Desgarrador homenaje a Fernando Báez Sosa en Le Brique: tras recordarlo, su mamá se desmayó

VILLA GESELL (Enviado especial).-Los padres de Fernando Báez Sosa, Graciela y Silvino, lo homenajearon en la puerta de Le Brique, la discoteca de Villa Gesell en la que fue brutalmente asesinado por una patota. Para el acto central, a las 19, los familiares y amigos convocaron a referentes de distintos credos religiosos y oraron por la memoria del chico.

El relato más desgarrador fue el de la mamá. “Es como si fuera ayer, cuando recibimos la peor noticia de nuestras vidas, cuando nos llamaron para contarnos que Fernando había sufrido un accidente”, contó la madre sobre aquella fatídica noche.

Y agregó: “Preparamos las valijas y al poco tiempo sonó el teléfono y nos enteramos que Fernando estaba muerto, que no era un accidente y que lo habían matado en un riña. No podíamos creer porque Fernando nunca tuvo enemigos, ni peleó con nadie. Era cariñoso, solidario y de ayudar a la gente. Así era mi Fernando”.

Uno de los momentos más emotivos y dolorosos fue cuando Graciela reveló que ella y su marido no conocían el mar. “A Fernando le gustaba venir, decía que el mar le daba tranquilidad. Hoy fuimos [a la playa]”, precisó.

Cuando terminó de hablar, se quebró. Graciela empezó a gritar mirando al cielo: “¿Por qué me pasó esto? ¿Por qué?”; “Te quiero abrazar y que me digas que me amás como yo te decía”, dijo, sin poder parar de llorar. Después de esas palabras, se desmayó y debió ser asistida.

Horas después, el abogado de la familia, Fernando Burlando, confirmó a LA NACION que la mujer fue trasladada al hospital zonal donde informaron que sufrió una lipotimia. “Fue una subida y una bajada de presión muy fuerte motivo de tanto tiempo estar parada y de las emociones que sufrió en el día de ayer y de hoy”, precisó. El letrado contó que Graciela fue atendida por una cardióloga y una psiquiatra, junto con la directora del centro donde fue asistida, y que luego-como no presentó mayores complicaciones- le dieron el alta.

El acto de homenaje tuvo lugar en el cruce de la avenida 3 y la calle 102, donde los carteles con la imagen de Fernando Báez Sosa no pasaban inadvertidos.

Graciela dijo: “Nos costó muchísimo definir para venir. Cuando fui a comprar el boleto se me salieron unas lagrimas, porque me acordé el momento en el que le había comprado el boleto a Fernando”, expresó entre lágrimas Graciela, la madre del joven asesinado en Le Brique hace dos años.

Al cierre del homenaje la mujer compartió con la multitud su desgarrador relató y recordó los últimos momentos vividos con hijo a quien junto al padre del joven definieron como “un hijo excelente”.

Antes había hablado su papá, Silvino, con un sentimiento de angustia y un reclamo de perpetua para los acusados del asesinato. Lo mismo dijo Fernando Burlando, el abogado que defiende a la familia y que acompañó a los padres al lugar.

“Era un hijo excelente, que le gustaba venir a Villa Gesell a ver el mar y a pasar el tiempo con sus amigos. Lastimosamente se le cruzaron un par de asesinos en el camino”, manifestó el papá de Fernando.

“Pido eternamente a todos que nos sigan acompañando hasta que lleguemos a la verdad de la justicia”, cerró el hombre a final de su discurso.

Desde el verano de 2020 que Le Brique no volvió a abrir sus puertas y hoy luce abandonado. Frente al local se montó un pequeño escenario con motivo del acto conmemorativo que comenzó a las 19 y del que participan Silvino Báez y Graciela Sosa, los padres del chico y representantes de cinco religiones: la católica apostólica, la anglicana, el judaísmo, la musulmana y la mormona.

A lo largo del homenaje cada uno de los líderes religiosos habló y presentó una cita o referencia religiosa por “paz, justicia y contra la violencia”.

“Es la segunda vez que viajamos a Villa Gesell, pero la primera que voy a estar en el lugar donde asesinaron a mi hijo. Pisarlo va a ser muy duro y solo espero estar fuerte para ese momento”, había dicho la mamá de Fernando a LA NACION y completó: “El daño que nos hicieron es irreparable. Perdimos lo mejor que teníamos en nuestra vida, a nuestro hijo”.

Horas antes del acto previsto para esta tarde, el momento del que Graciela hablaba llegó y la imagen fue desgarradora. En silencio, ella y su marido se acercaron hasta el homenaje erigido sobre la vereda opuesta al boliche, donde también hay imágenes del adolescente, flores y letreros que exigen justicia. A continuación, ambos se arrodillaron, se abrazaron y lloraron sin consuelo. Testigos, amigos y familiares los aplaudieron brevemente. Luego, el silencio fue total.

“Les pido que me acompañen a rezar un poco por el alma de Fernando, para que pueda descansar en paz”, les dijo Graciela a los presentes previo a recitar una oración. Después, hizo las primeras declaraciones en el aniversario del crimen de su hijo: “Fer siempre se encuentra presente en nuestros corazones y estar en este lugar donde estuvo en vida por última vez es muy doloroso. No se lo deseo a ninguna madre”.

Por su parte, Silvino expresó: “No estamos pasándola bien, hace dos años que estamos así tratando de pedir justicia y sacando fuerzas de donde no hay. Venir los dos acá nos sirve para tomar un poco de fuerza, estar más enteros para que cuando llegue el juicio estemos ahí de pie. No es nada fácil, cada día que pasa es peor y más lo extrañamos demasiado a Fernando: él era todo para nosotros”.

El juicio al que alude el papá de Fernando tiene fecha de inicio el 2 de enero de 2023. Entonces, en los tribunales de Dolores, se sentarán en el banquillo de los acusados Luciano Pertossi, de 20 años; Ciro Pertossi, de 21; Lucas Pertossi, de 22; Ayrton Viollaz, de 22; Máximo Thomsen, de 22; Enzo Comelli, de 21; Matías Benicelli, de 21, y Blas Cinalli, de 20. Los ocho enfrentarán cargos por “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”, un delito que prevé la prisión perpetua.

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