Fiamma atendía desde un recinto vecino al local a los clientes que ingresaban y se paraban ante el monitor para pedir lo que querían comprar. Este sistema evita el contacto directo entre los empleados y los clientes.
"Fernando no se defendió porque no podía", expresó la joven empleada, que escuchó los gritos a través de los micrófonos instalados en local. La Justicia solicitó al propietario del comercio las grabaciones de las cámaras y las conversaciones.
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