Burzaco: le dispararon para robarle la moto, chocó mientras intentaba escapar y murió en el acto
Los asaltantes habían intentado apropiarse de otros vehículos antes; el hombre, de 43 años, falleció por la violencia del choque
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Martín Maximiliano Borini Prida murió cuando intentaba evitar que le robaran la moto. Fue un asesinato, de hecho, porque le dispararon y él chocó cuando quiso escapar. Este vecino de Burzaco, de 43 años, fue asesinado 24 horas después de la multitudinaria manifestación protagonizada por miles de motociclistas que reclamaron medidas de seguridad tras el homicidio del empresario Andrés Blaquier, ocurrido la semana anterior, en Pilar.
“Están cazando a los motociclistas. Nos persiguen grupos de delincuentes, nos cruzan las motos o nos disparan para robarnos. Estamos indefensos”, dijo el sábado Esteban Grimalt, al pie de las escalinatas de la Facultad de Derecho, de la UBA, donde se concentraron miles de manifestantes. Al día siguiente, la situación que describió se repitió con otro motociclista, víctima de un homicidio concretado para robarle la moto.
Según las declaraciones de los testigos que, minutos después de las 18.30, circulaban por la avenida Monteverde –también conocida en la zona como Camino de Cintura–, entre las rotondas El Vapor y Los Pinos, en Burzaco, dos delincuentes que tripulaban una Honda Twister roja y blanca intentaron cruzar la marcha al conductor de una KTM Duque 1290 GT, para robarle la moto.
Aparentemente, Borini Prida habría intentado escapar, pero el asaltante que iba como acompañante sacó un revólver y abrió fuego contra el conductor de la KTM, una moto de alta gama, de las cuales no hay más de una decena en el país.
La persecución duró pocos segundos. Los asaltantes no le dieron ninguna oportunidad al dueño de la moto. Borini Prida aceleró mientras le disparaban. Al terminar de recorrer la rotonda, cuando tomaba por la colectora de la avenida Hipólito Yrigoyen, rozó el cordón, perdió el control y chocó contra los árboles que dividen ambas manos. Su cuerpo quedó sobre la colectora, en la mano a Longchamps.
Los asaltantes, en tanto, giraron en “U” y tomaron por Hipólito Yrigoyen, en dirección a Burzaco.
Antes de asaltar y disparar contra Borini, los motochorros habían intentado robarle la camioneta Ford Ranger a un mecánico. Pero el automovilista aceleró y pudo escapar. Este primer episodio ocurrió en la rotonda El Vapor, en el cruce de la avenida Espora y Monteverde.
“Eran dos ladrones en una moto Honda Twister roja y blanca. Los dos tenían los casos puestos. El acompañante llevaba el casco apoyado sobre la cabeza. Se acercaron para robarme, pero pude escapar. En ese momento pasó el conductor de la KTM. Entonces, los mismos motochorros que no pudieron llevarse mi camioneta comenzaron a perseguir al dueño de la moto”, explicó el testigo ante la policía.
Frustrados porque no pudieron robarle la camioneta al mecánico, los motochorros siguieron por el Camino de Cintura y dirigieron su atención sobre la KTM 1290 GT que conducía Borini Prida.
A partir de la reconstrucción del violento episodio realizada por los investigadores policiales, se determinó que en alguna parte del trayecto de 15 cuadras que separa las rotondas El Vapor de Los Pinos los delincuentes se cruzaron delante de la moto de alta cilindrada.
Para intentar evadir a los delincuentes que le disparaban y salvar su vida, Borini Prida salió del Camino de Cintura. “Pude ver que el ladrón que viajaba en el asiento del acompañante se levantó el casco, sin sacarlo. Sacó un revólver de entre sus prendas y cuando estuvo a la par del conductor de la KTM comenzó a disparar. En ese momento, el dueño de la moto, que era perseguido, giró por la rotonda Los Pinos, tomó la colectora de la avenida Yrigoyen y, unos metros después, perdió el control de su moto. Mordió el cordón de la calle y chocó con su cuerpo contra los árboles del bulevar”, recordó el testigo.
Cuando los dos policías del móvil del Comando de Patrullas de Almirante Brown llegaron a la rotonda Los Pinos, escenario del crimen, encontraron el cuerpo sin vida del motociclista en la calzada y la moto, a unos metros. Ambos policías llegaron al lugar alertados por un llamado al número de emergencias 911. Eran las 18.40 y los uniformados comenzaban a buscar testigos de lo que, en principio, parecía un accidente de tránsito.
Sin embargo, los dos primeros testigos que interrogaron esos policías aportaron un panorama distinto al que hacía presumir el primer análisis de la escena del trágico episodio. Tanto el mecánico como el comerciante de Glew que declararon en la causa aportaron dos relatos que en los que se mencionaba el intento de robo en la rotonda El Vapor, la persecución al conductor de la KTM Duque 1290 GT y los disparos contra la víctima.
Uno de esos testigos describió un detalle particular de uno de los asaltantes, aunque LA NACION mantendrá en reserva esa característica personal del agresor para no perjudicar la investigación. Tanto la médica de la ambulancia del SAME, que llegó al lugar a las 18.55, como el legista de la División Policía Científica, que revisó el cuerpo a las 21.55 de anteayer, comprobaron que la víctima no tenía heridas de arma de fuego.
No obstante, la fiscal Silvina Estévez, después de escuchar a los testigos, decidió calificar el caso como homicidio en ocasión de robo y ordenó a los policías que realicen un relevamiento de todas las cámaras de seguridad en la zona.
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