Las muertes de jóvenes alimentan el récord de asesinatos en una ciudad golpeada por la violencia narco

ROSARIO.-En medio del estallido de la llamada guerra narco en esta ciudad se había establecido en 2013 un récord que parecía difícil de superar: 264 asesinatos. En ese año fueron ejecutados hombres pesados de las tramas criminales ligadas al narcotráfico, como Claudio “Pájaro” Cantero, líder de la banda de Los Monos, y el empresario Luis Medina, otro engranaje clave en la venta de drogas. Parecía que esa cifra era un techo que nunca más se iba a romper. Sin embargo, a menos de un mes de terminar 2022 ese récord se igualó este jueves.

En lo que va de este año se cometieron en Rosario 264 crímenes, en un casi 80 por ciento vinculados a luchas por territorio por la venta de estupefacientes y enfrentamientos entre grupos cada vez más rústicos, integrados por personas jóvenes.

Desde 2012 Rosario acumula 2370 asesinatos. El pico de homicidios se había observado en 2013, en medio de una ola de venganzas narco, tras el crimen del líder de Los Monos y una serie de reacomodamientos que se produjeron en el interior de las bandas dedicadas al narcomenudeo. Hubo un periodo en el que los asesinatos comenzaron a bajar, entre 2016 y 2017, cuando se contabilizaron 181 y 165, respectivamente. En 2019 también se produjo un descenso, con 169 homicidios, pero a partir de 2020 empezaron a incrementarse los hechos sangrientos hasta llegar a este año, cuando se percibió, de acuerdo con las estadísticas, un recrudecimiento de la violencia.

Una de las particularidades que se dio este año en materia de homicidios es que las víctimas –y probablemente los victimarios- son cada vez más jóvenes. Incluso, en los datos analizados por el Observatorio de Seguridad Pública, se advierte que tres de cada diez homicidios tienen como víctimas a jóvenes entre 15 y 24 años. Aumentó es la cantidad fallecidos de menores de 19 años, que representan al 20,6 por ciento de los homicidios. En octubre de 2021 ese porcentaje era de 12,8 por ciento.

Los adolescentes no sólo aparecen como víctimas sino también como los gestores materiales de esa violencia desenfrenada. En la investigación por los crímenes de Valentín y Eric, de 14 y 15 años, acribillados en el Fonavi de barrio Triángulo Moderno la semana pasada, el fiscal Adrián Spelta apuntó que entre los sospechados de haber perpetrado esta tragedia hay otro menor, que está siendo buscado. Probablemente su destino será la cárcel y de allí saldrá convertido en un criminal más pesado todavía. Así lo marcan los antecedentes de casos similares.

Desde hace tiempo aparece el clisé de comparar a Rosario con Medellín, por su historia centrada en la década del 90, cuando esa ciudad era escenario de la guerra de los carteles en pleno auge de Pablo Escobar Gaviria. Una vieja postal que nada tiene que ver con la Rosario de hoy. En 1991 se cometieron 6809 asesinatos en esa ciudad colombiana, pero la situación es otra actualmente. Después de grandes cambios a nivel urbano y social, Medellín tiene una tasa de homicidios de 15,6 cada cien mil habitantes. En conclusión, si Rosario va a sobrepasar los 21 asesinatos cada 100.000 habitantes se podría interpretar que hoy está peor que la capital de Antioquia.

En medio de este recrudecimiento de los homicidios durante 2022, la política de Seguridad en la provincia de Santa Fe está en crisis permanente. Actualmente, la cartera de seguridad provincial está a cargo del excomisario Rubén Rimoldi, un hombre de bajo perfil, que recibe críticas permanentes por parte de la oposición por la falta de patrullajes en Rosario. Rimoldi es el tercer ministro de Seguridad, tras el paso conflictivo de Marcelo Saín y Jorge Lagna por esa cartera.

En el plano nacional, la respuesta fue hasta ahora reforzar con mayor cantidad de gendarmes los operativos de prevención en los barrios calientes de Rosario. Esa fue la estrategia a nivel nacional que se repitió desde 2014, a pesar de los cambios de administración. Esta semana el ministro de Seguridad Aníbal Fernández anunció el traslado de otros 200 efectivos a esta ciudad, que se suman a los 800 que están desplegados desde el año pasado.

El desembarco de los nuevos gendarmes se produjo en un momento en el que se demanda una mayor presencia de fuerzas federales en el conurbano bonaerense, después de que la vicepresidenta Cristina Fernández exigiera que se refuerce la seguridad en la provincia que gobierna Axel Kicillof.

En total, en la provincia de Santa Fe hay actualmente unos 4000 efectivos de fuerzas federales. La mayor presencia de la Gendarmería en Santa Fe no provocó hasta ahora que bajen los índices de criminalidad.

En agosto pasado en el Congreso, el comandante de Gendarmería Ricardo Castillo había precisado que se habían desplegado 756 gendarmes en Rosario. Ahora se extienden a 1000. A la par hay unos 3100 efectivos de fuerzas están destacados en toda la provincia de Santa Fe. Se trata de unos 700 de la Prefectura; 145 de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA); 1.821 de Gendarmería; y 479 de la Policía Federal.

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